jueves, 27 de enero de 2022

DIOS SE HACE ESCRITOR

 



 

En mi opinión, uno siente necesidad de escribir, siente el impulso lírico, para objetivar, contemplándolo fuera de él, en el papel, pero sin soltarlo aún, reteniéndolo entre sus manos, la experiencia vital que ha vivido, que ha sentido en lo más profundo de su ser mismo, lo más él de su identidad.

Cuando uno escribe así, mira el papel, lo contempla, lo lee, lo vuelve a releer y lo guarda, en un principio, con recato. Solo mostrará lo escrito a quien esté seguro lo valorará.

Cuando por fin decide mostrarlo, leerlo, entregarlo, lo hace en función de alguna persona que le resulta valiosa, todo ello en un proceso.

La persona receptora va a valorar lo que recibe. El autor de la donación, en su interior, desea que eso que entrega sea sacramento de comunicación y comunión, que establezca entre él, donante, y quien recibe, destinatario, vínculos y experiencias que al destinatario le proporcionará vida.

Esto que he escrito hasta aquí, y os comento, es una de las interpretaciones que hago de la Navidad según el prólogo del evangelio de San Juan.

El Dios inaccesible es, por esencia suya, voluntad de encuentro, deseo de comunicación (Verbo), el poema existencial de su irrupción en la historia. Desde siempre estaba escrito en su proyecto, hasta que llegó el momento de mostrarlo. Y lo hace de la forma más sorprendente y más radical en Jesús de Nazaret, y lo hace, esta es su mayor originalidad, optando, de manera radical ,por  el ser humano, objeto de su decisión.

Su Palabra es Palabra que no se queda helada en el papel. Es comunicación que no se queda helada en las pajas de un establo. Es Palabra de amor y de vida. Palabra que llama al amor fecundo

Y es tan radical porque lee el poema para todos: los que lo acogemos y los que cerraron páginas. Tan radical que asume el riesgo de ser rechazado.

Dichosos los que se abren a esa sinfonía de palabras  que se hace vida  (Verbo), porque tendrán la experiencia de que lo anunciado se cumple y se sabrán y se sentirán hijos de Dios

Un abrazo

José Luis Molina

 2 de enero del 2022

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