lunes, 4 de octubre de 2021

SE NECESITAN PROFETAS

 



 

La semana pasada reflexionábamos sobre la envidia como actitud que genera diversos aspectos o pecados que nos ponen en contra “del otro” (Todos los pecados, si lo son, nos oponen al otro).

Hoy, si os parce, nos vamos a centrar en torno a otros verbos que tienen algo que ver con la envidia, aunque es lo veremos al final.

Estos verbos son: ACAPARAR,  SER PROTAGONISTAS, POSEEDORES DE LA VERDAD, MONOPOLIO DE DIOS, EGÓLATRAS. Generan, para el contrario, la exclusión, la condena, el ostracismo.

Contra ellos los textos de hoy son muy claros: Nadie que haga el bien, nadie que revierta sobre el mundo el proyecto de Dios y sobre él proponga (profecía), puede ir en contra de Dios. Sí, por el contrario, se  le notará que va en contra del proyecto de Dios quien no admite competencias,  que le hagan sombra porque opacarán su imagen y por eso pretenderán que, a los otros, se les excluya de los ciento cuarenta y cuatro mil.

Esto nos lleva a la segunda lectura. Cuando la leo  me imagino a los ricos repitiendo el estribillo de Góngora  “ande yo caliente y ríase la gente” o la apostilla de Don Juan Tenorio “!Qué largo me lo fiais!”

Ante esta palabra de Santiago los ricos la oirán y se reirán con razón  porque saben que su dinero comprará bendiciones, indulgencias, dignidades y honores. Sin embargo la malaventuranza profética está lanzada: ¡Ay de ellos!. No podrán tener a Dios en sus vidas. Hace opción por la opulencia , la exquisitez y lo que nos significa “por encima de”, pero la vida plena de Dios se les queda al margen .

Pero termino: No solo va contra los ricos. Hay un enjuiciamiento específico contra los que se aprovechan de los otros, negocian y se enriquecen a sus costas. Etc. Los bienes se oxidarán, se quedarán aquí, posiblemente sean fuente de división  y escándalo, pero también se quedarán sin los otros” a los que postergaron por su ambición  .

 

Un abrazo

 

José Luis Molina

26 de septiembre del 2021

YO, MI, ME, CONMIGO

 YO, MI, ME, CONMIGO



Después de entender que el pecado original es otra cosa y que, desde luego, no es algo que nos hace llegar torcidos, pienso en nosotros, los seres humanos,  y lo hago también de otra manera, sobre todo en ciertos aspectos.

Me gusta, y con frecuencia recurro a ella cuando me autoanalizo o  tengo que enfrentarme con realidades desbocadas externas a mí,  con una afirmación de Ortega y Gasset. Decía: “Yo soy yo y mis circunstancias”.

Efectivamente en ese soy yo aparecen nuestras potencias y virtualidades, pero de ninguna manera podemos ignorar nuestro componentes biológicos, químico, histórico y  hasta geográfico-espacial que nos perfilará de una manera o de otra.

Lo mismo te extrañas con esta retahíla con la que he empezado, pero, es que en las lecturas de hoy aparece con una exuberancia que llena el escenario, el tema de la envidia.

¡La envidia!

¿Por qué la envidia?

¿Consecuencia del pecado original?

Caín y Abel: La envidia. ¿Solo hay el bueno y el malo?

¿Somos culpables de todo comportamiento envidioso o hay que tener en cuenta otros factores?

…   …    …

Por ahí pretendo circular hoy y soy consciente de que lo hago con un cierto desorden y probablemente no con suficiente rigor científico pues no soy especialista. Solo tengo el vicio de pensar.

Lo que si opino es que creo que a todos, alguna vez al menos, nos ha mordido la envidia. Y si es algo tan generalizado, y a veces difícil de controlar, erradicar, etc,  no debemos infravalorarlo. Si, además, todos sabemos que, a veces, eso     que llamamos envidia provoca crisis y cataclismos vitales terribles y deleznables, no podemos o no debemos ignorarlo.

Bueno, pues, entonces me meto directamente en mi reflexión sobre la envidia buscando esclarecimiento responsable y comprometido.

Cada uno de nosotros, cuando nacemos, no somos envidiosos en esencia. Al contrario física, biológica, y antropológicamente hablando, nos sentimos con necesidad del otro, lo buscamos y nuestro mundo, pequeño e infinito, se rebosa de felicidad con la voz que nos acaricia, el seno donde nos alimentamos y refugiamos, los ojos donde nos vemos y los latidos de corazón que nos hacen cantar.

Esto, en principio tendría que ser motor que nos impulsara a ser universales, de acogida abierta y de entrega libre y gratuita.

Pero…   pronto aparece los peros. Por lo pronto si habría que tener en cuenta las circunstancias del mundo exterior que rodeaba al útero donde nos encontrábamos pues allí ya , según y cómo, pudiéramos recibir marcas, improntas, que nos acompañarán.

Pero una vez nacidos, a pesar de que he dicho que no nacemos egoístas, sin embargo las primeras palabras que aprendemos (dejemos a mamá y papá los primeros puestos) son posesivas: MIO lo mismo que a cerrar los brazos y las manos aferrando la realidad para nosotros sin dejar espacios para los demás.

Pero eso son una solas observaciones del principio.

Mirando el mapa humano, creo que la pandemia del egoísmo es muy contagiosa. Empezamos porque nosotros queremos a nuestros hijos para nosotros. Decimos, sin pudor, que es bueno tener hijos “para la vejez”  y, para ello, “con las hijas hay más seguridad” por eso, al menos una mujercita. Nos cuesta la misma vida vayan teniendo criterios propios y, en vez de ayudarlos a que sean coherentes con los mismos, intentamos se acoplen con los nuestros. Algunos no son capaces de asumir que sus hijos emprendan su propio vuelo.

Y lo que aún es peor: Intentamos manipularlos a nuestro favor comprándolos. No nos escandalicemos. Esto desde chiquito: “Si me das un beso te doy chuches”, “te concedo un capricho para que te calles y te portes bien”, “mereces un premio(y lo tendrás) por haber aprobado. Resultaría absurdo pensar que sería respuesta  y motivación suficiente la alegría de aprobar, de haber hecho lo que debía y compartir con él nuestra alegría por sus resultados. Qué cosa más normal decir al hijo que abrazamos que lo queremos más que a nadie, … y esto  en presencia de otros hijos, … ¿Sería muy difícil el  “más que”  por “mucho”?.

En fin, sería interminable todo lo que se podría enumerar.

Pero, para ir concretando, diré que entiendo que la envidia es una consecuencia de muchos de los elementos con los que construimos lo que llamamos “educar” o el proceso histórico de cada persona.

Mientras eduquemos en la competencia, en la competitividad, tendremos envidia cuando no ganemos.

Mientras lo importante no sea la persona que hace y se compromete toda ella en su hacer (aunque los logos  sean demasiado exitosos por razones ajenas) sino que lo que importe sean los resultados “brillantes” , aunque , incluso, hayan sido conseguidos con trampas o favores, humillarán y aplastarán a otros y estaremos abonando el terreno para la  envidia y e rencor.

Mientras el vestido con el que nos cubramos sea la comparación, estaremos llamando a gritos al enfrentamiento y, si somos de los “exitosos” correremos fuertemente el riesgo de ser unos peleles de los resultados, del que dirán, etc  y poniéndonos en peligro de perder lo esencial: “ser nosotros mismos para los demás”.

Esto último es la Buena Noticia, la clave del Evangelio, lo que nos convierte en hijos de Dios.

Pedir perdón por la envidia y no modificar este chip competitivo y comparativo, no sirve para nada.

Y educar por esos carriles de la competencia es cierto que colaboraremos en producir  mucho desgraciado y muchas amarguras.

No es posible pasar por la vida sin producir sombra. Inevitablemente será trascendente nuestra posición respecto del sol.

Un abrazo

José Luis Molina

19 de septiembre del 2021

jueves, 30 de septiembre de 2021

ESTO ES LA RESERVA CATÓLICA DE ESPAÑA

 

"Tenemos un Papa tonto": la ultraderecha 'católica' ya no esconde su odio a Francisco

"Tenemos un Papa tonto": la ultraderecha 'católica' ya no esconde su odio a Francisco
"Tenemos un Papa tonto": la ultraderecha 'católica' ya no esconde su odio a Francisco

En 1992, el Papa polaco se preguntaba "¿cómo podría olvidar en este V Centenario los enormes sufrimientos infligidos a los pobladores de este Continente durante la época de la conquista y la colonización?”

Ratzinger, 2007: "No es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales"

¿Y si el verdadero problema reside en que Bergoglio no es 'su' Papa, sino un 'indigenista comunista' (siguiendo el razonamiento de Ayuso) al que negar el pan y la sal?

"Tenemos un Papa tonto". Así se despachaba ayer tarde un comentarista de una de esas tertulias de radios y televisiones que han surgido al albur del ascensor de la ultraderecha en nuestro país, financiadas por empresarios y políticos que se dicen 'católicos' pero que atacan a los Menas, confunden inmigración con terrorismo islámico y creen que sólo debemos acoger a refugiados cristianos. Como si Cristo no hubiera muerto siendo judío.

Los adalides de la pureza, que son los mismos que el propio Papa denunció durante su encuentro con los jesuitas eslovacos ("Algunos me querrían muerto"), los que emiten a diario 'carnés' de católico (también lo denunció Francisco el pasado domingo en el Angelus) han visto la puerta abierta para atacar al Pontífice, esta vez, a cuenta de la petición de perdón formulada por los excesos de la Iglesia durante la conquista. Ojo, no por la conquista, ni en nombre de los españoles, sino sobre los "pecados de la Iglesia". Que los hubo.  Y no pasa nada por reconocerlos, 500 años después. 

Díaz Ayuso se une a VOX y critica al Papa por reconocer los errores de la Iglesia en la conquista de América
Díaz Ayuso se une a VOX y critica al Papa por reconocer los errores de la Iglesia en la conquista de América

"Me sorprende que un católico que habla español hable así a su vez de un legado como el nuestro, que fue llevar precisamente el español y, a través de las misiones, el catolicismo y por tanto la civilización y la libertad al continente americano. Poco más puedo decir", sostuvo la presidenta de Madrid, y adalid de la "libertad", Isabel Díaz Ayuso, durante su exitosa gira americana (que solo cubren medios españoles, por cierto). La misma Ayuso que ha organizado las fiestas de la Hispanidad para defender la españolidad frente al "indigenismo", que es "el nuevo comunismo". Arriba, parias del Amazonas...

Ayuso se suma, ya sin complejos, a las tesis de la ultraderecha más reaccionaria (aunque Herman Tertsch, Girauta et allii se enfaden en las redes y se caguen en nuestra P... Madre), capitaneada por Iván Espinosa de los Monteros, quien recalcó que "no entiendo muy bien qué hace un Papa de nacionalidad argentina disculpándose en nombre de los demás". Le faltó decir llamar a Francisco 'pobre indio sin alma', como algunos defendían, en los primeros tiempos de la conquista. Por cierto, frente a la postura de otros que, como Bartolomé de las Casas, trabajaron con denuedo por llevar la fe, y la cultura a un continente que, por supuesto, tenía y tiene alma.

Ariza, con Salvini y Abascal
Ariza, con Salvini y Abascal

Con todo, no debería extrañarnos. El líder de VOX ya se refirió al Papa Francisco como "ciudadano Bergoglio", y prefiere acudir a fotografiarse con el cardenal Sarah y su modelo de Iglesia fortaleza. Lo que sí resulta cuando menos incoherente es criticar a Francisco por haber dicho... exactamente lo mismo que Juan Pablo II y Benedicto XVI.

"En diversas ocasiones, tanto mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización" fue lo que dijo Francisco, algo muy similar a lo que él mismo manifestara en Bolivia, en 2015: "Se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios”.

No se escuchó a ningún adalid de la libertad meterse entonces con el Papa. Tampoco, con palabras similares que pronunciaron tanto Wojtyla como Ratzinger. Así, en el mítico 1992, durante un viaje a República Dominicana, el Papa polaco se preguntaba "¿cómo podría olvidar en este V Centenario los enormes sufrimientos infligidos a los pobladores de este Continente durante la época de la conquista y la colonización?”.

Santiago (Abascal) y ¡cierra España!
Santiago (Abascal) y ¡cierra España!

En 2007, Ratzinger también llegó a apuntar que "ciertamente el recuerdo de un pasado glorioso no puede ignorar las sombras que acompañaron la obra de evangelización del Continente latinoamericano: no es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales".

Si un "Papa de nacionalidad argentina" no puede disculparse por la conquista, 'españolísima', de América, ¿por qué si pudieron hacerlo un pontífice polaco, u otro alemán? ¿Y si el verdadero problema reside en que Bergoglio no es 'su' Papa, sino un 'indigenista comunista' (siguiendo el razonamiento de Ayuso) al que negar el pan y la sal? Todo pueda ser que, finalmente, Bergoglio decida venir a Compostela y algunos quieran resucitar a 'Santiago Matamoros'. Que por cierto, en América era 'Mataindios'. Con su caballo blanco y todo. Aunque quizá no sea el Apóstol, sino... Abascal. O eso, o el argumento más sencillo: "Tenemos un Papa tonto". 

domingo, 12 de septiembre de 2021

VOY A IR, ASÍ QUE TE ENVÍO

 



 

 

 

 

 

Hoy volvemos a toparnos con la carta de Santiago y, al menos de inicio, nos quedamos en ella.

Hoy, esta carta toca un terreno típico en teología: El de la y las obras.

A lo largo de los siglos han corrido verdaderos ríos de tinta en torno a ello. Y es que  junto con esta carta, hay escritos de Pablo que hablan de      que la fe, por si misma, nos salva (Gálatas, por ejemplo).

Esto, repito, ha dado pie a muchas confrontaciones teológicas.

Yo, hoy, al ponerme a reflexionar sobre el tema, caía en la cuenta de que para mi, que no soy teólogo ni aprendiz, aunque, sí, tal vez, atrevido, repito que para mi una respuesta suficiente me la ha proporcionado la Teología de la Liberación y lo que he bebido de ella.

Un teólogo de la Liberación, Pablo Richard, en una entrevista, en el 2011,  ante la interpelación de si la Teología de la Liberación estaba en decadencia, estaba superada, se expresaba  así: “Mientras  haya pobres, habrá teología de la Liberación”.

Y una afirmación tan rotunda como ésta, ¿cómo se fundamenta?

Intentaré ser claro en el razonamiento. Se parte de que Dios no quiere el sufrimiento humano, menos el sufrimiento provocado por la injusticia, los abusos y el poder del dinero y las armas, y esto, además, fácilmente  sostenido  valiéndose de la ignorancia, el engaño, el hambre, manipulación, etc.

Y Dios oye el clamor de las víctimas inocentes que sufren la desigualdad, las carencias, a quienes se le ha arrebatado la dignidad y la vida (Éxodo 3, 7). Y se pone en acción, en pie de liberación: Liberación de muchas maneras y en muchos campos: cultural, de género, política, económica, para la promocíon humana, etc.

Cualquiera que se acerque a la zarza que arde ( Ëx 3,3) y ACEPTE al Dios que hace suyos los lamentos y el dolor de las víctimas (esto es la fe) escuchará que le dice: Anda , vete a Egipto, es hora de liberar, obras son amores y no buenas razones. Pero por estas obras no podemos dar el visto bueno a cualquier cosa.

Por ejemplo:

Lo que hemos llamado tradicional, y lamentablemente, obras de caridad (limosnas) que tranquilizan mi conciencia y justifican mi instalación en el confort, el despilfarro, el consumismo, etc. Que genera la pobreza, no sirve.

Tal vez algunos recordemos cuando se consideraban obras visitar y pedir limosnas a los ricos  para dárselas a los pobres, mientras los ricos conservaban sus fábricas de hacer pobres con bendiciones y agua bendita.

Buscar el palanqueo o el enchufe político, institucional, etc, para conseguir favores, tampoco. Si son favores no es de justicia y entonces siempre perjudicará a otros.

Entonces, ¿qué obras?

La respuesta es sencilla. La ejecución no tanto.

Volvemos al capítulo 3 del Éxodo: ¿Quieres saber quién soy, conocerme? ¿Me aceptas? Ve a la vida, yo voy contigo y estaré contigo cuando asumas mis obras como tu tarea.

En definitiva, quien tiene una fe que no rompe el cascarón  de la devoción, quien no esté dispuesto a traspasar el “lo que buenamente pueda”, según el texto de hoy tiene una fe muerta.

El propio dinamismo de la fe en Dios, dinámico, vital, nos llevará irremisiblemente a obras de liberación.

Un abrazo que empuja, no que encadena

José Luis Molina

12 de septiembre del 2021

jueves, 9 de septiembre de 2021

COMUNICADO...

 

 
Redes Cristianas

 

La amplia repercusión que está teniendo en los medios de comunicación la renuncia del obispo de Solsona está llevando a que se mezclen varios temas: la renuncia en sí y la forma en que se ha procedido por un lado y la trayectoria de Xavier Novell en los años en los que ha sido obispo.

En Redes Cristianas defendemos que el celibato sacerdotal sea opcional, por ello constatamos de nuevo en este caso y  en todos los demás, que un sacerdote tiene que elegir entre seguir con su sacerdocio o comenzar una vida de pareja. Sería conveniente, a nuestro juicio, valorando también lo que para nosotros significa una iglesia sinodal y de iguales, que el ya obispo emérito, explique con claridad  y naturalidad a los católicos de Solsona, a los cuales ha servido como pastor en los últimos años,  las razones de su renuncia.

Por otra parte, nos mostramos absolutamente contrarios al apoyo que, según las informaciones que están apareciendo estos días, daba Xabier Novell a los grupos que ofrecen terapias a las personas homosexuales para “curar su orientación sexual”, es algo prohibido por el Vaticano y que sin embargo sigue ocurriendo en varias diócesis españolas. Ojalá que lo que ha aparecido publicado estos días sirva para terminar con el apoyo de ciertos sectores de la Iglesia a esas prácticas discriminatorias, carentes de respaldo científico y que tantas secuelas dejan.

Tampoco podemos identificarnos con la ideología de Novell, tan conservadora y poco ilustrada, ni con su estilo muy personalista y poco participativo de animar la diócesis de Solsona.

Consideramos finalmente que es lamentable que todos los medios se vuelquen en la crítica a este obispo por haberse enamorado y no en otros que tanto daño vienen haciendo en sus diócesis desde hace muchos años con despidos de trabajadores, posturas dictatoriales sin escuchar a los sacerdotes y laicos, con bienes acumulados que no ceden a las personas necesitadas y con un estilo de vida muy poco evangélico.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

DESDE LA ENRAMADA, LA LUNA

 





Subía por la pared

un rayo que la luna,

a través del ajado portillo

enhebraba desde la enramada.

Mientras subía el rayo,

la luna, como siempre,

bajaba y se miraba

en el pilón de piedra

donde, día a día,

aquella ventana

abrevó las ausencias.

 



 

Yo, sin rayo y sin luna,

dormido sin sueño,

despierto dormido,

vagaba

por pasillos blancos,

mis venas del alma.

Vagaba, lloraba,

a veces reía

y algunas cantaba

canciones inéditas

que se me escapaban

entre el culantrillo,

la piedra, la tierra el agua.

 

Vivía, sí, y moría:

Cuantas alboradas

y cuantos crepúsculos

sin descansar viviendo

muriéndome al unísono

mientras descansaba.

 

Y en todo esto yo,

y, en mí, ¡tanta gente!

Y en todo esto yo

hecho de gente:

sus miradas se hicieron

rayo de luna y centinelas.

Y en todo esto yo,

y la gente,

y en la gente

y en mí: Dios

         José Luis Molina

               4 septiembre 2021

 

domingo, 5 de septiembre de 2021

¿DÓNDE ME SIENTO?

 




 

 

 

He leído las lecturas de hoy. He ido de una a otra dudando por dónde empezar. Definitivamente lo haré por la segunda, la carta de Santiago y es posible que me quede en ella.

Nada más empezar aparece claramente la condena del favoritismo. Es tajante la prohibición de enraizar la fe con el favoritismo con la acepción de personas, con la jerarquización y la categorización de las mismas por su dinero, su poder, su inteligencia, su preparación, sus título, etc. Y no hay que esforzarse mucho para descubrir lo estrechamente relacionado que está este favoritismo con el ansia de conseguir poder, prosperar, sobresalir, elevarse sobre los demás.

Si sigo leyendo tropiezo con un calificativo igualmente tajante: inconsecuente, incoherente. Y una afirmación igualmente rotunda: Dios escogió a los pobres y a los sencillos para que se llenaran de la plenitud del Reino.

Llego aquí y me encuentro perdido. Evidentemente hay que comenzar con la presunción de inocencia, pero cuando todos los indicios  marcan lo contrario, habría que demostrar la inocencia.

La realidad, frente a este texto de Santiago, apunta apabulladoramente que  no creemos en esta palabra, no la aceptamos, nos vamos por la parte contraria. Y esto no de ahora, sino desde siglos y siglos. Sí, es verdad que la poesía ha cantado la contingencia del poder y las riquezas        que los ríos llevan hasta el mar, y pintores que, como Valdés Leal, nos muestran  como las glorias del mundo se convierten en podredumbre. Lo admiramos, pero seguimos buscándolo y favoreciendo a quien lo posee con la esperanza de que nos llegue algo. Ahí tenemos, para ensalzar la soberbia humana, la capilla del Condestable de la Catedral de Burgos o el Moisés de Miguel Ángel del mausoleo del papa Julio II. Y hasta ayer estaban corriendo ríos de tinta, con respaldo de hábitos religiosos, frente a los restos del “muy católico y cristiano “ Franco y del mausoleo que él se levantó mientras parece cuesta trabajo ofrecer un pañuelo para enjugar las lágrimas de quienes tienen regadas las cunetas de nuestro país para que broten margaritas.

Y todo esto dándose en la gran liturgia de un pueblo que, desde pequeño, aprendió a acostarse y levantarse con Dios. ¿Con qué Dios?

Pero me estoy yendo por la política mientras la carta de Santiago se dirige a la comunidad cristiana y habla de la comunidad cristianan. No debemos olvidar ese detalle.

Pues bien, pensando en ella, se me viene a la memoria la celebración del 31 de julio en la catedral de Jerez. Allí no se habría podido proclamar la lectura de la carta de Santiago. Hubieran estallado las cristaleras. Claro, que tampoco se hubiera atrevido nadie a entrar con andrajos para ser conducido a los rincones de las naves laterales.

Otra equivocación: los “invitados” llevábamos trajes de fiesta, pero, ¿eran trajes de la fiesta del Reino?

Todo esto me ha removido esta lectura. Y mucho más, me parece, ha de seguir removiendo en mi interés para aclarar mi propio posicionamiento. Porque la diana a la que apunta la carta de Santiago también se instala en niveles más básicos en los que los trajes de fiesta y anillos  pueden revestirse de protagonismo, manipulación, culto al ego, y los andrajos los pueden vestir los más sencillos, más dúctiles y sumisos y con menos capacidad de discernimiento y por ello más manipulable.

En definitiva, la carta de Santiago descalifica para los creyentes en Jesucristo y entre los creyentes en Jesucristo, la ley de la selva, la ley del más fuerte y donde la soga se rompe por la parte más débil. Si así es el mundo, nuestros fundamentos son otros y nos toca nadar contracorriente y, al mismo tiempo, dolernos cuando descubrimos que también esos criterios de “favoritismo” se han instalado entre nosotros: Pero de ninguna manera el conformismo, la inanición, el disimulo o alambicados discursos justificatorios que, además, nunca convencen.

Ánimo. Un abrazo

José Luis Molina

4 de septiembre del 2021