martes, 21 de noviembre de 2017


por Blogger
anunciodelevangelioIGLESIA Y POLÍTICA
GABRIEL Mª OTALORA, gabriel.otalora@outlook.com
BILBAO (VIZCAYA).
ECLESALIA, 06/11/17.- En la Asamblea Plenaria de la Comisión Pontifica para América Latina que tuvo lugar en el Vaticano el año pasado, Francisco hizo algunas llamadas de atención dirigidas al epicentro de nuestras conciencias. Acostumbrados a vivir una Iglesia de ritos y cumplimientos, el profetismo de Francisco nos va modelando en las verdaderas realidades del evangelio.
En dicha Asamblea se refirió a construir la “cultura del encuentro” que ayude a superar los diferentes puntos de vista, las tensiones y discrepancias. Y sobre todo nos sorprendió cuando pidió a los mandatarios que no crearan leyes para organizar la sociedad sino para resolver los problemas de injusticia. “por favor, les pido que escuchen a los pobres, a los que sufren. Mírenlos a los ojos y déjense interrogar en todo momento por sus rostros surcados de dolor y sus manos suplicantes. En ellos se aprenden verdaderas lecciones de vida y de humanidad, de dignidad. Busquen superar la injusticia estructural y sigan apostando por la reconciliación y la paz".
La dicotomía entre religión y política es uno de los temas más espinosos que tenemos los seguidores de Cristo ¿Qué es entrar en política? Quizá deberíamos matizar de entrada el concepto “política”, ya que una cosa es la política partidista como ejercicio necesario para la gobernabilidad de un país, y otra muy diferente la llamada denuncia profética de las injusticias ante las que un seguidor de Cristo no puede quedarse indiferente, o lo que sería peor, directamente cómplice. Cristo fue partidario de contar con seguidores que hiciesen  política defendiendo al perseguido por leyes injustas, en nombre de Dios. Se les llama profetas y sus invectivas a la par de su coherencia deberían seguir siendo el modelo para todos.
Jesús de Nazaret entró de lleno en esta segunda categoría de política hasta el punto de que lo mataron porque llegó demasiado lejos con su ejemplo. Él mismo zarandeó las estructuras injustas legales religiosas ocasionadas por las prácticas viciadas de las leyes del Pentateuco. Y sus seguidores más directos hicieron exactamente lo mismo. Ninguno entendía la política convencional de alianzas estratégicas ni de espacios de poder. Tampoco estaban capacitados para administrar el funcionamiento del día a día, lo que los romanos llamaban res publica. Pero no dejaron de incomodar a las autoridades judías por sus graves inconsecuencias hasta convertirse en una molestia peligrosa para los dirigentes judíos y romanos (en cuanto tuvieron un seguimiento social que perjudicaba a sus intereses).
Si miramos la historia, la Iglesia de Cristo se ha metido en política en ambas direcciones. Muchos profetas y comunidades enteras han mantenido su coherencia en la fe, la esperanza y el amor a pesar de los peores pesares. Los mártires no son cosa del pasado si tenemos en cuenta que las mayores matanzas y persecuciones de la historia por seguir el ejemplo del Maestro se están dando ahora mismo, sin que la mayoría de creyentes en Jesús apenas levantemos la voz en el Primer Mundo, ni clérigos ni laicos.
En el corazón de Europa tenemos una estructura de poder clerical político de verdad que se sustenta en un verdadero Estado en torno a la sede petrina de Roma desde el siglo XIII, y con una historia poco edificante de verdadera lucha territorial que se cierra en 1929 con Mussolini y la configuración actual del Estado Vaticano con sus 44 hectáreas de extensión; una estructura con sus ministros de Asuntos Exteriores (nuncios) e inmunidades diplomáticas. Una realidad Iglesia-Estado que ha sido visto como la cosa más normal del mundo por muchas generaciones de católicos. Resulta increíble que el Estado Vaticano aún no haya firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. No puede argumentar que no es miembro de pleno derecho, puesto que ha suscrito otros convenios muy importantes. Quizá la razón hay que buscarla en el artículo 1 de la misma cuando señala que "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, dotados como están de razón y conciencia, que deben comportarse fraternalmente los unos con los otros." Si el Estado Vaticano firmase, debería acabar, entre otras cosas, con la discriminación milenaria con las mujeres; y también con la estructura no democrática perpetuada en el tiempo.
De nuevo, el Papa Francisco nos recuerda una vez más con la mejor política cristiana posible: proponer la cultura del encuentro como base para resolver los problemas de la injusticia. Empezando cada uno con el ejemplo en lo cotidiano, claro 

MATEO 25, 14- 30



El Resucitado nos empuja a ser "comunidad de la esperanza"

Es urgente reavivar la experiencia de Cristo resucitado. De ella viven las
comunidades cristianas, desde ella crecen y comunican el Evangelio, desde
ella se  esfuerzan por abrir caminos al reinado de Dios y de su justicia en estos
tiempos en que la crisis ecológica, las guerras económicas, la globalización
excluyente de los últimos, la   crueldad de los terrorismos, la insolidaridad de
los países del bienestar, el olvido de la miseria y el hambre en el mundo,
plantean nuevos retos a una Iglesia llamada a contribuir desde su propia fe a
abrir caminos nuevos de justicia y de esperanza.
Estamos viviendo unos tiempos en que el desencanto, la desesperanza y la
tentación de resignación se extienden en no pocas comunidades cristianas, a
pesar del mensaje alentador del papa Francisco. Por otra parte, nos movemos
en un mundo que, en estos momentos de crisis, revela aún más la
inhumanidad y la injusticia sobre la que se asienta. Mientras tanto sigue
creciendo la locura del terrorismo y la incapacidad para buscar fórmulas de
convivencia por vías democráticas de dialogo. La Iglesia ha de recordar que,
antes que «lugar de culto» o «instancia moral», ha de entenderse a sí misma
como «comunidad de la esperanza».     José Antonio Pagola
Nueva etapa evangelizadora. 1. Recuperar el proyecto de Jesús..                        
           

BÚSQUEDA CREATIVA

A pesar de su aparente
 inocencia, la parábola de los 
talentos encierra una carga 
explosiva. Es sorprendente 
ver que el tercer criado es
condenado sin haber cometido 
ninguna acción mala. Su único 
error consiste en no hacer nada: 
no arriesga su talento, no lo hace fructificar, lo conserva intacto en 
un lugar seguro.
El mensaje de Jesús es claro.
No al conservadurismo, sí a la 
creatividad. No a una vida estéril, 
sí a la respuesta activa a Dios. 
No a la obsesión por la seguridad, 
sí al esfuerzo arriesgado por 
transformar el mundo. No a la fe enterrada bajo el conformismo, sí 
al trabajo comprometido en abrir 
caminos al reino de Dios.
El gran pecado de los seguidores de Jesús puede ser siempre el no
arriesgarnos a seguirlo de manera creativa. Es significativo observar el
lenguaje que se ha empleado entre los cristianos a lo largo de los años
para ver en qué hemos centrado con frecuencia la atención: conservar el
 depósito de la fe; conservar la tradición; conservar las buenas
costumbres;conservar la gracia; conservar la vocación...
Esta tentación de conservadurismo es más fuerte en tiempos de crisis
religiosa.Es fácil entonces invocar la necesidad de controlar la ortodoxia, 
reforzar la disciplina y la normativa, asegurar la pertenencia a la Iglesia... 
Todo puede ser explicable, pero, ¿no es con frecuencia una manera de 
desvirtuar el Evangelio y congelar la creatividad del Espíritu?
Para los dirigentes religiosos y los responsables de las comunidades
cristianaspuede ser más cómodo «repetir» de manera monótona los 
caminos heredados del pasado, ignorando los interrogantes, las 
contradicciones y los planteamientos del hombre moderno, pero ¿de 
qué sirve todo ello si no somos capaces de transmitir luz y esperanza a 
los problemas y sufrimientos que sacuden a los hombres y mujeres de 
nuestros días?
Las actitudes que hemos de cuidar hoy en el interior de la Iglesia no se
llaman «prudencia», «fidelidad al pasado», «resignación»... Llevan más
bien otro nombre: «búsqueda creativa», «audacia», «capacidad de riesgo»,
«escucha del Espíritu», que todo lo hace nuevo.
Lo más grave puede ser que, lo mismo que el tercer criado de la parábola,
 actitud conservadora, cuando en realidad estamos defraudando sus
expectativas.
 El principal quehacer de la Iglesia hoy no puede ser conservar el pasado,
sino aprender a comunicar la Buena Noticia de Jesús en una sociedad
sacudida por cambios socioculturales sin precedentes.

lunes, 20 de noviembre de 2017

VIII RECREACIÓN HISTÓRICA DE EL BOSQUE

Ahí van algunas fotos de estas jornadas vividas, como todos los años, en el pasado fin de semana, en la Villa de El Bosque donde los, cada año mas numerosos, visitantes, se funden con la población del pueblo para celebrar valores como libertad y lucha por la dignidad no sometida a  los poderes de turno. Paradójicamente es es una lucha para oponerse a la violencia de la guerra, la opresión y los abusos de los poderosos. Digno de verse