lunes, 31 de octubre de 2016

POEMA DE LAS COSAS MUERTAS

Creer que puede tener sentido el fracaso aparente
frente al pragmatismo racionalista de los resultados,
creer que es posible blanquear con sangre
y construir cantos pese a la tribulación,
es tener cupo en los ciento cuarenta y cuatro mil



Y se metió el otoño
por las cinco rendijas
que cuartean la madera.
Y con él entró el tiempo,
y con el tiempo el agua,
y con el agua el viento,
Y, tras de la madera, a la madera,
orugas pequeñitas
la fueron corcomiendo.
Y se pobló de moho,
de verdín y de miedo,
aquella biblioteca
que otrora la poblaron
pulso, tensión, sentimientos,
libros, libros, libros que volaban
del corazón al cielo
y, tras engendrar sueños,
también se hacían canciones
y mañanas de versos.
Aquella biblioteca
se fue acomodando
al invierno que le iba llegando.
Pero allá, fuera,
sin cruzar las rendijas,
sin hundirse en el miedo
del silencio, del agua, del tiempo,
se quedaron los árboles,
sin hojas pero erguidos,
y el suelo,
alfombrado de hojas
que sonaban crujientes melodías,
que aplaudían con el viento
esperando alimentar  raíces
de esos árboles yertos,
yertos sí, pero no muertos.
Éstos no desistieron,
no aceptaron historia de rendijas,
decidieron
hacerse páramo,
pasar por el invierno
con el viento en la cara
y con el mañana
hecho pensamiento

José Luis Molina

               1 noviembre 2016.

Fiesta de Todos los Santos

martes, 25 de octubre de 2016

CINE EN INTIRUNA

Los colores de la Montaña
La semana pasada tanto con los adultos, como con los adolescentes que asisten a los encuentros de Cine Foro en el Inti,  se proyectó la película “Los Colores de la Montaña”.  La npelícula fue escogida por tener en cuenta los recientes resultados de la consulta sobre los acuerdos de Paz en Colombia que dieron como triunfo al NO.   Un NO impensable que nos ha dejado un sabor amargo frente a la realidad y sufrimiento de los desplazados colombianos.
La película sirvió para profundizar en una realidad que no nos debe ser indiferente tanto a la gente de Intiruna como a todo ciudadano del planeta.  Por ello hoy me atrevo a difundirla por este medio en aras de colaborar, a la distancia, con esos esfuerzos de despertar la conciencia para lograr la PAZ.  Esperamos se dejen tocar por esta hermosa película y por los niños que la protagonizan, al son del ballenato “Los caminos de la vida”.

Marcia Toca.




Sinopsis:
Manuel sueña con ser arquero profesional de fútbol. Su sueño se puede empezar a hacer realidad cuando su padre le regala una pelota de fútbol. No obstante la problemática y la trama de la película se genera cuando, al jugar, la pelota cae a un campo minado y sus padres les prohíben ir por ella a recuperarla. Se desencadenan una serie de acontecimientos que giran en torno al conflicto armado entre la guerrilla y los paramilitares en el epicentro de la vereda antioqueña donde viven los niños Manuel, Julián  y Poca Luz.

Se adjunta link para que puedan disfrutar de ella quienes lo desee

https://www.youtube.com/watch?v=ahym3QcNAW

POR UNA IZQUIERDA ÉTICA

Creo que este artículo puede ser oportuno para situarnos, discernir y no perdernos en el momento que se está viviendo en España






José Ignacio González Faus, sj., 13 de octubre de 2016 a las 10:34  


La izquierda es esencialmente dialogante: esas posturas ultras de "conmigo o contra mí", de yo soy la verdad absoluta y los demás el eje del mal, y de que sólo nosotros podemos "echar demonios" han contaminado demasiado a nuestras izquierdas.
"Para ser verdaderamente cristiana, debe erigir a las víctimas en señores absolutos"
(José Ignacio González Faus, sj).- Es tópica la afirmación de que la derecha está siempre unida porque la unen intereses, y la izquierda siempre desunida porque la unen ideales. La imagen vuelve a ser desgraciadamente actual. Pero, para afrontarla mejor, convendría examinar un poco más la identidad de la izquierda.
En realidad hay dos clases de izquierda. Cabría llamarlas izquierda-Voltaire e izquierda-Marx. La primera es anticlerical, antimonárquica, irónica y simpática; pero profundamente burguesa: recordemos el célebre verso de Voltaire ("lo superfluo ¡tan necesario!") y su defensa de la esclavitud para que no subiera el precio del cacao.
La segunda está marcada por el carácter judío de Marx y su conocimiento de los profetas de Israel. Con todos sus defectos, Marx vivió pobre y sólo para una causa: la apuesta incondicional por las víctimas de este sistema cruel. Sus supersticiones sobre el paraíso futuro son muy ingenuas, aunque comprensibles como estímulo para mantener esa lucha.
Nuestras izquierdas deben preguntarse si llevan el apellido de Voltaire o el de Marx. Las reivindicaciones culturales del primero, por legítimas que sean algunas, son secundarias respecto a las exigencias sociales del segundo; y pueden esperar. Pero no es así: antaño dije que el PSOE comenzó a desnaturalizarse cuando Cuca Solana proclamó que "los socialistas también tenemos derecho a veranear en Marbella". Y no: mientras exista un solo hambriento en este país, ningún verdadero izquierdista tiene derecho a eso. Eso queda para los Granados y demás.
También ERC está sacrificando los aspectos verdaderamente izquierdosos (la causa de los pobres) a otras reivindicaciones menos significativas hoy, como la república. Decir que somos un partido con vocación de gobierno es una sandez: hay que procurar ser un partido que merezca ser llamado a gobernar, un mérito que no parece tenerlo un PSOE convertido en una olla de grillos. Tras el 26J, los líderes de nuestras izquierdas no fueron capaces de encontrarse ninguna culpa que justificara su fracaso. Más bien entonaron himnos a su grupo, como si fueran fundamentalistas religiosos gringos. Pablo Iglesias podrá decir que la gente les ha tenido miedo: pero evita reconocer cuánta culpa han tenido ellos en ese miedo, anunciando paraísos cuando, a lo más que se podía aspirar, era a pasar de lo malo a lo regular...
 En un país con una deuda grande, con la probabilidad de una multa de Bruselas (más probable si ganan las izquierdas), con lo mejor de su juventud emigrada y donde un gobierno sin escrúpulos se ha comido en 4 años casi dos terceras partes del fondo de la seguridad social, el miedo no se debía sólo a las sórdidas calumnias del PP ("financiados por Venezuela e Irán", como las cuentas de Trías en Suiza etc.), sino sobre todo a que ellos daban la sensación de no saber en qué país estaban. Es como si, ante un enfermo con cáncer, el médico que lo lleva (y que es responsable en buena parte) promete seguir con el tratamiento habitual, mientras otro médico promete que en dos semanas el enfermo podrá participar como atleta en los juegos olímpicos. ¿Qué elección quedaría a la pobre familia?
Pero no hace falta apelar a Marx: quizás podríamos haber hablado directamente de la "izquierda-Jesús": esa izquierda es esencialmente ética. Y, en la medida en que quiera ser verdaderamente cristiana, implicará erigir a las víctimas del planeta en señores absolutos, sin caer en la ingenua vanidad de creerse mejor por eso. Eso permite concluir que la palabra que mejor puede designar la identidad de izquierdas es la palabra igualdad. Lo cual implica dos cosas: por un lado, el trabajo por una sociedad mucho más justa e igualitaria que la nuestra.
Y por otro lado, el diálogo: precisamente porque todos los seres humanos son iguales, todos merecen respeto y pueden ser considerados como interlocutores, para ver qué se puede sacar de ellos que no debilite mis convicciones pero quizá las complete. En Jesús, la denuncia de injusticias, que fue tan dura, nunca estuvo reñida con su apertura todos los seres humanos concretos. Y ello sólo brotará de una izquierda no hinchada por la vanidad sino henchida de amor a las víctimas de este sistema cruel. La izquierda es esencialmente dialogante: esas posturas ultras de "conmigo o contra mí", de yo soy la verdad absoluta y los demás el eje del mal, y de que sólo nosotros podemos "echar demonios", están bien para el inefable Bush junior, pero han contaminado demasiado a nuestras izquierdas.
Pero toda ética auténtica reclama realismo si no quiere acabar en fariseísmo o en cuento de hadas. La izquierda debe abandonar ese engaño de que nuestra sociedad es mayoritariamente de izquierdas. Eso valdría quizá para la izquierda-Voltaire (o para la ambigua palabra "progresismo"), pero no vale para la izquierda-Marx. Entre "progres" y "pobres" está el verdadero dilema.
Nuestras izquierdas deben saber que nuestra sociedad es mayoritariamente conservadora porque: a) está conducida por el miedo: miedo de los potentados y corruptos a perder sus privilegios; y miedo de las clases medias a perder lo poco que tienen. Y b) el bajo nivel de nuestra educación, centrada hoy en formar técnicos más que personas, en olvidar las humanidades (que, por lo menos te enseñan que las cosas son complicadas y los simplismos nefastos), y en predicar el derecho al placer más que la llamada a la solidaridad, fomenta ese conservadurismo.
 Por poner un ejemplo de hoy: en Badalona se ha creado un conflicto innecesario e inútil, con la manía de no celebrar como festivo el 12 de octubre porque es aniversario de un genocidio. No dudo de la buena voluntad de la alcaldesa, y creo también que hubo genocidio. Pero seguramente esa alcaldesa bienintencionada desconoce que, además del genocidio, hubo una serie de nombres como Antonio de Montesinos, Bartolomé de Las Casas, Toribio de Mogrovejo, Cristóbal Pedraza, A. de Valdivieso y varios más (Francisco de Vitoria en España), que plantaron cara a los conquistadores y gracias a ellos se han conservado el guaraní, el quechua, el aimara, el náhuatl en México y varias lenguas más. Cosa que no pasó en el norte de América. Sería mucho más hábil celebrar estos nombres y dar así la vuelta a la ambigüedad de esta fiesta. En cambio, tal como se ha hecho, más que como un acto revolucionario, se queda como un nuevo episodio para el "Celtiberia Show" del amigo Carandell.
Otro ejemplo para concluir: M.H. Enzensberger (premio Príncipe de Asturias) tiene una breve novelita (Siempre el dinero), en la que una tía supermillonaria ("lista y cínica") explica a sus sobrinos cómo funciona eso de la economía: con absoluta lucidez sobre sus injusticias pero para añadir luego que eso no puede cambiarse porque los que pretendan cambiarlo caerán víctimas de su propia codicia en cuanto toquen un poco de poder. Luego de eso, como la tía no necesita falsas justificaciones, se permite añadir:
"a lo mejor Marx era un tipo despreciable pero, por lo menos, no era un charlatán y un hipócrita, (sino) un hombre inteligente e incorruptible... Tenía una vista de lince para darse cuenta de lo que sucedía... ¡Me hubiera gustado hablar con él!... Hace más de 150 años auguró que el capitalismo iba a terminar mal. Yo también lo veo así -le habría dicho-. Pero ¿cuándo se derrumbará exactamente?. Mientras Ud y yo vivamos no, ¿verdad?".
Quizá pues la izquierda debería recuperar lo mejor de Marx, lo que hace que se tache al papa Francisco de "comunista" cuando proclama el evangelio: denunciar un sistema que mata, y las mil pseudojustificaciones que buscan cohonestarlo: que "las ideas dominantes son sólo las ideas de los que dominan".
Decir estas cosas molesta mucho, pero creo que alguien tiene que decirlas. Y soy de los que menos tienen que perder por ello.contaminado demasiado a nuestras izquierdas


domingo, 23 de octubre de 2016

VENGA TU REINO


Y no es lo malo lo  que llegó, sino que continúa y, parece ser,  no hay mucha gente con ganas de otra cosa:

Desde la mitra, el clero y la Institución solo se pone el acento en que no desaparezca  aquello que da clientela, aunque todos estamos convencidos de que no vamos a ninguna parte. Hay primeras  (no muchas más) comuniones, bautizos con niños sin uso de razón y padres y padrinos que les tiene sin cuidado los criterios del Reino. Pero, eufemísticamente, se justifica argumentando que no se puede negar ni erigirnos en propietarios. Planteamientos en función de crecer para ese Reino, de apostar por él, de comprometerse en construirlo, en hacerlo posible, no interesan. Y lo sabemos. De todos es sabido. Pero hay que seguir intentando salvar el barco aunque no vaya a ninguna parte.

El poder, las autoridades, hacen declarar  la laicidad pero hacen opción por lo políticamente oportuno, conveniente y popular y apoyarán todo lo que les pueda ser rentable. Pondrán en los lábaros de sus huestes todos los signos cristianos que convengan para seguir repitiendo una victoria del Puente Milvio y promulgando, en Milán, todos los edictos que sean necesarios. Y se tocarán las campanas, se sacarán los palios si hacen falta y se decretará, oficialmente, que son señales de que el reino va llegando en silencio, de forma imperceptible. Pero no nos engañemos, seguiremos utilizando las lentejas bien guisadas para vender los derechos.

Habrá acalorados razonamientos para justificar y defender el mantenimiento de estas "costumbres cristianas". Los padres, los novios, ... pondrán empeño en conseguir lo que quieren. Intentarán  las trampas que sean necesarias, pero no les hables del Reino. Tienen que hablar con el lugar de las recepciones, la floristería, etc. Es de mal gusto, que estropea las magníficas fiestas, mezclar todo esto con la opción por los pobres, la justicia, las reivindicaciones,  la nueva humanidad posible que el Papa Francisco propone en la Laudato Sí. Pero a quién le interesa eso. Francisco queda bien para citarlo, para hacer un guiño populista, .. pero no para mucho más. Total, por la edad, es posible que no dure mucho y después, casi seguro, volveremos a lo de siempre.

Hay otros, con voces de profetas, que denuncian todo esto, que dicen es mentira y desentrañan la farsa. Por eso rompen porque no quieren ser cómplices. En estos podía posarse la esperanza de  que llegara el Reino. Pero, ¡qué va!. Permanecen al margen justificados por todo lo anterior pero, cuando el asunto les toca de cerca, entran igualmente en el juego. Se justifican de que, como no le dan valor, tampoco van a complicarse la vida por ello. Pero han perdido un sustantivo importante:la coherencia.

En fin, cuando escribo esto, me siento un tanto desinflado. Rezar el Padre Nuestro y pedir venga tu Reino me parece importante. Pero: ¿nos interesa? Creo que desde esta sociedad que tenemos, no.

Menos mal que hay por ahí, algún que otro Francisco (el de Asís, el de Argentina, ...) el Mujica de Urugay, y otros que se lanzan al Mediterráneo para proteger a aquellos a quienes los poderes que invocan tu reino los han condenado para que sean carnaza. Muchos, cuyo D.N.I. no ha sido fichado.
Creo que por ahí, por caminos similares, sí está llegando el Reino. Estos dan sentido a la Fiesta de los Santos

¿Quién se apunta?

José Luis Molina

jueves, 6 de octubre de 2016

AÑO CERVANTINO

En este año para honrar a Cervantes dedico estos post a Ecuador y España que, por razones distintas, tanto la gente como la clase política, deberían leer el Quijote. Supongo que muchos ni lo conocen. Otros, tal vez, lo leyeron en la escuela pero entonces era mucho trigo para sus estómagos. Puede ser que aún siga siéndolo.
José Luis Molina



martes, 4 de octubre de 2016

COLOMBIA




Tal vez hemos pecado de ingenuo, al menos yo. Nos parecía tan buena noticia la firma de la Paz en Colombia que la alegría hizo que saltara del asiento antes de salir los letreros de la película.
Tal vez sea lógico pensar que algo enquistado y enquistándose durante tantos años debe ser más complicado normalizarlo.
Lo cierto es que el resultado de la consulta me cogió de sorpresa.Me faltan datos verificados para opinar frente a él. Me faltan elementos de reflexión y confrontación para forjar una opinión honesta. Pero si me molesta de entrada, y por eso lo digo de frente, ver al señor Uribe metido en el caldo cuando tiene mucho por lo que callar y de lo que sentirse culpable. Me sienta mal porque, lo repito nuevamente, no tengo elementos de fundamentación, solamente de sospecha y olfato, pero me temo pueda estar la derecha enarbolando el papel de redentora (para los suyos) pero no sé si de igual manera lo haría para todos los masacrados. (Cerca tienen el ejemplo en la vecina Venezuela, con Capriles y compañeros)
 Pero,en fin, sería una lástima que el proceso se abortara. Hay un esfuerzo, un trabajo, un deseo y una esperanza que merecen la pena. Y "un pueblo" que lo necesita.
Por eso, para alentar esa esperanza, para fortalecernos en ella  les incluyo a continuación el lin de una linda canción. Que la disfruten

José Luis Molina

https://www.youtube.com/watch?v=oW6r0PO0s50

MIRANDO EL FIRMAMENTO

Bella reflexión sobre la grandeza de la humanidad y la grandeza de la sencillez partiendo de elementos provocadores científicos

firmamentoMIRANDO AL FIRMAMENTO
GABRIEL Mª OTALORA, gabriel.otalora@outlook.com
BILBAO (VIZCAYA).
ECLESALIA, 26/09/16.- "Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber". Con estas palabras se inicia el libro primero de la Metafísica de Aristóteles, quien se inspiraría seguramente mirando a las estrellas en las noches luminosas que abundan en lo que hoy llamamos Grecia. Yo también me he puesto a observar estrellas en una noche de verano, entre las pocas que se ven en nuestro firmamento vasco. Y pensaba sobre el hecho de que puede llevar muerta cientos de años dada la distancia que existe con estos astros luminosos. Qué grande es captar la luz de estrellas que están a millones de años luz de la Tierra. Imbuido en esta reflexión, sentí la grandeza del universo desde la pequeñez humana hasta interiorizar que la clave de la felicidad es la verdadera humildad, la única fuente de la que mana la capacidad de asombro.
Curiosamente, y a pesar de que la humildad es fácil de denigrar (actitud propia de gente débil, etc.), nadie insulta ni desprecia a otro llamándole "humilde". A lo sumo, se tolera como eufemismo pero no como algo degradante, quizá porque todos sabemos que tras la humildad se esconde la verdadera grandeza. Aunque nuestras limitaciones la proyecten como virtud inalcanzable.
Una persona humilde no se siente auto-suficiente; sus códigos de conducta están alejados de los de la propia conveniencia egoísta. La humildad, en cambio, nos predispone a cuestionar aquello que hasta ahora habíamos dado por cierto, incluida la percepción de las estrellas. Y no se deja manipular como muestra la paradoja de que, cuando manifestamos humildad intencionadamente, se corrompe y desaparece; ya no es modestia. La coletilla “en mi humilde opinión” no es más que nuestro orgullo disfrazado que choca con la máxima de esta virtud: no se predica, se practica.
Merece la pena aprovechar alguna de las noches veraniegas que quedan para contemplar el cielo mientras sentimos admiración ante la creación asombrosa de Dios que al mostrarnos nuestra pequeñez puede hacernos más grandes por dentro. "La mariposa recordará siempre que fue gusano", recordaba Mario Benedetti; la mariposa no lo recordaba para desvalorizarse sino porque quería sentir el gozo de reafirmarse en la maravilla que supone la transformación cuando trabajamos humildemente por ella.
El cosmos nos puede hacer humildes ante su infinitud de dimensiones inabarcables para la mente humana. Es algo que no podemos contenerlo mentalmente porque la realidad supera nuestra capacidad.
No estamos en un cosmos inmutable que cabe en nuestra realidad minúscula, sino en una especie de cosmogénesis o inmensa secuencia de eventos interconectados en el desarrollo del universo cuyas magnitudes aconsejan humildad: Leo que se llevan contabilizadas 80.000 millones de galaxias. Y cada una de ellas, alberga cientos de miles de millones de soles como el nuestro en los que, a su vez, cabrían un millón de planetas como el nuestro. Cuando podemos ver una estrella como un lejano puntito, tenemos que imaginarnos su enorme tamaño para verlas a simple vista. Hay que tener en cuenta que una distancia normal entre dos estrellas es de diez años luz, unos cien millones de kilómetros... ¡entre dos estrellas!
"Solo en la oscuridad puedes ver las estrellas", decía Martin Luther King; y si despojamos a la frase de su sentido metafórico profundo, puede ayudar a ponernos en situación ante lo que abarca la vista y alcanza la imaginación ante el firmamento: en la medida que reconocemos lo poco que somos y podemos, eso que facilita nuestro deseo de buscar más; no es necesario utilizar la arrogancia. El evangelio y la historia nos muestran las consecuencias cuando optamos por la dirección contraria (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
Blogger | 26 septiembre, 2016 a las 00:00 | Etiquetas: Dios, Evangelio, Humildad, Tierra, Universo | Categorías: REFLEXIONES | URL: http://wp.me/pICCL-3k9

lunes, 3 de octubre de 2016

EL SACRAMENTO DE LA COMUNIDAD

El presente artículo no pretende ser exhaustivo. Se podría seguir diciendo mucho más. Pero al encontrármelo y leerlo he pensado que puede servirnos. Lo cuelgo en el blog para que pueda servirle a todo e que lo lea. Pero básicamente lo hago pensando y dedicándoselo a Intiruna y sus miembros. "Se habla mucho de comunidad, de nuestra comunidad, de construir la comunidad, etc"  pero lamentablemente no siempre es comunidad lo que llamamos con este nombre. Por  eso puede servir para aclararnos. Al dedicárselo a Intiruna lo hago con un encargo, una tarea, y una metodología. Podrían leerlo primero cada uno individualmente y, también personalmente ver que tenemos de lo que se dice y que nos falta.


Después se podrían resaltar como un máximo de tres de los aspectos que se citan que nos parezcan más importantes, más esenciales.
Después se podría trabajar en los grupos.
Y tal vez, quien sabe, algún día, pueda trabajarlo yo con ustedes.
Ahí se lo dejo
José Luis



mi-comunidadEL SACRAMENTO DE LA COMUNIDAD
MIGUEL ÁNGEL MESA BOUZAS, miguelmesabouzas@gmail.com
MADRID.
ECLESALIA, 03/10/16.- Una comunidad se recrea cada día en la mesa de la vida, del compartir, de la intimidad, de sentirnos unidos por el anhelo renovado de una auténtica fraternidad y amistad.
La comunidad nace de una llamada que se escucha desde distintas realidades existenciales, que se nos comunica por medio de otros, que se metaboliza y discierne en lo hondo de nosotros mismos.
La comunidad convoca a la oración del corazón  misericordioso, en el que resuenan las súplicas, las alegrías, las lágrimas y las esperanzas de la humanidad, de nuestro mundo.
La comunidad es garantía de la presencia de la Divinidad, por medio del otro que camina a mi lado en cualquier circunstancia, que sé que nunca me faltará cuando le necesite.
Una comunidad verdadera practica el don del perdón liberador, de la revisión fraterna comprensiva, de la autocrítica compasiva y favorece el crecimiento personal de todos sus miembros.
La comunidad nos ayuda a humanizarnos (y, por lo tanto, a divinizarnos), cuando contemplamos la injusticia, el desprecio, el abuso y nos comprometemos a combatirlos, pues no podemos permanecer indiferentes ante los atropellos hacia los más débiles.
La comunidad es un espacio para el encuentro gozoso de unos con otros. Para el encuentro con el otro, que en su diferencia me enriquece, me ayuda a crecer y me invita con cariño a salir de mi comodidad.
La comunidad es el lugar donde se experimenta la gratuidad, la donación desinteresada al otro, como semilla y signo de una nueva sociedad, donde se da el testimonio de que es más importante lo que se es y se ofrece que lo que se tiene.
La comunidad nos ayuda a valorar lo que de verdad es lo más importante, lo que tiene más interés y trascendencia, el tesoro más valioso, el gozo de estar unidos compartiéndolo todo.
La comunidad suaviza y hace llevadera la cruz de cada día, aceptando el carácter propio del otro, ayudándole en sus necesidades, practicando la humildad, dejándose guiar y transformar…
La comunidad es un don y un quehacer diario, que hay que regar, abonar y cuidar para que crezca, se fortalezca, dé frutos y adquiera así su máxima plenitud.
La comunidad es siempre deudora de otras personas que la precedieron y que nos han ofrecido su ejemplo de vida; de otras realidades que se han vivido en común; de experiencias históricas que la ayudan a caminar hacia lo que está llamada a ser.
La comunidad es una escuela de mística, de espiritualidad encarnada, de trascendencia, vislumbrando e intentando hacer realidad la utopía, ese otro mundo posible y necesario, que hoy no es todavía, pero que puede ser si nos empeñamos con esfuerzo, constancia y esperanza.
La comunidad nos enseña a vivir con la mayor naturalidad, sin doblez ni fingimiento, con sinceridad y alegría, tomando con humor nuestra propia vulnerabilidad, nuestros defectos, y con paciencia nuestros avances y retrocesos. Es el templo donde se celebra la vida con sus gozos, esperanzas y tristezas.
La comunidad ayuda a vivirlo todo con sencillez, compartiendo lo que se es y lo que se tiene, para que otros puedan vivir con dignidad, teniendo las puertas de la casa y de cada corazón abiertas.
Una comunidad es cristiana cuando sigue a Jesús de Nazaret, intentando vivir con sus mismos sentimientos, para buscar de su mano una plena humanización y la unión íntima con el Misterio de la Divinidad, el Amor que habita dentro de nosotros, en cada ser humano y en todo el universo. Así Jesús se convierte en modelo y paradigma de una nueva humanidad.
En una comunidad cristiana se intentan vivir las bienaventuranzas, lo contracultural, lo alternativo de la buena noticia de Jesús, en la realidad concreta de nuestro mundo. Por eso nunca podrá ser conservadora, sino abierta, liberadora, en progreso continuo, renovada y comprometida desde las fronteras existenciales de los empobrecidos y excluidos. Solo así se disfrutará de la alegría, la paz y la felicidad verdaderas.
La comunidad que se esfuerza y desea vivir de forma integral su fe y su vida, es un nuevo sacramento que “contiene, visualiza y comunica otra realidad diferente a ella, pero presente en ella… una grieta por la que penetra una luz superior que ilumina las cosas, las hace transparentes y diáfanas” (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

sábado, 1 de octubre de 2016

LA PEÑA ARIAS MONTANO

Posiblemente lo que sigue es una tontería. Probablemente. Me reconozco demasiad aprendiz para atreverme a hacer lo que voy a hacer, a decir lo que voy a escribir. Pero también creo que todo el mundo tiene derecho a expresar lo que piensa y,ese derecho, es paraguas para sostener otro: el derecho a equivocarse siempre y cuando se tenga tino y cuidado de no herir con su equivocación.


Hae unos días visité la Peña de Arias Montano en Alájar (Huelva). En este maravilloso lugar se dice que el teólogo y humanista extremeño del s. XVI, Benito Arias Montano, empleó preciosos momentos  en aplicar su mente privilegiada para sus reflexiones y trabajo intelectual sobre la ralidad del momento que le tocó vivir. Contemplando desde ella el pueblo de Alájar y el extraordinario paisaje de la sierra de Arana, mi imaginación se sintió motivada desde el siglo VI a nuestros días.
Y desde Alájar y desde esta Andalucía que en su himno dice :"sea por Andalucía Libre España y la Humanidad", miré el panorama histórico y político del que, lamentablemente, somos testigos esn estos días.



Que el PSOE está en crisis. Es lamentable pero que lo resuelvan. No es un problema de "toda España" auqnue toda España tenga que pagar consecuencias.

Que no es solo el PSOE. Pues también es verdad y si no echen el dado.

Pero que todo esto se sobreponga, se sobredimensione por encima del colectivo español, de la crisis política que atravesamos (en la que algo han intervenido los que ahora están en crisis), de la vergüenza e inmoralidad en la que nos desenvolvemos (desde las coronas hasta los caminantes de a pie) sin que pase nada, porque no pasa nada: ¡NO!  Lo siento pero ¡NO!


No hay derecho. Lo primero debe ser lo primero. Y no vale decir que arreglando el problema del PSOE se arregla España. ¡Qué no!  Que España es más que el PSOE (afortunadamente). Doña Susana, ¡qué no solo cuentan los que votaron PSOE!. También el resto de los españoles (aunque algunos no seamos tan lúcidos). Señor González, ¿qué usted se siente traicionado? Mire que bien. Antes de decir semejante frase, ¿pensó la de miles de españoles que desde hace mucho tiempo nos sentimos traicionados? Fijese bien. Las piedras que caen al agua salpican.
En fin, que España es otra cosa. Lo tengo claro.
Será tontería lo escrito. Pero es lo que pienso y lo que en estos momentos siento (entre otras cosas)

José Luis Molina