sábado, 4 de abril de 2015

TRES COSAS

Tres cosas se me dieron
para escoger naciendo.
Y yo, en mi andadura,
estas tres preferí:


Escogí el mar:
Calma y fuerza,
bravura y tempestad,
luces irisadas,
colores en estreno
y, en el hundido,
y por él bañado,
mirar al cielo
y en alas de gaviota,
sobre él, libre volar.
Sus aguas remansadas
cantan templadas nanas
con las que, hasta el mañana,
me quiero acompasar.


También puse mi alma
en la elevada cumbre
de la erguida montaña:
Ascender, no quedarse
ególatra en el suelo,
subir, volar, el cielo
es meta que alcanzar.
Y allí, tras sumergir
mi sudor en cascada,
sentir la mano alzada
hacia la eternidad.

Y al final fue por ti
por quien opté viviendo:
Tus brazos, tus empeños,

tu ser, tu caminar,
formaron las orillas
de arena de mi playa,
la espuma de mis olas
y el remanso cristal
de reflejos dorados.
Fuiste cumbre y cascada
y fuiste... más, más que eso,
fuiste, cálido, el beso
donde crecí sintiendo
a Dios vivo e inmerso
sembrando eternidad

                José Luis Molina
                                                      Pascua de Resurrección 2015

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi Peregrino de Cabeza Nevada:

Hoy es uno de aquellos días en los que vale la pena decir: ¡GRACIAS A LA VIDA! porque nos has hecho partícipes de tus opciones vitales, gracias porque me has hecho descubrir a la eternidad como una andadura gozosa con este Dios de la vida, sintiéndolo intensamente vivo y sembrando eternidad.

Anita Troya