sábado, 26 de septiembre de 2015

EL NIñO AHOGADO

 No pretendo redundar en el morbo sentimentaloide que se suscitó a partir de esta foto, para que Europa, y Estados Unidos  continúen igual. Pero la pluma de Leonardo Boff, como de costumbre rezumando humanidad y un respetuoso sentido poético, desde la hondura con que escribe,  nos puede hacer pensar, nos puede zamarrear y, !qué buenos! si consigue que no nos quedemos indiferentes ni inhibidos ante el drama que se está viviendo en estos días. Por eso lo transcribo
.
sep222015
 
Enviado a la página web de Redes Cristianas
Descripción: Leonardo Boff2El niñito sirio de 3 a 4 años yace ahogado en la playa, pálido y vestido todavía con su ropita de niño. De bruces y con la cara vuelta hacia un lado, como si quisiese respirar aún. Las olas tuvieron piedad de él y lo llevaron a la playa. Los peces, siempre hambrientos, lo respetaron porque también ellos se compadecieron de su inocencia. Ayslan Kurdi es su nombre. El padre no pudo sujetarlos y se le escaparon de las manos, tragados por las aguas.
Querido Ayslan: tú huías de los horrores de la guerra en Siria, donde tropas del presidente Assad, apoyado por los ricos Emiratos Árabes, luchan contra los soldados del cruel Estado Islámico, ese que degüella a quien no se convierte a su religión, tristemente apoyado por las fuerzas occidentales de Europa y de Estados Unidos. Imagino que te daba miedo el sonido de los aviones supersónicos que lanzan bombas asesinas. No dormirías por miedo a que tu casa volase por los aires en llamas.
Cuantas veces habrás oído decir a tus padres y vecinos cuan temibles son los aviones no pilotados (drones). Persiguen y cazan a las personas por las colinas desiertas y las matan. Fiestas de boda, celebradas con alegría, a pesar de todo el horror, también son bombardeadas, pues se supone que entre los invitados debe haber algún terrorista.
Tal vez tú no te imaginas que quien practica esa barbaridad y está por detrás de todo esto es un soldado joven, que vive en un cuartel militar de Texas. Está sentado tranquilamente en su sala delante de una inmensa pantalla como de televisión. A través de un satélite muestra los campos de batalla de su tierra, Siria, o Irak. Cuando sospecha, con un pequeño toque de botón dispara un arma sujeta al dron. Nada siente, nada escucha, ni llega a tener pena. Al otro lado, a miles de kilómetros, mueren súbitamente 30-40 personas, niños como tú, padres y madres como los tuyos, y personas que nada tienen que ver con la guerra. Son fríamente asesinadas. Desde el otro lado, él sonríe por haber dado en el blanco.
A causa del terror que viene por cielo y tierra, ante el pavor de ser muertos o degollados, tus padres resolvieron huir. Se llevaron a toda la familia. No piensan en buscar trabajo. Solo en que no quieren morir ni que los maten. Sueñan con vivir en un país donde no pasen miedo, donde puedan dormir sin pesadillas.
Y tú, querido Ayslan, podrías jugar alegremente en la calle con compañeritos cuya lengua no entiendes pero no lo necesitas, porque vosotros los niños tenéis un lenguaje que todos los niños y niñas entienden.
No has podido llegar a un lugar de paz. Pero ahora, a pesar de toda la tristeza que sentimos, sabemos que tú, tan inocente, has llegado a un paraíso donde puedes al fin jugar, saltar y correr por todas partes en compañía de un Dios que un día fue también niño, de nombre Jesús, y que para no dejarte solo ha vuelto a ser niño. Y va a jugar al futbol contigo, a coger a un gatito por el cuello, a correr detrás de un perrito, vais a entenderos tan bien como si fueseis amigos desde siempre; juntos vais a hacer dibujos de colores, a reíros con los muñecos que vais a hacer y a contaros historias bonitas uno a otro. Y os sentiréis muy felices. Y mira qué sorpresa: contigo estará también tu hermanito que murió y tu madre va a poder abrazarte y besarte como lo hacía tantas veces.
Tú no has muerto, mi querido Ayslan. Has ido a vivir y a jugar a otro lugar, mucho mejor. El mundo no era digno de tu inocencia.
Y ahora deja que yo piense conmigo mismo. ¿Qué mundo es este que asusta y mata a los niños? ¿Por qué la mayoría de los países no quieren recibir a los refugiados del terror y de la guerra? ¿No son ellos, hermanos y hermanas nuestros que viven en la misma Casa Común, la Tierra? Esos refugiados no piden nada. Solamente quieren vivir. Poder tener un poco de paz y no ver a sus hijos llorando de miedo y saltando de la cama por los estruendos de las bombas. Es gente que quiere ser recibida como gente, sin amenazar a nadie. Solamente quieren vivir su manera de venerar a Dios y de ir vestida como siempre se ha vestido.
¿No han sido suficientes dos mil años de cristianismo para hacer a los europeos mínimamente humanos, solidarios y hospitalarios? Ayslan, el pequeño sirio muerto en la playa es metáfora de lo que es la Europa de hoy: postrada, sin vida, incapaz de llorar y de acoger vidas amenazadas. ¿No oyeron ellos muchas veces que quien acoge a un forastero o perseguido está hospedando anónimamente a Dios?
Querido Ayslan, que tu imagen estirada en la playa nos suscite el poco de humanidad que siempre queda en nosotros, una brizna de solidaridad, una lágrima de compasión que no conseguimos retener en nuestros ojos cansados de ver tanto sufrimiento inútil, especialmente, de niños como tú. Ayúdanos, por favor, sino la llama divina que tiembla dentro de nosotros, puede apagarse. Y si ella se apaga, nos hundiremos todos, pues sin amor y compasión nada más tendrá sentido en este mundo.
*Leonardo Boff, un abuelo de un país distante que ya acogió a muchas personas de tu país, Siria, que se compadeció al ver tu imagen en la playa y se le escaparon dolorosas lágrimas de compasión.

Traducción de MJ Gavito Milano

FÁCIL EXPLICACIÓN PARA ENTENDER ESTE EVANGELIO


El lenguaje de Jesús es metafórico.

La 
mano es símbolo de la actividad
y el trabajo. Jesús emplea sus manos para
bendecir, curar y tocar a los excluidos.
Es malo usarlas para herir, golpear, 
someter o humillar.
Si tu mano te hace caer, córtatela
y renuncia a actuar en contra del estilo
de Jesús.
 
También los pies pueden hacer daño
si nos llevan por caminos contrarios
a la entrega y el servicio.
Jesús camina para estar cerca de los
más necesitados y para buscar a los que
viven perdidos.
Si tu pie de hace caer, córtatelo
y abandona caminos errados que no
ayudan a nadie a seguir a Jesús.
 
 
Los ojos representan los deseos y aspiraciones de la persona.
Si no miramos a las personas con el amor y la ternura 
con que las miraba Jesús, terminaremos pensando solo en nuestro propio interés.
Si tu ojo te hace caer, sácatelo
 y aprende a mirar la vida de manera más evangélica.

José Antonio Pagola.El camino abierto por Jesús








lunes, 21 de septiembre de 2015

LA ESCUELA INTI CRECE



Con un poco de retraso (los viajes siempre lo complican todo) cuelgo la presente reseña para quedar constancia del crecimiento de nuestra escuela. Este año lo hace con dos niveles más: 1º de 5 años  y 8º con la intención de progresivamente completar hasta 10º.

También este domingo, día 20, comenzó la Escuela para los Padres y este año, también con un nivel más, el 9º

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Jesús y su familia en los evangelios

Aunque sea un poco largo creo que es interesante aunque a algunos les pueda chocar e incluso no estar de acuerdo. José Luis Molina 
Publicado: 3 septiembre, 2015 en REFLEXIONES
Etiquetas:, , , , , 
familia....Sínodo sobre la FamiliaJESÚS Y SU FAMILIA EN LOS EVANGELIOSUna relación conflictiva y superadoraEVARISTO VILLAR, teólogo, evaristo.villar@gmail.com
MADRID.
ECLESALIA, 03/09/15.- En la cultura y espiritualidad cristina domina, en general, el monolitismo referente a la familia. Se habla de la “familia cristiana” como institución unívoca que prolonga la familia modélica de Jesús. Pero, a la luz de los evangelios, ¿fue tan modélica la familia de Jesús?
  1. El conflicto en la familia de Jesús
Entre la extrañeza por las obras que hace y el poco aprecio de sus paisanos por la humildad de su origen, los tres evangelios sinópticos dejan constancia de la familia nuclear de Jesús: “¿No es este el carpintero [Mt 13,55 dice “el hijo del carpintero, y Lc 4, 22, del “hijo de José”], el hijo de María  y hermano de Santiago y José, de Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas con nosotros”, Mc 6,3?[1]
Como atestigua Lucas en el libro de los Hechos 1, 14, parte de esta familia se encuentra en la naciente Iglesia después de la pascua. Santiago, a quien se conoce como “hermano del Señor” (Gal 1,9), presidió la Iglesia madre de Jerusalén  (Hch 15,13), y, junto a Pedro y Juan, “dio la mano”  a Pablo y Bernabé cuando tuvieron que  acudir a Jerusalén para dar cuenta de su predicación entre los gentiles (Gal 2,9). Este dato se mantiene también durante el s. II en la tradición extracanónica[2].
Pero, contrariamente a esta aparente “armonía familiar”,  los evangelios sinópticos,  más pegados al tiempo real de Jesús,  dan algunas noticias sobre el comportamiento de la familia de Jesús antes de la pascua. Y no son precisamente apologéticas. Reflejan grandes tensiones entre Jesús y sus familiares. Una relación nada armónica que va desde el escepticismo que refleja el evangelio de Juan (“es que ni siquiera sus hermanos creían en él”, Jn 7,5) hasta el conflicto,  como veremos a continuación. El modo extraño de comportarse Jesús acaba rompiendo la armonía de la familia que llega a pensar que padece “trastorno mental”. Y, para salvar ante el pueblo su reputación, la familia se siente en la obligación de recluirlo.
La escena que cuenta Marcos Mc 3, 21-31, seguido de Mateo y de Lucas, es paradigmática. Jesús está en casa de Pedro y una multitud, descontenta con el sistema (“no podían ni comer”) se apiña a su entorno. Pero  “al enterarse los suyos se pusieron en camino para echarle mano, pues decían que había perdido el juicio… Llegó su madre  con sus hermanos y, quedándose fuera, lo mandaron llamar”.
La fama de la familia, en especial de María, su madre, está en entredicho. “El hijo sensato, como rezaba el refrán popular, es alegría del padre, pero el hijo necio es pena para la madre” (Prov 10,1). En una sociedad agraria como aquella, el reconocimiento de la madre está en el número y valía de hijos varones; pero el fracaso de estos acarrea también el fracaso de la madre. Por esta razón han venido su madre y sus  hermanos para retornarlo a la cordura familiar.
Entre la multitud, sentada en semicírculos a los pies de Jesús, alguien le pasa el aviso: “Tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera”. Ni siquiera entran para no hacerse cómplices de sus extravíos. Sin inmutarse, Jesús reacciona con una pregunta: “¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?” A nadie, y menos a su madre, le podía dejar buen estómago esta respuesta. Si no fuera por la aclaración que, después de observar la reacción del auditorio, él mismo hace, cabría pensar en una grave desconsideración con su familia y hasta de una humillación pública de su madre. Pero no parece ser esa la intención de Jesús. En su respuesta deja claro que lo que más profundamente vincula a los seres humanos no es el origen, sino la participación en el mismo proyecto. “Mi madre y mis hermanos, dice, son quienes se ponen en camino  para hacer lo que Dios anhela”. La participación en el Reino de Dios,  viene a decir, no se funda tanto en la sangre o la carne, representada allí por su madre, cuanto en el proyecto de fraternidad que constituye a la gente por igual en  hermanos y hermanas.
Reforzando esta escena emblemática de la casa de Pedro —pero ahora sin la presencia de los familiares directos—  está esta otra que narra exclusivamente Lucas en 11, 27-28. Para todo el mundo es notorio que el establishment judío no soporta de buen grado la transformación física y mental de la gente que sigue y oye los discursos de Jesús. El poder oficial le acusa de magia por la terapia que practica y le exige señales del cielo para acreditar  el origen divino de sus poderes. En estas, una mujer que lo viene siguiendo y conoce perfectamente el bienestar y la esperanza que infunde en las masas, grita mirando a Jesús y contra la ceguera de los dirigentes: “dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron”. Jesús no la desmiente, pero aclara en seguida  que la dicha, aun de esa madre afortunada,  no está tanto en la vinculación natural con él, sino en la fidelidad de ambos al proyecto global de Dios: “Dichosos, mejor, los que escuchan el mensaje de Dios y lo cumplen”.
Mantener estos datos conflictivos,  contra la poderosísima tendencia de esa primera época cristiana a convertir a Jesús en leyenda y objeto de culto es, a juicio de Gerd Theissen,  profesor de Nuevo testamento en Heidelberg, un buen indicio de su  historicidad[3].
  1. Apuntando directamente a las causas
El extraño comportamiento de Jesús con su madre y sus hermanos apunta directamente a las causas: su modelo de familia, como luego veremos, no coincide con el que ellos representan. El de Jesús es justamente la alternativa a la familia patriarcal. Frente a la dependencia y sumisión de la primera, Jesús apuesta abiertamente por la autonomía y la igualdad en las funciones y en los sexos. Veamos algunos ejemplos paradigmáticos:
. El referente a la paz y la espada, en Lc 12 51-53: “¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? Os digo que paz no, sino división. Porque, de ahora en adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; se dividirá padre contra hijo e hijo contra padre, madre contra hija e hija contra madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra”. La decisión a favor o en contra de Jesús está causando, en las comunidades de Lucas, una división profunda en el seno de las familias. No hay paz, sino guerra porque, en el fondo, se están enfrentando dos proyectos alternativos, el de la verticalidad patriarcal y el de horizontalidad del proyecto de Jesús. Y todo esto se manifiesta tanto en el conflicto generacional que enfrenta a los hijos con los padres  como en el conflicto de género que rompe la dependencia de las mujeres frente a los varones.[4]
. Odiar a la propia familia (Lc 14, 26). La expresión, para nuestra sensibilidad, resulta hiriente. No nos está permitido odiar a nadie y menos a la propia familia. Tampoco, así como suena, encaja bien en el pensamiento real de Jesús. Este aparece más certeramente expresado en este dicho a propósito de los enemigos: “Os han enseñado que se mandó: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos” (Mt 5, 43). Los paralelismos con otros lugares del Antiguo y Nuevo Testamento han inclinado a los exégetas a traducir el verbo griego “miseo” (odiar)  por “amar menos” o “amar más” (como en Mt 10,37). Las nuevas Biblias castellanas[5] entienden adecuadamente la opción alternativa por el seguimiento de Jesús al traducir este semitismo por “preferir”: ”Si uno quiere ser de los míos y no meprefiere a su padre y a su madre…”. Superado este semitismo, estamos,  como en el dicho anterior sobre la paz y la espada, ante la doble ruptura generacional y de género. Ante el peligro de convertir la familia en gueto privilegiado y clasista, excluyente de los extraños y frecuente foco de egoísmo colectivo y posesivo, Jesús ofrece un proyecto de familia abierta, levantada sobre la gratuidad y la universalidad[6].
. El divorcio o la igualdad del hombre y la mujer (Mc 10, 11; Mt 19, 8; Lc 16,18). Los tres evangelios sinópticos reflejan este dicho de Jesús. Pero, mientras Marcos lo acomoda a la mentalidad grecorromana, más liberal,  Lucas se mantiene más pegado a la tradición androcéntrica judía: “Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con una repudiada comete adulterio”. Como afirma Dominic Crossan[7], Jesús no se opone directamente al divorcio, sino a la legislación judía que lo convierte en privilegio exclusivo del varón. En este contexto jurídico, contra el que Jesús reacciona, se rompe el proyecto ideal del Génesis 2, 24 que apunta a la constitución, desde el amor, de  un solo ser sin sometimientos ni dominios en la pareja. La ley judía está siendo injusta porque deshumaniza a la mujer y a toda la familia sometiéndolos al capricho y dominio del patriarca. El conflicto, una vez más, surge entre la igualdad que propugna el Reino y el sometimiento que vige en la familia patriarcal, reflejo, a su vez, del dominio de la clase dominante sobre el pueblo.
  1. La alternativa de Jesús o la familia Dei
El tipo de familia que propone Jesús es en definitiva una respuesta  crítica y, a la vez, una propuesta  alternativa al modelo patriarcal vigente. Surge como reacción espontánea a la provocación ética  que está generando  la realidad sociopolítica y religiosa de la Galilea de su tiempo.  Una realidad impuesta desde el poder que está dejando fuera de las instituciones oficiales a mucha gente. No podía ser nunca bueno un sistema que ignora y excluye a la mayoría social. Y la familia androcéntrica y  patriarcal,   que reproduce en el espacio doméstico este mismo desajuste social, es, por este motivo, rechazable. La alternativa de Jesús apuesta por una forma de articulación  social que, invirtiendo el (des)orden establecido por las instituciones oficiales del imperio y del templo, comienza desde abajo, desde las víctimas que estas  mismas instituciones están creando. Su propuesta o tipo de familia que Jesús propone y pone él mismo  en marcha se concentra en lo que él mismo consideraba  la familia Dei[8]. En esquema, se reduce a las dos claves siguientes:
Frente a la familia patriarcal fundada sobre la propiedad de los bienes y de las personas que se convierte en un sistema cerrado, excluyente,  y frecuentemente posesivo, el nuevo proyecto se levanta sobre la sociabilidad y la gratuidad de los bienes y las  personas,  abierto a la inclusión y la  universalidad. Y frente a la verticalidad que se impone desde  arriba y reproduce  el viejo (des)orden de autarquía y sumisión,  Jesús propone un nuevo tipo desde abajo que se levanta desde la autonomía e igualdad de todos los miembros. Al poder monárquico y absoluto de la figura del padre que todo lo somete y domina  se opone la toma de conciencia de la igual dignidad desde la que todas y todos son hermanos: “vosotros,  en cambio, no llaméis a nadie “padre” vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro “Padre”: el del cielo” (Mt 23, 9).
De entre la multitud de gente que lo seguía, algunas personas se comprometen con el nuevo modelo. Provienen desde distintas situaciones. Un colectivo amplio lo constituyen los que nada tienen, víctimas del sistema; otros lo hacen por vocación.
El primer grupo lo constituyen los que Holl calificó de “malas compañías”, es decir,  los pobres y mendigos, los sin hogar y sin tierra, desarraigados y siempre en camino.  Entre los segundos se cuentan los que, por opción, han dejado casa, hacienda o familia. Unos y otros van creando en torno a Jesús círculos de pertenencia de forma espontánea., desde los “meros oidores de su palabra” y los discípulos y discípulas que lo siguen de forma itinerante entre las aldeas hasta los mismos labradores que ponen su casa y sus bienes a disposición de los que anuncia un nuevo estilo de vida, el del Reino de Dios.
Una reflexión final
Pretender trasladar la realidad de hoy al evangelio y querer descubrir en él la presencia explícita de todos y cada uno de los tipos de convivencia que hoy se dan,  es, quizás, demasiado artificial. Pero tampoco sería correcto dejar tanta vida fuera del evangelio.
Hay, a mi modo de ver, dos instancias  desde las que todos estos tipos de familia entran por la puerta grande en la nueva Familia de Jesús o Familia Dei: desde la situación de exclusión, rechazo y marginación de la que—si no jurídicamente en algunos países— están siendo objeto sociopolítica y religioso-culturalmente en la “buena sociedad” y en las viejas iglesias. Son ellos hoy aquellas  “malas compañías” de las que quiso rodearse Jesús en su día. Esto en primer lugar. Y, luego, desde el principio del amor, omnipresente en todos los rincones de los evangelios[9]. También hoy se puede  oír la propuesta de Jesús: “amadlos como yo los he amado” (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
[1] No voy a entrar en este trabajo en el tema de la filiación de Jesús, de la que sus paisanos no parecen dudar, ni en el significado preciso del término “hermanos” en los evangelios canónicos. Para el propósito que persigo, me basta el concepto genérico de familia. Para una mayor precisión,  cfr. Antonio Piñero, Guía para entender el Nuevo Testamento, Trotta, 2006, p.174ss.
[2] . Cfr. El Evangelio según Tomás, llamado “el quinto evangelio” 12,  en  Aurelio de Santos Otero, Los evangelios apócrifos,  BAC, 1988, p. 691;  y el fragmento 6 del Evangelio a los Hebreos recogido por Antonio Piñero en Todos los evangelios, Edaf, 2009, p. 622.
[3] Cfr. Gerd Theissen y Annett Merz, El Jesús histórico, Sígueme 1999, p. 142.
[4] De este conflicto también se hace eco el Evangelio de Tomás, pero ignorando llamativamente la división de género.  Cfr. Aurelio de Santos Otero, Los evangelios apócrifos 16, p. 692.
[5]Cfr. L. Alonso Schökel y Juan Mateos en la Nueva Biblia Española, Cristiandad, 1975.
[6] El Evangelio según Tomás recoge en varios lugares este dicho de Jesús, números  55 y 101. En este último, incompleto, destaca la supremacía del seguimiento de Jesús desde el reconocimiento del importante papel que han tenido sus padres, y,  en concreto, el de su madre, por haberle dado la vida.  cfr. Antonio Piñero, Todos los evangelios, p. 430. Cfr. también, Xabier Pikaza, El hijo del hombre. Historia de Jesús Galileo, Trant lo Blanch, 2007, pp. 268-269.
[7] Cfr. John Dominic Crossan, Jesús: Vida de un campesino judío, Crítica, 1994, p. 350
[8] Cfr. J. Jeremías en Teología del Nuevo testamento, I, Salamanca, 1985, pp 200-101. En esta imagen, el padre de familia (oikodespotes) es el Padre del cielo, el primogénito,  hecho hombre, viene a ser el Señor de la casa, y los/as que deciden seguirle son todos y todas hermanos.
[9] Es tan omnipresente este principio que hasta la misma ciencia lo está descubriendo como componente fontal de toda realidad, como afirma el ciéntífico y teólogo irlandés Diarmuid O’Murchu: “No hay límites para la energía del amor, que engendra siempre formas de vida superiores  y más complejas, y en ese mismo engendramiento nos damos cuenta de una cualidad esencial benigna con la que está dotada toda la realidad, ante la que la “perpetuación de las especies” y “la supervivencia del más apto” se convierten en fuerzas motivadoras de importancia secundaria”, en Teología cuántica. Implicaciones espirituales de la nueva física, Editorial Abya Yala, 2014, p. 217.

SOLO TIENEN UN ARMA

Publicado: 1 septiembre, 2015 en ACTUALIDAD
Etiquetas:, , , , ,

basta
SOLO TIENEN UN ARMA
MARI PAZ LÓPEZ SANTOS, pazsantos@pazsantos.com
MADRID.
ECLESALIA, 01/09/15 .- Los movimientos migratorios se han dado en todas las épocas y han ido diseñado y modificando la historia del mundo y la historia de cada ser humano. Si llegáramos a conocer nuestro árbol genealógico a través de los siglos, seguramente reconoceríamos que todos nos hemos “movido” de sitio.
En este momento estamos asistiendo desde la cercanía-distancia que nos proporcionan los medios de comunicación a un movimiento, de Sur a Norte en Europa, de cientos de miles de personas que se deslizan como una marea huyendo de su país, su familia, sus costumbres, su cultura y su propia historia.
Huyen por diferentes causas que se pueden englobar en dos: el hambre y la violencia, que son lo más antidemocrático que le puede suceder a un ser humano.
A unos les llaman migrantes y a otros refugiados, tienen diferente status para ser acogidos o no en las legislaciones de los países a donde van llegando. A mí me parecen sencilla y tristemente personas en peligro, mi prójimo pidiendo auxilio: ¡S.O.S.!


No llevan equipaje ni coche propio, son carne de cañón para embaucadores, traficantes y bandas organizadas que comercian con el engaño y el horror.
Quienes huyen del hambre y la violencia van armados, portan solamente un arma: sus pies. Arma que, obediente al instinto de supervivencia, se pone en marcha hacia la Tierra Prometida del Norte.
El Mediterráneo como cementerio acuático responsabilidad, al parecer, de los países limítrofes de la Unión Europea (España, Italia, Grecia). El paso de Calais (Francia) para alcanzar la otra orilla, ante los ojos sobresaltados de los que miran al otro lado. Un camión frigorífico destinado al transporte de carne de pollo como sarcófago comunitario aparcado en el arcén de una autopista (Austria)… Cientos de personas se van expandiendo como una mancha de petróleo sobre el mar que no sabe de rejas ni concertinas.
Cuando el hambre, la violencia, las guerras, la inseguridad y la pérdida de todo es lo que queda, el ser humano se pone a andar. Ese es su arma; no dispara pero va dejando  huellas, surcos y rastros del dolor, el sufrimiento y la muerte, esa es su munición.
Si desde los organismos internacionales no hay voluntad o capacidad para adentrarse sin hipocresía en el meollo de lo que provoca estos movimientos migratorios, estamos todos en grave peligro.
Se acerca una fecha, el 11-S, que puede ser un momento de reflexión para hacer un recorrido de los años que han pasado desde aquel espantoso ataque donde murieron tantas personas. Reflexión encaminada a poner los ojos en la realidad del problema migratorio consecuencia del desequilibrio económico, político, de corrupción e hipocresía que marca las relaciones internacionales. El punto de partida donde incidir para esta reflexión podría ser el tema económico. Nada sucede sin que el dinero circule. En el uso del dinero se encontrarán pistas para ahondar en la raíz de los acuciantes problemas que sufre el mundo.
Cuando mires al inmigrante que te pide en el semáforo amplía el perímetro de tu mirada y pregúntale de qué país llegó y cómo accedió al tuyo. Luego, con mucho respeto, escucha, si es que esa persona quiere compartir contigo, la problemática que le hizo ponerse en marcha.
He ido al evangelio a ver qué diría Jesús: “Fui extranjero y me acogiste” (Mt 25,35). Quien acoge vela por la persona que llega a su casa, a su vida. No es sólo darle de comer, beber y cama; es también cercanía, conversación y consuelo. Para eso hay que estar abierto y tener un grado de empatía como el que Jesús tenía. Y también abrirse a los problemas que pueda traer la denuncia de la injusticia que provoca todo esto.
No nos quedemos espantados e inmovilizados por la impotencia que supone no saber qué hacer en casos como los que estamos viendo relacionados con las personas que huyen de sus países de origen. Hay que transformar esa impotencia: yo me puse a escribir. Si al menos una palabra, aunque sólo sea una, sirve como denuncia, esta es la que propongo: ¡Basta!  (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia) 





Por lo menos hay que ir creando conciencia en medio de esta Europa edonista, sorda, que mira para otro lado y no quiere saber nada. Por eso cuelgo estos artículos.
José Luis Molina


Miles de islandeses ofrecen su casa para acoger a los refugiados sirio


La terrorífica crisis migratoria en la que está inmersa Europa está dejando imágenes terribles. Pero también algunos destellos positivos, que brillan un poco entre la oscuridad del drama.Uno de ellos es la solidaridad de algunos países, como Islandia.
Más de 13.000 islandeses se han ofrecido para acoger a los refugiados sirios que están atrapados ahora mismo en el corazón de la Europa continental. Y quieren cederles las habitaciones de sus casas. Esta ola de bonhomía se ha producido como respuesta a la decisión del gobierno islandés de solo acoger 50 refugiados este año.
Un grupo de refugiados sirios desembarca en el puerto del Pireo, en Atenas (AP Photo/Thanassis Stavrakis)Un grupo de refugiados sirios desembarca en el puerto del Pireo, en Atenas (AP Photo/Thanassis Stavrakis)

Los que ofrecen su hogar se han unido a una página de Facebook organizada por la escritora y profesora universitaria Bryndis Bjorgvinsdottir. Para ella “Los refugiados son recursos humanos. Tienen experiencia y habilidades. Los refugiados son nuestras futuras parejas, nuestros amigos, nuestras almas gemelas, el batería del grupo de música de nuestros hijos, nuestros compañeros de trabajo, Miss Islandia en 2022, el carpintero que por fin terminará de hacer nuestro baño, el cocinero de la cafetería, el bombero, el genio de los ordenadores o el presentador de la televisión”.
En la página de Facebook los solidarios se ofrecen para prestar una habiación, una casa entera, para dar comida, ropa o libros. También abundan los mensajes en los que los ciduadanos piden al gobierno local que haga más ante la grave situación humanitaria.
Por ejemplo, una mujer llamada Hekla Stefansdottir se ofrece para “cuidar de un niño necesitado. Soy una madre soltera con un niño de 6 años. Podemos acoger a otro pequeño. Soy profesora y le puedo enseñar a hablar en islandés. Tenemos ropa, juguetes, una cama y todo lo que necesita un niño. Por supuesto le pagaré el billete de avión para que venga”. 
Tal ha sido la respuesta de la ciudadanía, que el primer ministro Sigmundur David Gunnlaugsson ha decidido crear un subcomité para evaluar la posibilidad de aceptar muchos más refugiados que los 50 previstos, según informa el Icelandic Review Online. Islandia tiene una población de unas 330.000 personas.
Desde que estalló el conflicto en Siria, más de cuatro millones de personas de ese país han huido de la zona, según datos que maneja la ONU. Casi todos ellos han elegido como destino final Europa, originando la crisis de inmigración más grave desde la Segunda Guerra Mundial.
En Alemania han creado el 'Air bnb de los refugiados'
El gesto de los islandeses no ha sido el único que se ha producido para intentar aliviar la situación de los sirios. En Alemania, un grupo de ciudadanos ha creado el ‘Air bnb de los refugiados’, un sistema que pone en contacto a personas necesitadas de hogar con aquellos que tengan una habitación disponible para ellos.
En apenas un día de funcionamiento, más de 800 alemanes han ofrecido su casa para acoger a los refugiados, según informa The Guardian. Dos de los fundadores de la iniciativa, Jonas Kakoschke y Mareike Geiling, ya viven con un refugiado de Mali, al que están ayudando para que aprenda alemán y así pueda conseguir un permiso de trabajo.
los, indicando su procedencia) 




martes, 1 de septiembre de 2015

AGOSTO TERMINÓ

Y con él los talleres de verano.


 Taller de artesanía en mullos

Taller de violetas africanas
y hortocultura


 Taller del pesebre
 Taller de liturgia

Taller de teatro





El último fue el de teatro el lunes treinta y uno cuya realización estuvo a cargo del grupo de teatro de Intiruna. La clausura consistió en que los dos grupos de participantes que se constituyeron en el taller
escribieron y elaboraron una pieza corta que en esta sesión final de los talleres representaron. Las dos piezas elaboradas partían de un inicio común que luego cada grupo desarrolló de manera diferente.

Pero la clausura de los talleres propiamente dicha se tuvo el sábado 29. Consistió en un tour por Quito de noche. Asistimos cuarenta y siete personas. Además de visitar el casco colonial de Quito

















En la Plaza Grande, en la esquina del Arzobispado evocamos momentos fundamentales de nuestra historia, el origen de Intiruna, el corage y el espíritu de lucha que nos dio el ser y nuestro compromiso con la vida que hace historia y engendra vida para no abandonarnos al olvido y lo fácil

(Patrimonio de la Humanidad) con una preciosa iluminación, asistimos al espectáculo de Humanizarte para conocer el balet folklórico que este grupo presentaba. Los miembros de Intiruna quedaron muy complacidos por lo novedoso de todo el evento.
Terminamos compartiendo un canelazo para el frío.