El pasado domingo, 26 de abril, se vivió una transcendente jornada electoral en la que se decidía el Gobierno y la Asamblea que tendrían que asumir la puesta en marcha de la Nueva Constitución. Pese a los coletazos y las rabietas características de quienes no asumen que la decisión popular no les favorezca y andan buscando y rebuscando argumentos de "fraudes" que ni ellos mismos se los creen, la opinión de la ciudadanía fue clara y contundente: Hasta la fecha, con un 51'87 % designó a la lista 35 (de Rafael Correa ) para que continuara su programa político frente al 27'99 % de su más inmediato seguidor, lo que supone el triunfo en primera vuelta. Y Ecuador está de fiesta. Y nosotros, Intiruna, en Ecuador lo estamos de igual modo. Y nuestra fiesta y nuestro gozo lo es desde la esperanza de que esta nueva etapa de la historia de Ecuador suponga realmente un cambio en tantas cosas como el país necesita y una transformación de muchos de sus males endémicos. Por eso es una fiesta desde la esperanza y el compromiso con ese cambio para que se haga realidad un accionar político que desmonte el monopolio de los poderes oligárquicos y efectúe un giro cada vez más profundo hacia los sectores más pupulares, y por ello, más deprimidos y marginados. Correa, en plena campaña, cuando visitó el Barrio de la Lucha de los Pobres decía que este nombre era todo un emblema. Y él. como cristiano, que así se declara, se definía en una opción clara y decidida, sin ambigüedades, por los pobres con una política a favor de ellos.
Que así sea.
José Luis Molina
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