BIBLIA Y PERIÓDICO
Un profesor , que me enseñó muchísimo
de la Biblia, me dijo, cuando yo estaba en el seminario, que cuando quisiera
leer la Biblia, hacer oración con la Biblia,
entender la Biblia, escuchar la Biblia, no me olvidara del periódico.
Fue una de las cosas más importantes que
me enseñó.
Esto quería decir que cuando fuéramos
a hacer oración, nos apoyáramos en la Biblia pero no para llenar el cielo de
angelitos de Murillo, sino que miráramos la realidad (leer el periódico) y
luego tratáramos de ver que dice la Biblia ante ello y, sobre todo, “que nos
dice a cada uno”.
Pues bien, hoy, para este segundo
domingo de adviento, se me ocurre que empleemos ese procedimiento.
Vamos pues a ello.
Empezamos fijándonos en el precioso
texto de Baruc (5, 1-9) llamándonos a la alegría, el júbilo, a dejar vestiduras
de luto para lucir los vestidos de la fiesta del Señor. Se alegra con la
presencia gozosa, gloriosa y en paz de sus hijos bajos los aires aromatizados
por los árboles. Esa es su justicia y su gloria.
Y así lo proclaman los profetas según
el evangelio de Lucas 3, 1-6 y dan fe de ello los testigos (Filipenses 1,
4-11).
No me olvido del periódico (Puede ser la TV u otros medios de información). Y leo:
Europa y el primer mundo tiemblan con
terror ante ómicron, la nueva variante del coronavirus. Pero hace tan solo unas
semanas estaban felices y relajados porque “se tenía domeñado al virus”. No
importaba si en África había zonas que, como mucho, no habían pasado de un 10%
de vacunación.
Vuelven a circular temores. ¿Podremos
salvar la navidad? La navidad del despilfarro, del consumismo, del derroche
a pesar de que suban disparados los
precios por el incremento en electricidad, combustibles ,etc. Por eso, como la vela que va delante es la
que alumbra, las reservas de cenas están a tope y se hacen adelantando estos
eventos por lo que pueda pasar.
Mientras aumentan, se alargan
interminables las colas ante los locales de Cáritas, Cruz Roja, Bancos de
Alimentos, etc.
Una familia de inmigrantes con dos
hijos pequeños mueren a consecuencia de un fuego en el lugar que okupaban,
abandonado por un banco , donde hacían esfuerzos por prepararlo con dignidad
para sus hijos.
La alegre vida que se baña empepada
en licores, cierra los ojos ante los regueros de sangre que la violencia machista
derrama y que el asfalto no puede empapar.
Nuestros jóvenes, afortunadamente, no
saben de guerras: Ni guerra civil, ni guerras en África, Congo, Oriente Medio,
pero tampoco saben (los mayores, al
menos algunos, tampoco), tampoco saben
de los asentamientos de los temporeros de la fresa, del mar de plástico y como
se vive bajo él, de los campos de refugiados…
De verdad, os lo digo de verdad, que
hoy tenía la firme intención de ser optimista.
Pero, ¿qué hacer?, ¿Cómo hacer?.
¿Cómo leerles el texto de Baruc a los que lloran, a los que tienen hambre y sed
de justicia, a los perseguidos… Y, sin embargo, son los que necesitan que se
les lea. Pero para ello es necesario lo que Lars Gustafsson escribió en “Muerte de un apicultor”:
“En
el planeta nº 3 del sistema 13 de Alderaban hay una civilización que se ocupa directamente de la realidad sin
ningún intermediario simbólico (…)
Salta a la vista que la
mentira es una completa imposibilidad en
esta civilización. Si alguien quiere decir “te amo” a otra persona no hay más
que una manera, una solamente, y es amando”
Repito: El periódico me dice que este
mundo necesita se les lea a Baruc. Pero leerlo en esta clave. Si no, no vale.
Por otro lado, ¿cómo leer el periódico,
anunciar, en nuestros ambientes, más o menos en calma, a buen resguardo y con
gafas de sol, lo que gritan los renglones de la vida? . Sordera, irritabilidad,
burla y sarcasmo.
Pero si hay razón para el optimismo.
Queda la VOZ. No importa si clama en el
desierto. Pero mientras haya
voces que se hagan resonar, la humanidad sentirá recorrer como descargas
eléctricas que nos llaman a otra cosa.
Ahora dejamos la Biblia y el periódico. Sumerjámonos en el
desierto. Se oye una voz.
¿Qué me dice?
¿Qué te dice?
¿Es pura fantasía el textos de
Baruc?. No sé para ustedes. Pero para mi, lo que si es cierto es que utopía si
es, fantasía no.
Y si es utopía, es para caminar
hacia ella.
¿No te parece?
Un abrazo
José Luis Molina
5 de diciembre 2021
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