martes, 24 de julio de 2012


Ya está entre nosotros y nos alegramos inmensamente.

En oportunidad de que la gente de INTIRUNA se encontrará ayer con José Luis para celebrar su retorno, queríamos compartir con la gente de España la alegría que nos viene al tenerlo físicamente entre nosotros otra vez, digo físicamente,  pues su presencia en sacramentos nacidos de nuestra historia con él, nos lo hace vivirle siempre presente a pesar de la distancia física que a veces se instala cuando vuela hasta el otro lado del Atlántico.

Nos hemos vivido emocionados recibiendo los detalles que como buen REY MAGO siempre nos comparte, dándose él mismo en estos presentes, el deleite ha sido igual brindando con vino Riveiro traído por él, desde la misma Galicia, pero sobretodo nos ha nacido la ilusión de caminar por el sendero del  Río Majaceite junto al Peregrino de la Cabeza Nevada o con alguna gente de ese pueblo que lo vamos sintiendo tan cercano como es El Bosque.

No tenemos más que decir,  que lo se menciona en el título de esta nota: 

José Luis

¡¡¡YA ESTÁ ENTRE NOSOTROS Y NOS  ALEGRAMOS INMENSAMENTE…!!!

Colectivo INTIRUNA y añadidos...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por el post (creo que se llama así o algo parecido) con el que me he topado y que me ha cogido tottalmente de sorpresa pues, acostumbrado a colgarlos yo, éste se me ha colado de rondón.
El encuentro merecía la pena mojarlo con Ribeiro o con Jerez, Vega del Guadiana, Rioja, etc. Todos son buenos para expresar sacramentalmente el calor de encontrarnos.
Además estrenando medios técnicos de lujo en este mundo de la imagen en esa emblemática Puerta del Sol de Madrid, marcador meridiano de la tensión con la que en estos días vive España.
Pensaba que merece la pena de andar de allá para acá para que a uno le digan cosas tan lindas como diría mi amigo Antonio Labrador. Bueno pues darle las gracias al colectivo Intiruna y añadidos por acogerme una vez más y a todos los que, en España, igualmente me acogieron y con los que he compartido en los días pasados. Ser peregrino, con la cabeza nevada o no, es ir saboreando humanidad y, que bueno si, de paso, se contribuye en algo para construirla. Ven ustedes. Así es muy fácil la risa que nace espontánea.
Un abrazo
El Peregrino de la Cabeza Nevada