martes, 28 de febrero de 2017

NUESTRA FIESTA, LA FIESTA DE INTIRUNA





Efectivamente, el sábado 25, tuvimos la Gran Fiesta de Intiruna (Léase ""Y EN ESTOS VEINTE AÑOS SEGUIMOS CANTANDO LAS HAZAÑAS  DEL DIOS DE LOS POBRES ")
Todos a una estuvimos para prepararla. Unos para decorar y ambientar el salón




Otros para preparar los alimentos









Otros las flores para la eucaristía



Y así comenzamos la celebración de la eucaristía a las 3 pm en punto.










Cada grupo debería leer el texto que en el propio grupo hubieran elegido y reflexionado al respecto del sentido de la fiesta que celebrábamos




También se leyó la carta que desde España envió Mari Román y lo que escribió Juani antes de marcharse. (Léase  ;esta ;ultima en el propio blog). Por no faltar, como no podía ser menos, hasta el propio Miguel proclamó desde España, por skype, Ex. 3, 1-10.


En el ofertorio hubo simbólicos presentes y, de igual manera, se 




proclamó el poema " BRUMA Y TIEMPO" (Léase también en el blog)  mientras de fondo se escuchaba "Gracias a la Vida"
Y así siguió la eucaristía en un clima de profunda alegría, acción de gracias y cuestionamientos hacia futuro.



Una vez finalizada la eucaristía hubo un rato festivo con lo que cada grupo había preparado al respecto como revestimiento, siempre en la misma tónica del sentido de la fiesta que celebrábamos









 






Por último terminamos compartiendo la comida preparada entre todos donde no faltó, además de unos ricos pasteles elaborados por Rosa Narvaez, la cocinera de la escuela,  el buen humor, chistes, canciones y bailes

.






Y eso fue todo, así fue nuestra fiesta






Ya es viejo, ya lo sabemos pero inexplicablemente la gente sigue votando al del megáfono. Y no debemos olvidar. Esto es referido a España pero a Ecuador también le puede servir de advertencia. Acá todavía tenemos posibilidades de evitarlo

sábado, 25 de febrero de 2017

Y EN ESTOS VEINTE AÑOS SEGUIMOS CANTANDO LAS HAZAÑAS DEL DIOS DE LOS POBRES

“Cantaremos tus hazañas , Señor, Señor;
lo que has hecho con tu pueblo, Señor, Señor.
Porque vimos tu fuerza entre nosotros
cuando fuimos a luchar por lo que es justo;
cuando unidos, contra el miedo y el cansancio,
conseguimos la victoria sobre ellos.”
(Fragmento de una adaptación musical del Salmo 9)

Cuando tarareo está canción,  me remonto –más bien diría, nos remontamos, porque el sentir no es individual-  a la noche del 2 de junio del 2005, una noche que marcaría un antes y un después en el camino que llevo en la Lucha de los Pobres.
Aquella noche fría -hablando climáticamente- apostados en una huelga de hambre en las afueras del Palacio Arzobispal de Quito, convencidos de una lucha justa, la comunidad Sta. María del Inti encendía un fuego rojo e intenso en el fuero interno de cada uno de los presentes y cantaba, cantaba está canción convencida de lo que estaba haciendo,  y el Espíritu de Dios lo avivaba, no me cabe duda de esto.
Habíamos decidido desafiar a la jerarquía eclesial de Quito.  Sí, nosotros, la chusma de la periferia, un pueblo de pobres -por ello pueblo de Dios-  que gracias a dos curas rebeldes habían levantado la cabeza y la voz para no permitir que lo pisotearan.
Sí, esta noche marco para mí un antes y un después, porque los pasos que habíamos dado hasta aquella noche habían recorrido un largo trecho y después  habrían de avanzar significativamente,  con tropiezos y levantes hacia este presente.
El antes
Un 25 de febrero de 1997, dos curas barbudos españoles, bautizados como: José Luis Molina y Miguel Ángel Olmedo, aterrizan en Quito sin ánimo alguno de reproducir la conquista española, sino más bien, de echar raíces y hacer brotar la libertad del evangelio. Dos seres extraordinarios tanto en carácter,  en formación, en compromiso y experiencia comunitaria, pero sobretodo en humanidad, pisaban los Andes con mochila a sus espaldas.

Buscando a quién servir, se toparon con un suroriente abandonado con ganas de ser preñado de esperanza.  Y haciéndolo suyo, nació o renació una parroquia con el nombre de Sta. María de apellido indígena Inti (Sta. María del Inti)





Allí construyeron su casa, que poco a poco fue convirtiéndose en nuestra casa. Y abriendo brecha entre piedra, espinos y tierra fértil, abonaron y sembraron, con sus propias manos, con sus propios pies. Yo lo ví, doy testimonio de ello, del cariño con que nos sembraron, porque cada persona a la que extendieron su mano fue como semilla que creció, como crece  el trigo en el campo al amparo del labrador.

Con Miguel y José Luis, algunos  aprendieron a leer y a escribir textualmente, pero todos o la mayoría  quizá, aprendimos con ellos, que había que  leer  las entrelíneas de la vida, la profundidad que conlleva cada momento, cada persona, cada decisión y así fuimos reconociendo nuestros lados oscuros y la necesidad de conversión.
La parroquia nos hizo crecer y ella mismo creció en extensión, en responsabilidades, en compromiso, en exigencias y en humanidad.  La semilla se había convertido en árbol y en sus ramas, hacían nido los  pájaros de la organización (Consejo Parroquial), del servicio (Escuela Inti, Fondo de Solidaridad), de la conciencia (Escuela de Laicos, Acción Social) y de la celebración gozosa de la vida (Liturgia), entre otros.








Nos habíamos puesto en pie,  habíamos descubierto el sentido de la fe en un Dios que nos quería: LIBRES, HONESTOS Y DIGNOS.
Pero la oscuridad no soporta la luz, y el Inti -como habíamos aprendido a llamar a nuestra parroquia-  había empezado a trastornar a la autoridad eclesiástica y a todo aquel que aferrado a su ceguera religiosa no soportaba la luz del evangelio. El hacha del poder quería cortar nuestro árbol.
Así llegamos a aquella noche en el 2005, a dar nuestro mejor combate, una comunidad humilde del sur de Quito,  endilgada de romper el orden establecido, acompañada por dos curas rojos, dos curas LIBRES, HONESTOS Y DIGNOS.
“Cantaremos tus hazañas, Señor, Señor;
lo que has hecho con tu pueblo, Señor, Señor.
Son muchos los que oprimen a los pobres
y encarcelan al que fue siempre inocente;
no te calles, Señor, ven a nosotros,
esperanza del pueblo que combate.”


El después
Desde el 2 al 12 de junio del 2005, cinco compañeras nuestras se mantuvieron en huelga de hambre, acompañadas por una comunidad radicalmente decidida a honrar su historia. El Dios bueno, padre y madre que conocimos con José Luis y Miguel no nos desamparó en aquellos días y levantó la huelga de hambre, en una batalla similar a la de David y Goliat.

Este fue el momento culmen en que el Inti cortaría el cordón umbilical con la iglesia quiteña bautizándose como Intiruna (Ser humano del Sol, hombre y mujer del Sol).  Un bautizo de fuego al cual habíamos sido convocados desde la sacramentalidad de la vida compartida con nuestros sacerdotes.





Ellos en cambio amenazados de suspensión A Divinis, lograron sortear la perversidad del clero guiados por la solidaridad de  Monseñor Luna Tobar y así, con paso firme volvieron a su casa, a nuestra casa en la Lucha de los Pobres. 
Han pasado ya varios años desde aquellos acontecimientos y el tiempo que pasa silenciosamente pero que arriba con sol, lluvias y tormentas,  hizo brotar nuevas hojas en el árbol del Inti y los pájaros que habían nacido en él, empezaron a fortalecer sus alas  aunque costaba entender que aquello  implicaba autonomía para volar.
Con firmeza y coherencia Miguel y José Luis nos acompañaron y nos acompañan en este enrumbar del vuelo y aquí estamos queriendo surcar el cielo a 20 años de celebrar su llegada a la periferia del suroriente.

En medio de tanto camino andado, ellos ya no son los barbudos españoles, son nuestros pastores, los amigos: el Peregrino de la Cabeza Nevada y el Hombre Pájaro, quienes nos han abrazado en los momentos más terribles, con quienes hemos reído a carcajadas sonoras, con quienes hemos discutido hasta las lágrimas en ocasiones y con quienes hemos brindado con el vino de la comunión por los milagros que hemos visto y construido juntos.




“Cantaremos tus hazañas, Señor, Señor;
lo que has hecho con tu pueblo, Señor, Señor.

Juzgarás a los gobiernos con justicia;
tú gobiernas con justicia verdadera.
Te aclamamos,defensor de los de abajo,
de los pobres y oprimidos de la tierra.”

Y sí, cuando tarareo está canción hago conjunción de una experiencia que hoy 25 de febrero del 2017 me enorgullezco de contar y celebrar porque Dios ha sido misericordioso con nosotros y ha pintado de la mano de dos curas rebeldes, nuestros profetas, pinceladas de Utopia en nuestras vidas.
Gracias Miguel y José Luis por estos años, gracias por haber elegido nuestra tierra y a pesar de los pesares seguir apostando por nosotros…
¡HASTA LA VICTORÍA DEL REINO, SIEMPRE!
SALUD!!!

Marcia Toca
BRUMA  Y   TIEMPO




Entre la bruma, el tiempo.
Entre la bruma, la vida.
Veinte años ya, veinte años fueron.
Veinte años de bruma,
veinte años de vida,
bruma y vida en ese tiempo.
¡Bruma!
en aquel amanecer de la partida,
bruma desdibujando
los perfiles y los contornos
que atrás se quedaban,
bruma húmeda de lágrimas,
bruma callada
de quejidos reprimidos.
Bruma en el tiempo
contemplado con lágrimas,
con lágrimas fértiles
que siempre fecundaron,
lágrimas hechas bruma
en nuestros ojos
por la vida que duele,
por el dolor que engendra vida,
por la vida amasada
con dolor, con ansia, con . . . espero.
También el Pululahua
nos oculta, entre brumas,
insinuando apenas
su vientre fecundo,
para,en un momento,
levantarla al cielo
haciéndola arco iris
que abraza el verdor de su seno.
Así también, las brumas,
que se hicieron de lágrimas,
en profundo portento,
conviértense en sonrisas,
en brillos y destellos
de amor, de vida compartida,
de andaduras y esfuerzos,
de comunión y apoyo,
sosteniendo mi tambaleo,
nuestros tambaleos.
Y en este momento,
en estos veinte años
de camino, canto y tropiezos,
yo os ofrezco la bruma de mis sueños
que siempre, siempre, siempre,
en mí tuvieron
la esencia de ser vida.


         José Luis Molina
                                25 de febrero del 2017

JUANI NOS HA DEJADO ESCRITO

Para Intiruna, el 25 de febrero ha venido a convertirse en una fecha emblemática. Es una fecha nuestra, es una fiesta nuestra. En lo que ese día significa se hunden las raíces primigenias de lo que luego ha venido siendo nuestra historia.
Juani tenía ilusión de estar con nosotros en esta fecha y asumir la presencia de la gente de allá de España. Pero por razones que no dependían de ella, no pudo ser. Pero nos dejó este escrito, estas palabras suyas. Nosotros se las agradecemos pues en ellas encontramos respaldo y, a través de ellas, recibimos aliento y llamada al entusiasmo.
Gracias, Juani





" Recuerdo, el día 25 de febrero hace hoy 20 años, la despedida y el llanto en el aeropuerto. Unos entendíamos más, otros menos la opción que José Luis y Miguel hacían, pero a nadie nos gustaba que vinieran tan lejos.
Hemos ido viendo como su hacer aquí iba dando sentido a su sacerdocio y felicidad a sus vidas.
Aunque han sido muchas las dificultades y las preocupaciones porque la distancia tiene sus propias reglas ellos han sido puente entre ustedes aquí  y nosotros allí en España.
Cada uno desde su dimensión, hemos podido sentirnos en comunión con INTIRUNA, y os hemos vivido como luz y sal en la Tierra.
Yo he tenido la suerte de estar aquí y quiero expresar mi gratitud por todo lo dicho.
Gracias por vuestra acogida, vuestra cercanía, vuestro compartir, vuestra lucha. Os aseguro que esta experiencia ha calado en mí, me cuestiona y me provoca.
Ahora necesitaré un tiempo, creo que no pequeño, para digerir todo lo que he encontrado y vivido aquí.
Pase lo que pase en el futuro la experiencia que habéis vivido nadie ni nada os la podrá quitar y marcará y guiará siempre vuestras vidas. Le pido a Dios que os de la valentía y el criterio necesario para seguir haciendo camino INTIRUNA."

Juani González Acosta


martes, 21 de febrero de 2017

¿ES ESTO LA DISTOPÍA?

Yolanda Chávez.- Los Ángeles. USA

por Blogger

Me preguntaba mientras veía por televisión en la sala de mi casa en Los Ángeles, la ceremonia de juramentación presidencial del republicano DT desde Washington, D.C.
¿Es real esto que estoy viendo? Pensaba…y es que como mujer migrante latinoamericana, y como tía de un hermoso niño con discapacidades físicas, me costaba trabajo entender que un hombre que cree que toda la América Latina es México y que Estados Unidos es toda América, que quienes no somos blancos somos peligrosos; un hombre que abiertamente cree y dice que las mujeres somos “pedazos de carne” de los cuales se puede disponer y tomar por donde se le antoje y como se le antoje, un hombre que se atreve a humillar públicamente a una persona con discapacidades físicas. Ese mismo hombre el viernes 20 de enero ponía su mano sobre la Biblia para juramentar y tomar posesión de la Presidencia de los Estados Unidos.
¿La distopía es esto? Me preguntaba. Imaginé, basándome en sus acciones, el modelo de sociedad que este hombre tiene dentro de su cabeza: Una sociedad donde es correcto pensar que los hombres son superiores a las mujeres, que ser blanco es un privilegio otorgado por Dios y por lo tanto, significa estar por encima de quienes no lo somos. Pese a él, en esa sociedad great existimos personas que no solo no somos blancos, sino además muchos somos inmigrantes, otros tantos “diferentes” y algunos otros, discapacitados. Características que nos hacen sujetos perseguibles y “matables” (como lo han entendido algunos que simpatizan con ese modelo de sociedad).
La desolación ante esta imagen distópica, trajo otra; la de la puerta del infierno que describe Dante Alighieri en la Divina Comedia y la inscripción en ella cuyo texto dice: “Es por mí que se va a la ciudad del llanto, es por mí que se va al dolor eterno y al lugar donde sufre la raza condenada… abandona la esperanza si entras aquí”.
Sentí que el corazón se me encogía… La población migrante, las mujeres, los “diferentes” y los discapacitados, ¿estamos cruzando las puertas del infierno en este preciso momento?  La mano de ese hombre juramentando sobre la Biblia, ¿es la mano que nos empuja al infierno, nos arrebata la esperanza y nos condena a vivir para siempre sin ella?
Instintivamente miré mis manos, están llenas de cicatrices y callosidades por más de 20 años de trabajo en este país, ¿pueden estas manos maltratadas tener la suficiente fuerza para no permitir que le sea arrebatado el tesoro de la esperanza? No, mis manos no tienen tanta fuerza…
Mi desolación trajo el recuerdo de las personas que cruzaron el desierto de la frontera junto conmigo hace muchos años movidos por la esperanza, la sonrisa en el rostro esperanzado de mi sobrino cada vez que abandona el hospital y los sueños que van formando los caminos en el esperanzador futuro de mis hijos por quienes vivo. Mi instinto de mujer me gritó desde las entrañas que no, no ¡NO! Nadie puede quitarnos la esperanza, y sé que en esto no estoy sola, sé que hay muchos seres humanos que piensan lo mismo que yo.
Por fortuna, lo que determina la distopía no está fuera, sino dentro de las mentes, y dentro de las mentes de la mayoría de los estadounidenses están los grandes conceptos sobre los derechos fundamentales de cada uno de los seres humanos sobre el planeta: «libertad e igualdad». Conceptos que dieron las bases y la esencia a este país desde 1776. Precisamente la libertad y la igualdad se hicieron presente un día después del oscuro evento de juramentación de DT en la Marcha de las mujeres, una de las movilizaciones de mayor convocatoria que se haya registrado en los últimos años en los Estados Unidos. Las calles en Los Ángeles se llenaron de  carteles que sostenían en su mayoría mujeres blancas. Carteles en los que se leía: “Boicotea al racismo”, “No es mi presidente”, “El futuro es mujer” y “Construye puentes no muros”… Sí, hay muchos seres humanos que creen en la libertad, en la igualdad y luchan por mantener la esperanza en el corazón y entre nuestras manos Si, ¡seguimos teniendo esperanza! Y anoche, llena de esperanza, sentada en el sofá de la sala de mi casa viendo conversar a mis hijos, traté de imaginar su futuro, el de mis sobrinos, el de sus amigos, el de esta generación. Y como soy una mujer creyente, recordé que en la ceremonia de juramentación de DT,  un pastor leyó Mateo 5: 3-10: Bienaventurados los pobres, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los pacificadores, los que sufren persecución; serán llamados hijos de Dios pues de ellos es el reino de los cielos.  
Bienaventurados sean mis hijos, mis sobrinos y sus amigos, esta y las generaciones venideras porque tienen la posibilidad de trabajar fuertemente por su futuro, y ese trabajo ha de quedar plasmado no solo en sus manos, sino en el corazón, en las mentes y en la historia de sus propias familias y en la de Estados Unidos, su país.
En mis manos maltratadas por el trabajo está la fuerza de mujer y de madre, la fuerza de tía.  En mis manos con cicatrices y callosidades esta la sabiduría para enseñarles a buscar siempre la justicia, también a ser pacificadores, a defender y abogar por los más frágiles, a jamás perder de vista la dignidad que yace en cada ser humano.
Estas manos toscas mías, tienen la fuerza para enseñarles a nunca abandonar la esperanza de que el futuro será presidido por la libertad y la igualdad pero que hay trabajar y esforzarse por ello constantemente.

Hermanas, hermanos: En este momento histórico estamos involucrados todos vivamos o no en los Estados Unidos. Tenemos que entender que ya no hay lugar para la pasividad y la neutralidad…
Me viene a la mente otro texto de La Divina Comedia:
“Los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral”.

lunes, 20 de febrero de 2017

HEMOS TENIDO VISITA






Efectivamente, nos ha visitado Juani González de España. Durante tres semanas, porque tuvo que adelantar el retorno, ha estado con nosotros Juani. Hemos disfrutado con ella y esperamos que ella con nosotros.


Hemos estado compartiendo con ella lo que somos, lo que hacemos, nuestras metas, nuestros sueños, nuestras dificultades,...Ha asistido a nuestras reuniones, ha participado de nuestros eventos y ha visitado un poco nuestro país que también esperamos le haya gustado.




Ha compaginado bien con nosotros, parecía que nos conociéramos de más tiempo. No parecía le resularan extrañas nuestras costumbres, nuestros modos. Nos da alegría recibir a gente amiga.
Por eso, de todo corazón, gracias, Juani, por tu visita. Ya sabes que ésta también es tu casa