martes, 13 de febrero de 2024

PRÓLOGO CUARESMAL

 



 

 

 Creo que no te hemos entendido.

No sé si es que no te hemos entendido o no nos han sabido explicártenos con claridad.

Creo que, a golpe de querer engrandecerte y de ir tú más allá de donde nosotros ni siquiera te logramos imaginar, te hemos complicado tanto, tanto, que te hemos hecho no incomprensible sino inaccesible.

¡Qué lejos estás, Dios mío, pienso hoy! ¡Qué lejos te hemos colocado, qué lejos de dónde tú quieres estar y dónde tú te colocaste!

Te conozco por Jesucristo.

Lo que sé de ti es a través de mi experiencia de Jesús de Nazaret, donde te he encontrado, te he visto y,, desde donde te comprendo.

Y por ello, una vez más, me siento como perdido cuando miro en derredor.

Miércoles de ceniza, oscuridad, represión de la alegría.

Cuaresma, sacrificios, privaciones, ayunos, penitencias, hasta un cierto masoquismo.

Ciertamente que me descubro en mis pecados, que en mi encuentro esa dimensión de pecador que me recorta, me limita, me desdibuja. Pero, creo no equivocarme, cuaresma es celebrar tu amor y tu misericordia, es ahondar en el gozo del amor y del perdón y, porque lo creo posible, está en mis entresijos la posibilidad de modificar opciones equivocadas, de reparar resoluciones torcidas, de soltar  lastre para que los obstáculos no me impidan la experiencia de la vida pascual.

No puede ser, por tanto, teñir a la cuaresma de oscuridades, miedos, amarguras, represiones. Vistámosla de primavera, acudamos a Botticelli y Vivaldi y no nos entristezcamos  por acabar con las aspilleras y las ventanas estrechas: Llenémosla de luz por los grandes ventanales que se nos invita a ir construyendo..

No soy polvo. Soy vida. Vida a la que quiero pavimentar de  las margaritas  que, tras estas lluvias, hagan reventar los campos.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       

Felicidades

Un abrazo

José Luis Molina

14 de febrero del 2024         

domingo, 11 de febrero de 2024

LA LEPRA, MAS QUE UNA ENFERMEDAD

 



 

 Hoy, en la primer lectura y el Evangelio tenemos un ejemplo clarísimo de la necesidad de saber situarnos ante la biblia cuando nos disponemos a leerla o escucharla como Palabra de Dios, como un espacio de fe a través del cual Dios se comunica con nosotros, cuando esos textos llega hasta nosotros y nos ofrecen la posibilidad de vivir su presencia en el mundo. Por el contrario podemos hacerle decir  cosas que son diametralmente opuestas a lo que él nos dice, a lo que él es. Y de  eso, por desgracia, hay demasiados ejemplos.

Voy a ir intentando expresar mi pensamiento y mi reflexión respaldado desde los propios textos bíblicos.

El texto del Levítico, primera lectura, es duro. Incluso podría parecer cruel y despiadado. Pero hay que tener en cuenta algo

El texto se refiere a Israel andando por el desierto. Está referido a una población que camina apiñada, en estrecho contacto de unos con otros y por ello, muy fácil el contagio. La medida es sacarlo del campamento, ponerlos en situación de cuarentena, para evitar la propagación de enfermedades, cosa fácil , pues tampoco podrían ser demasiado eficaces las condiciones higiénicas.

Estas enfermedades, consideradas como castigo divino, hace que,  a  quienes las padecen, se les considere impuros. Pero no se renuncia a ellos. Irán alrededor del campamento, caminando con él, pero desde fuera y el pueblo debe dejarles a distancia donde alimentarse. Al mismo tiempo sobre ellos se hace recaer el deber de evitar el contagio. (Sería interesante lo tuvieran en cuenta en época de pandemia, el deber ético de ser responsable de evitar contagiar con posturas sensatas y respetuosas, algo más serio que el negacionismo). Por eso deben ir gritando su situación de apestado, impuro,  para evitar encuentro fortuitos y riesgos de nuevos contagios.

Así  estaba la cosa y, por eso, nacieron estos enunciados en el Levítico, Antiguo Testamento.

Pero aquel pueblo, que colocó a Dios en sus labios, pero no en su corazón, se olvidó de la misericordia para poder comprender a Dios.

Los sacerdotes se consideraron los puros, los intocables e intachables y, ya en Israel (la tierra prometida), interpretando la Palabra literalmente y olvidándose, repito, de la misericordia de Dios, se subieron a un púlpito, se apropiaron de la cátedra de Moisés,  y los  excluyeron del pueblo condenándolos a no vivir en ningún pueblo o aldea, viviendo en cuevas o a un caminar errante. La declaración de impureza era lo mismo que exclusión. No pertenecían al pueblo de Dios.

Haciendo una pequeña intercalación, esto no está muy lejos, es la misma familia que la del racismo, machismo, xenofobia, etc. ¿No creen?

Y ahí, en esa situación, aparece Jesús. ¿Qué es lo que hace?

 

Los cura.

En definitiva, los libera, es devuelve su condición de seres humanos, sus derechos, su dignidad, su pertenencia al pueblo de Dios, destruye el ostracismo, la exclusión, aquello por lo que a unos se les consideraba inferiores. Todo esto con más autoridad  que los poderes que excluyen, condenan.

Estos poderes rompen líneas rojas.  Jesús, Dos actuando en Jesús, no excluye, integra, llama a su Reino.

Por encima de los preceptos humanos, e incluso de los religiosos, cuando perjudican al hombre, está el ser humano. Por eso se acerca, lo toca,  (cosa prohibida) porque está conmovido, tiene compasión, ha hecho suyo el “paso” de marginación a que está sometido hacia la libertad a la que está llamado.

Esto tiene su dificultad porque va en contra de lo establecido: Revolución del Reino que se hace transformando la vida, destruyendo el clasismo y la jerarquización social en favor de la dignidad de la vida. Admiramos a Jesús viéndole curar leprosos, devolviéndole la dignidad. Pero más importante es comprobar que , ampliando el significado de la lepra, también es un reto para nosotros en nuestro  participar de Jesús.

Ánimo

Un abrazo

José Luis Molina

11 de febrero del 2024.

 

viernes, 9 de febrero de 2024

LA ORACIÓN COMO PUNTO DE INFLEXIÓN

 

 

Del Evangelio de hoy me parece a mi que se destaca un momento esencial que yo lo miro como punto de inflexión

En la vida, en la vida de cualquiera, en cualquier recorrido vital, punto de inflexión es aquel momento en que el proceso vital que se ha ido desarrollando llega a un punto crucial a partir del cual se cristaliza en concreciones que determinarán el proceso vital siguiente.

Pues este momento esencial, al que yo considero punto de inflexión, lo presenta muy escuetamente: Se puso a orar. Lo dice así. Sin más: Se levantó de madrugada, se marchó al descampado, para encontrarse él con el Padre.

No interrumpe la tarea, no la deja de lado, para este encuentro. Es más, en este  encuentro , en medio de él, está presente la tarea.

Por eso es bueno que no se nos pase desapercibidos que hay un antes y un después. Y en los dos tiempos hace lo mismo: Construir sus días desde lo que tiene y da sentido a su existencia.

Primer tiempo acude a sanar, liberar, optar por la persona, por el ser humano, llegando incluso, a reintegrarlo donde la realidad o las circunstancias lo tienen excluido.

De igual manera, en el segundo tiempo, dice a Simón  y los otros: Vámonos a otro lugar a seguir con lo que debo: ofrecer la buena noticia y ayudar a liberar de los demonios que la obstaculizan.

Pero, a mi, siempre me ha llamado la atención y me ha despertado curiosidad imaginarme cómo sería la oración de Jesús.

En primer lugar pienso que sería en un tono, en un clima, de pleno situarse y situar la vida frente al proyecto del Padre con sencillez, frontalidad, honestidad, sin falsa modestia . En el texto hace referencia clara y directa a la tarea a la que se debe.

El evangelista sitúa la oración como epílogo de una jornada de intensidad evangelizadora y como prólogo de la siguiente jornad en la misma dirección.

Todo ello me hace pensar que la oración de Jesús es mirar la tarea realizada a la luz de su misión para posicionarse de cara a la continuación.

Y por eso, en la segunda jornada, Marcos introduce una variante con relación a la primera .En el atardecerse han ido agolpando mucha gente, a los que Jesús ha respondido.

 


 

Pero aparece un peligro: “La idolatría”. “Todo el mundo te busca”. Para ser líder. Para ser rey. Para ser jefe. Hoy se diría para ser influence o tener fuerza mediática que desde la forma, el poder, los aplausos,  manipulara multitudes, aunque fuera para ir contra los romanos.

Y eso Jesús no lo acepta. El fruto de la oración está en la respuesta: Sigamos con la tarea que para eso he venido – dice Jesús-. Pero no donde me lleven o donde haya reporteros. Vayamos a un lugar que me necesiten  pero que no figure en los recorridos místicos o devocionales, pero si en los planes del proyecto del Padre. No te interesa la Palestina Tierra Santa de las peregrinaciones y los recuerdos y souvenirs topificados sino la Palestina de Gaza y de cualquier parte del mundo empapada de sangre y trabajada con injusticias e  intereses personales o inconfesables de los que son víctimas siempre terceros más débiles.

Señor, enséñanos a orar.

Un abrazo

José Luis Molina

4 de febrero del 2024

miércoles, 7 de febrero de 2024

RELATOS NAVIDEÑOS

 


Todos los años, llegados estos días, intento comunicarme frecuentemente con ustedes desde distintas maneras de mirar esto que llamamos Navidad. Hoy, cuando he intentado ponerme en situación, me ha resultado tremendamente difícil. Me parece, realmente, incompatible con la realidad.

Pero también me resulta difícil quedarme en cero. Creo que no es lo adecuado. Por eso he decidido crear un grupo de whatsapp donde os incluiré a los que, en otros años me habéis recibido. Y ya veremos qué va saliendo.

 

Este grupo quedará inactivo terminados estos días. También, no hace falta decirlo, si a alguno no le interesa, salir es muy fácil y sin problemas.

 


Antes de comenzar los relatos  quiero dirigir un mensaje a dos personas a las que quiero mucho. Desde hace muchos años, muchos, en cada Navidad, les he ido regalando una figura del pesebre o Portal de Belén. Este año voy a interrumpir este signo anual. No les voy a regalar la figura correspondiente, pero si les invito a que sigan poniendo la que fuera en el pesebre. . Para ello, solo tienen que dejar un
hueco sin nada, con tan solo, en el suelo, poniendo Palestina. Y es que me parece con más sentido que el importe de dichas figuras navideñas las envíe, en su nombre a Médicos sin Fronteras como destino de ayuda a Palestina. Será una forma de contribuir, un poco, a reparar tal vez un pastor o una mujer que vendía buñuelos en una esquina  hasta que unas bombas los desparramaron por el suelo.

Pues, una vez lo dicho, comienzo a contaros.

Iba a poner  mis belenes y, para ello, comencé a buscar los lugares donde ubicarlos. Quería encontrar algo como esto




             

Pero el terreno que encontré fue el terreno que os pongo a continuación, terreno con sabor bíblico, pero terreno con sabor a sangre, a dolor, a injusticia. Pensé que no sabía si el mundo se había olvidado de Dios, pero, lo que sí era cierto, era que la mayoría del mundo estaba de perfil a esta tierra .

 


 

2º RELATO

Esta noche he tenido un sueño. Soñé que iba volando. No sé si en avión, en helicóptero o con alas que algún cóndor me prestó. Lo cierto es que volaba en torno a La Tierra. Suficiente, pero no demasiado separado 

A lo lejos se veía magnífica.



Al acercarme  un poco más reconocía las ciudades orgullosas y presumiendo de sus iluminaciones: Vigo, Madrid, Sevilla, Londres,



 Málaga, París, New York,…

 










De pronto, todo se hizo oscuro. Y, en la oscuridad, me cegó y me aterró un

 resplandor intenso, como de una explosión

                                                                                  


                                                                                                                                                 
Sentí que me precipitaba y desperté. A los pies de mi cama estaban las bombillitas de luces  que, la noche anterior, preparé para los pesebres, para el patio de mi casa. Las cogí, las enchufé, pero no funcionaban. No funcionaban pero yo decidí no reponerlas.

Me agarró el signo. Me parecía un pecado de soberbia, de indiferencia, el derroche de luces de fiesta, de alegría, mientras Palestina estaba sin energía.

Por un momento pensé que se hacen necesarios signos contundentes. ¿Qué tal si, en todo el mundo, se suprimieran las iluminaciones navideñas! ¿Seríamos capaces?

 

RELATO 3º

 “ José, por ser de la estirpe y familia de David, subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén. Allí le llegó a María la hora del parto (…) Como pudo lo envolvió en telas y lo acostó en un pesebre,  porque para ellos no había sitio en la posada, (Lc, 2, 4-7)”

 

 


 Tal vez pueda llamarse José. Palestino es. De la tierra de Palestina es. Como palestino tiene derecho a que se le reconozca su tierra. No hay poder humano con derecho a anular la identidad. Menos cortando el árbol desde la raíz.

 


Tal vez pueda llamarse José. María no sabemos dónde ni cómo quedó. Lo cierto, que él, con su hijo no llegaron al hospital. Dicho con más precisión. Cuando llegaron al hospital, éste ya no existía como tal. No hay hospitales para ellos.

 

4º RELATO

“Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes” (Mt. 2.1ª)

Estamos en el año de gracia de Señor, 2023. Herodes, hoy, se llama  Benjamín Netanyahu.

 

 


Al enterarse el rey Herodes del nacimiento de Jesús, de donde fluiría un pueblo nuevo, libre, honesto y digno, se sobresaltó.

Las pretensiones de dominio  y poder de Herodes no podían tolerar estas expectativas.

El rey Netanyahu no podía aceptar cerca de él un pueblo que no le estuviera sometido.

“Llegaron  unos magos preguntando” (Mt 2,1b). “Los magos se informaron de los sumos sacerdotes y letrados” (Mt. 2, 3-4)

 


 

El rey Netanyahu  recibió el consenso de estos representantes de los países del orbe que admitieron tomara medidas militares para sofocar este peligro y castigar tal atrevimiento. El emperador Biden hizo alarde de medios informativos y de apoyo militar para respaldar sus actuaciones in situ.

 

 

 

No obstante algunos magos (tal vez presionados por el miedo al desprestigio y riesgo de pérdida de apoyo o, porque comprendieron, a la luz de la estrella, que la realidad era otra), comenzaron a cambiar y se apartaron de la hoja de ruta marcada por el rey Netanyahu.

“Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran cuando había aparecido la estrella. Luego  los mandó a Belén, encargándoles (Mt 2, 7-8ª). Ellos, avisados en sueños de que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino “ (Mt, 2,12) 

“Entonces, Herodes, viéndose burlado por los magos, montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo en Belén y sus alrededores” (Mt 2, 16)

 

 


El rey Netanyahu lleno de cólera,  pensando en el peligro de ser depuesto por alguien más débil y en el descrédito de su eficacia, poder y fuerza y en la vergüenza ante su ineficacia, reunió los medios de comunicación  y en un alarde de tiránica presunción  anunció perseguiría a los  causantes hasta el fin, hasta acabar con ellos, no frenando ante         ningún obstáculo   . Y así comenzaron a caer proyectiles    sobre Gaza.

Y así entraron los tanques en Gaza.




Comenzaron a derribar edificios, arrasaron ciudades, hospitales, escuelas, poblaciones (niños, mujeres, ancianos, civiles) en movimiento errante según les imponían, prisioneros en la franja de Gaza convertida en ratonera. Y allí, en aquella ratonera, volvían a repetirse escenas para una memoria de horror, tristemente reproducción del holocausto.

 






5º RELATO

“Y se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:

Un grito se oyó en Ramá, llanto y lamentos grandes. Es Raquel que llora por sus hijos”

 


Mientras, fuera del muro de Gaza, del cerco de la ratonera, el mundo seguía engalanándose preparándose para celebrar una paz hecha de serpentinas, luces, bolas brillantes e incoherencias éticas.

 


No sería extraño subieran los decibelios de la música para contrarrestar el estruendo de las bombas. También pudiera ser que alguno dejara de leer estos relatos para que no se les ensombrezcan “las fechas”. Las fechas son un día, la realidad está ahí, en cualquier momento y no depende de apretar un interruptor para apagar.

 


6º RELATO

Y,  sin embargo, el cielo y la tierra repiten insistentemente.

El hambre y la compasión gritan sin descanso.

El viento lo expande y lo montes lo repiten aumentando su potencia:

“Gloria a Dios en el cielo”  (Lucas 2,14)



Pero esa gloria, esa glorificación de Dios, no se hace con buenas intenciones, bonitas palabras y hermosas tradiciones. Es algo concreto que se hace

“ y en la tierra paz a los hombres porque Dios los ama” (Lucas 2, 14)

 

 


Palestina, tierra sagrada donde se peca contra Dios porque se masacran a seres humanos: niños, mujeres, ancianos, civiles,  y se les impone la guerra que es “negocio” de otros.

¡Menos aviones de guerra llenando el cielo de estelas de colores, anuncio de poderío de muerte.!

¡Dejen volar a los “ángeles”  que siguen gritando: “paz a los hombres, a los hombres paz porque Dios los ama”!



7º RELATO

Los relatos van avanzando y ya se atisba su final.

Perdón si han sido “algo duros”.

Es lo que me llega de Palestina.

Para tomar oxígeno que “renovara el ambiente” de mis pulmones, salí, por la noche, a la terraza.

Había estado lloviendo. Algo que, en los momentos que atravesamos del mundo en sequedad, era un buen signo. Recordé a Isaías 35: “Como florece el desierto con la lluvia”

 


Pero había quedado una noche limpia, serena. El firmamento iba poblándose de estrellas, pero, sobre todo, una,  una que brillaba de una manera singular:  “Hemos visto su estrella” (Mt 2,2b)

 

 


y con ella sentimos el cosquilleo de la esperanza que quiere hacerse presente.

Efectivamente, los lamentos y lágrimas de Raquel están sonando en sectores de la humanidad que se solidariza con ellos. Y aquí y allá, (vuelvo a coger el vuelo del inicio) hay gente que se agrupan, que se manifiestan,

 


 

Y gritan reclamando esfuerzos por la paz, voluntad de paz no disfrazada de palabras políticamente oportunas.

 

 


 


Hay gente que elevan cantos de esperanza y de denuncia y exigencia.

 


 

 

Hay gentes que, solidariamente, toman parte activa en esa noche que quiere correr hacia el amanecer.

Mantengámonos expectantes como aquellos pastores que pasaban la noche l raso velando el rebaño (Lucas 2, 8). No tenemos tarea mejor que velar por el ser humano y su dignidad.

 

 

 

 

 

8º RELATO

En Ecuador era muy fuerte la costumbre de la novena de Navidad. Se realizaba reuniéndose, durante nueve días, familiares y vecinos, unas veces en casa de unos, otras en casa de otros, y se cantaban villancicos y se giraba en torno en torno a los acontecimientos que, de los evangelios de Lucas y Mateo, tratan del tema. Nosotros intentamos aprovechar esta coyuntura para transformar lo puramente devocional por reflexiones y profundizaciones teológicas en torno al aspecto de fe que se subraya en estas fechas.

Yo, este año, he pretendido hacer algo parecido. Pero, me topé con que el panorama de Gaza, territorio bíblico, no resistiría, sin que fuera ofensivo, las zarandajas, frivolidades y rutinas que se han hecho tópicas. Por eso decidí, os lo dije al principio, prescindir de mi colección de belenes, de las luces, las guirnaldas, etc. Pero, repito, evocando aquella experiencia ecuatoriana, me propuse pasarme yo por las casas de ustedes y llevarlos a ustedes, a unos y a otros, a los que quisieran, por sus respectivas casas y juntos, durante nueve días, reflexionar sobre la Navidad desde Palestina.

Pues bien, hoy ya estamos en el octavo día.

Y, precisamente hoy, no voy a arrancar ni de Lucas ni de Mateo, sino de Isaías 9, 1-6, donde se nos dice:

“Donde hubo tinieblas, brillará una luz grande, desapareciendo la tierra de sombras, de muertes, de traiciones, de disimulos e infidelidades. La vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, la bota que pisa con estrépito, y la capa empapada de sangre quedaron quebradas y serán pasto de las llamas”

Y todo esto, ¿por qué?

“Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado (…) Será su nombre Príncipe de la Paz(…) de una paz sin límites consolidada sobre la justicia y el derecho. El celo del Señor lo realizará”

Precioso este texto. Os animo a que lo leáis completo.

Pero sobre él quiero daros algunos apuntes:

·      Un niño se nos ha dado. Pero no un niño para quedarse anclado en la niñez, Un niño es principio de humanidad, humanidad que surge para crecer, desarrollarse, alcanzar plenitud. Un niño se nos ha dado, un niño que nace, una humanidad que comienza, una humanidad nueva.

·      Jesús de Nazaret es ese niño de Belén, pero, también los niños de todo el mundo nacidos a la vida para alcanzar vida digna. Somos nosotros, formando parte de esa humanidad nueva que nace, que también nace con nosotros.

·      Ese niño, esa humanidad nueva donde estamos incluidos para que desaparezca la vara del opresor, la capa empapada en sangre, significa creer en ese niño que hemos recibido.

Ahí os dejo unas cuantas fotos. Son niños palestinos. Fíjense en sus ojos: están llenos de hambre de futuro y sus retinas quieren pintarse de esperanza. A otros ya no podrán  mirarles a los ojos: les arrebataron la luz.

 


 

 

 







 







Esas son las imágenes del niño de  Belén (este año de Gaza pero quien sabe si alguno no es de Belén) que les ofrezco.

Una cosita. Imagínense que ustedes son catequistas. Imagínense que tienen que elaborar, para estos niños palestinos (en un proyecto de evangelización) una catequesis, lógicamente basada en la experiencia, sobre Isaías 9.

¿Cómo lo harías?

Termino queriendo darles estas canciones de niños pero, igualmente, con una anotación. No tengo nada en contra de que los niños canten esas canciones ni de que estén presentes en nuestras reflexiones, pero no los utilicemos para despertar ternura y llenarnos de sentimentalismos. Muy en concreto: Escudriñemos nosotros también las estrellas que  fueron fondo de nuestros ojos de niños y delimitemos con nitidez nuestros posicionamientos para que cada vez haya menos miradas de niños sin entender lo que pasa.

 


9º RELATO

Bueno, pues , ahora, si que llegamos al final.

Estamos en el noveno día de relatos y aún nos queda un relato

“José, mirando la realidad de Herodes desde la luz de Dios, se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, y se fue a Egipto”




En nuestro tiempo los deseos de extermínio del rey Netanyahu obligaron a multitud de personas, familias cargadas de hijos, a hui buscando la salida hacia Egipto que se convirtiera en liberación dándole la vuelta al éxodo. Pero en esta ocasión   de nuestro tiempo, se cuentan por miles los  que no tuvieron   suerte de alcanzar el refugio. Y, lamentablemente,  Palestina se une a la procesión de exilados, emigrantes que viven esta tragedia, desde muchos en el Mediterráneo o el Atlántico, desde la selva de Darién, la frontera mejicana o las  alambradas de Ceuta y Melilla.                                                                                                                                                



 



 

Pero  quiero acabar anclado en la esperanza Por eso vuelvo al evangelio de Mateo 2, 20b-21:

“Al saber José que Herodes había muerto, tomó a la madre y al niño y volvió a su tierra. Pero con precaución para evitar que el rey Arquelao repitiera lo mismo que su padre”

Hay motivos para la esperanza. Yo, al final de estos relatos, seguiré cumpliendo mi signo originario. No expondré los pesebres. Tan solo uno.

Me lo han regalado este año..

Está hecho a mano. Es totalmente artesanal. Está hecho con lana y, cosa curiosa, en vez de  buey o vaca, hay una oveja.. Un animal muy representativo de Palestina. Y, si se fijan bien, , (al menos a mi me lo parece) el aspecto de María, y sobre todo de José, no puede ser más palestino.

 




 

 

 

Por ello, al ponerlo manteniendo el signo cristiano de la Navidad, quiero tener presente a Palestina. Y haré mía, como oración, la “Oración por la paz” atribuida a San Francisco.

 


Creer en Jesús,  proclamar que en Jesús Dios se hace presente, confesad, aceptar lo anterior  es decidir formar parte de esta humanidad nueva que  se  para llenar ángeles para llenar los cielos de cantos de gloria, se hacen pastores para llenar su tarea de esa presencia de Dios en Jesús, se hacen maría y José para abrirse con toda su vida a la historia de Salvación que Dios quiere , y se hacen magos para expandir por los cuatro puntos cardinales la experiencia del triunfo del proyecto de Dios sobre las intenciones de los Herodes de turno, y se hacen lágrimas en los ojos de los niños de Gaza y en los lamentos de Raquel para condenar los crímenes contra la humanidad a la que Dios ama.

Pues ahí va mi felicitación navideña. Os deseo todo lo anterior: ser ángeles,  pastores,…Y lo acompaño con mi Belén 2023.

Solo una cosa para terminar:

Gracias por haber acogido esto que os he compartido.

Si os ha servido, me alegro. También gracias por vuestras aportaciones. Solo, como ya os decía,  dentro de unos días, anularé el grupo.

 Que la Navidad nos haga pensar, amar a los que Dios ama, y apostar por un mundo mejor que, como dice el Papa Francisco, es posible.

Un abrazo

José Luis Molina