martes, 3 de junio de 2014

NUEVE AÑOS

A vosotras,
Alexandra, Ana,
Carmen, Elisabeth,
Julia
y todos los muchos que las acompañaron y fueron fuerza.





Corría el año 2005.
Un año como otro cualquiera.
Un año que pudo haber sido como otro cualquiera.
Un año que, para quienes constituimos Intiruna, nunca será como otro cualquiera.
Como en cualquier año, había gente que estaba creciendo. Sí, crecían hasta el punto de ser capaces de mirar de frente a los ojos de la cabeza que sostenía la mitra. Gente que crecía y fortificaba sus cuerdas bucales para hablar sin sometimiento y sin sordina, con humildes megáfonos que no se acomplejaban ante las campanas de la catedral en la Plaza Grande. Gente que crecían y robustecían sus brazos cambiando estandartes por pancartas que eran gritos y demandas, reclamos y denuncias lanzadas sin pudor.

                                                                    Aquelarre.- Francisco de Goya


Y sobrevino la vorágine. Todo un mosaico fue apareciendo en el contexto:
Como en el Auto de fe de Elías Canetti, los libros y documentos eclesiásticos, los e-mails, cruzados entre Ecuador y España, se hacían personas capaces de presagiar futuro, de lanzar amenazas y excomuniones, condenas y calumnias: dedos que proclamaban condenas de ateísmo, insubordinación, camuflaje de proselitismo político con ropajes de acción pastoral, etc.


                                                       
                                                                Tribunal de la Inquisición.- Goya


Se anunció que las brujas habían salido y se decretó su caza. Quito fue visitado por Goya, sus fantasmas, sus caprichos y sus pinceles negros. La Inquisición se levantó de su sepulcro (si es que estaba sepultada). Y todo se teñía de rojo y negro sobre las colinas y quebradas.




                                               Condenados por la Inquisición.- Eugenio Lucas Velázquez


Pero entre los estigmatizados por el cucurucho impuesto por el dogmatismo y la prepotencia jerárquica, por la torpeza de creer sometedora incuestionable a la fuerza institucional, amiga de la



mentira y la falacia; entre estos estigmatizados que no se sometieron a la vergüenza amenanzante que pretendía ser avasalladora, fue surgiendo y siendo acuñado un lema:" LIBRES, HONESTOS, DIGNOS".
Y se pisó a fondo el acelerador. Subían globos al cielo y en la liturgia apareció un nuevo perfil: "Para un tiempo nuevo".
Han transcurrido nueve años.
Tiempo para gestar y parir.
Las púrpuras de acá y de allá consolaron su rabia con la ascensión de peldaños respectivos, pero no la hicieron diluirse en la nada porque el aire de Quito sigue llenando nuestros pulmones.
Y ahí estamos intentando, en medio del tiempo salir del útero al futuro.




Y en medio de la celebración del "Día del niño" (siempre los niños presentes y merecedores de nuestra lucha, pero resguardados de las salpicaduras de este lodo), en medio de estas celebraciones,  volvía a aparecer el lema de "LIBRES, HONESTOS, DIGNOS", llenándose de flores como un reto.


José Luis Molina.
















































































































































































































































































































































































































































































































1 comentario:

Anónimo dijo...

Nuevo años de que Intiruna fue parido, para la luz, para la alegrìa, para la confrontaciòn y el amor, para el esfuerzo, la utopia y la libertad.
Retomo el GRACIAS de Josè Luis a quienes hicieron posible que hoy digamos SOMOS INTIRUNA y para rato.
MT.