jueves, 25 de agosto de 2011

SE HA PERDIDO LA OCASIÓN




¿ Qué magnífica ocasión se ha perdido?

Qué bueno hubiera sido que la JMJ (si es que estos eventos tienen sentido) se hubiera celebrado en Somalia, por ejemplo, pero no con posicionamientos triunfalistas, grandielocuentes, de obstentación y supergasto, y hasta reperesivos, sino implantándose como un grito de dolor solidario en el corazón mismo del dolor de la humanidad de nuestros días para que, con gesto profético, la Iglesia levantara su voz para anunciar su compromiso firme e irrevocable proclamando el Evangelio de Lucas 4, 16 ss, y proponer a los jóvenes, sin miedos ni rebajas, que la opción cristiana pasa por la opción fundamentalmente existencial con un mundo diametralmente opuesto al que les estamos dejando y ellos mantienen. Eso si sería evangelizar.

Pero, ¿es esto posible? Personal y lamentablemente creo que no. Pienso que la utopía del Evangelio tiene que enfrentarse con que, hoy por hoy, la institución eclesiástica no está por la labor de comprometerse utópicamente con la vida.

Jesús de Nazaret, ¿habría estado en Madrid en medio de tanto boato e imponiendo su presencia a quienes no la quisieran? Creo que no. Si hubiera sido en Somalia, por ejemplo, pero de otra manera evidentemente, creo que si.

Ahora bien. Y de cara al futuro, ¿cómo compaginar las favelas de Río con una repetición del evento JMJ-Madrid?. Tenemos dos años para hacer examen de conciencia.

La historia, con el Evangelio (proyecto del Reino) en la mano, nos juzgará.

José Luis Molina

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me uno a tú denuncia.
MT.

Anónimo dijo...

¿Nada de lo que se ha hecho en JMJ ha sido fraterno y solidario? ¿No se ha compartido realidades y denunciada injusticias?
Las comentarios que generalizan también son parte de la soberbia.
Renunciar al boato es una exigencia evangélica, pero te aseguro que había "mucha gente haciendo el bien" entre tanta hipocresía católica en Madrid.

Anónimo dijo...

Me pregunto:
¿Si los que fueron a la JMJ tienen conciencia de cuánto dinero se gasto solo por hacer un boom mediático, mientras España vive una sería crisis económica?
¿Si sabian a cuánta gente se le podía dar de comer en Somalía con ese gasto? o ¿Cuántos proyectos comunitarios, barriales se pudieron financiar con el gasto que se hizo enviando a alienarse a jóvenes latinoamericanos o de otras regiones a ese famoso encuentro mundial?
¿dónde se quedo toda la criticidad del pensamiento joven y contemporáneo del que a veces alardean los movimientos juveniles?
¿acaso no es idolatría todo esa aclamación de la masa a Benedicto XVI estos días en Madrid?
Me sigo preguntando más:
¿cuánto realmente habra cambiado la vida de los que participaron directa e indirectamente en aquel evento, haciendoles más libres, más humildes, más auténticos y más comprometidos con los realmente pobres, con esos que no alcanzan a subirse a un avión porque ni siquiera tienen para subirse a un bus?
¿cuántos de esos que fueron y volvieron de España -porque algunos seguro no volvieron- participaran en la liberación cultural de su pueblo? y ¿cuántos de esos prestaran sus manos para seguir con los artificios de alienación de las masas?
Marcia Toca

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón. Pero es que ya estamos acostumbrados a ver como la gente sufre que pasamos, como se suele decir "olímpicamente".
Y es tremendo que olvidemos " darles vosotros de comer". Y ante esto no se como no meda da vergüenza llamarme cristiano.
Un abrazo. Carmen+Vicente