sábado, 29 de enero de 2022

INDIVIDUALIDAD Y COLECTIVIDAD

 



 

 

Hoy les propongo, para empezar esta reflexión, que nos coloquemos frente a la humanidad desde dos puntos de vista concretos: el del individualismo y el del colectivismo.

Yo pienso que el ser humano es un ser único en cada uno, con una identidad propia y exclusiva. Nadie puede convertirse en otro. Por eso las tendencias miméticas de vestirnos de lo que impone la moda, en un sentido muy amplio, no nos fortalece sino que nos diluye en la nada del montón o del anonimato. Por eso reafirmo que cada uno somos cada uno, irrepetibles.

Y lo considero tan importante que mi fe en la resurrección, que no sé como es, creo lleva consigo la permanencia de la propia identidad que no se desdibuja en la de otro. Esto me lo respalda datos de experiencia que hoy son posibles gracias a la ciencia:  Un señor trasplantado de corazón  no es él MÁS el corazón cedido. Es ÉL, (el mismo) con el corazón cedido y su conciencia le marca su ÉL, no el más de la cesión.

Todo esto nos lleva a posicionamientos fundamentales:

La personalidad, la singularidad, la intimidad, la identidad de cada uno es inviolable y todas las maquinaciones y manipulaciones contra ella van contra Dios en su imagen que es el ser humano.

Pero, sin rebajar un ápice de lo anterior, opino que no estamos concebidos para el aislamiento, el individualismo.

Somos, igualmente desde nuestra esencia, seres sociables. Existimos-para-ser-con-los-otros. No es bueno que el hombre esté solo… dice el Génesis.

Pero esto no se trata de estar junto a los otros, simplemente apilados, y protegidos del resto por el individualismo.

Dios nos crea como realidad colectiva: el HOMBRE (mujer y varón) y encarga que nos multipliquemos formando colectividad: Humanidad: No es bueno que el hombre (humanidad) esté sola. Por ello, tan importante como la primera es esta dimensión social. Estamos hechos para el otro, para el otro con el otro. Y somos, o debemos ser, unos con otros como el fenómeno de la ósmosis que, a través de la membrana de la vida se vaya transfiriendo lo que uno es para enriquecer al otro y así enriquecer, llenar de plenitud, la colectividad.

Es lo que dice Pablo hoy en su carta a los Corintios. Eso es cristiano porque eso es seguir el proyecto de Dios que se hace concreto en Jesucristo.

No se trata, por tanto,  simplemente de ser bueno, no meterse con nadie, no hacer daño a nadie. Se trata de hacer bien a uno, a muchos, de hacer por cambiar los sistemas que si hacen mal.

Y esto es un equilibrio importante de saber mantener. Estas dos perspectivas existen para engendrar vida, no para convertirse en sistemas de muerte, normalmente de la mayoría, para beneficiar a otros , normalmente pocos porque para muchos sería insostenible.

Un abrazo

José Luis Molina

23 enero 2022.

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