domingo, 20 de marzo de 2016

SEMANA SANTA EN INTIRUNA.- DOMINGO DE RAMOS



La Fundación Intiruna, que se define y autoconcibe como espacio eclesial cristiano y católico,  dedica un subrayado especial a las celebraciones de Semana Santa porque entiende que estas celebrasciones pueden y deben significar para nosotros una ocasión de privilegio para reflexionar sobre nosotros 



mismos desde el seguimiento y aceptación  de Jesús, el Justo perseguido, que asume morir en la cruz para que la injusticia no sea la regla del juego.  Y es reflexionar sobre que supone para nosotros posicionarnos de esta manera. Por eso el subrayado de las celebraciones, si bien ricas en símbolos, no se pone en la parafernalia litúrgica de costumbre, que la mayoría de la gente no entienden y 


convierten en magia. El subrayado se pone en que los símbolos que se emplean tienen que ser provocados por la experiencia que se vive.  Y por eso, a veces, las reflexiones son fuertes y no se oculta cuando se da la ausencia de esto y la incoherencia con esto, entre nosotros .



Para este Domingo de Ramos se utilizó como base una homilía del Papa Francisco al respecto. Esta homilía, en las dos semana anteriores se ha reflexionado en los grupos y cada grupo concluyó en un slogan que sintetizase la reflexión elaborada. Estos slogan's eran presentados por cada grupo, ofrecidos en el ofertorio y montados en el suelo como el mantel multicolor de la VIDA.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Terminada la celebración en Intiruna, tan llena de contenido este domingo como detalla la nota que cuelga José Luis Molina. Tuve que ir a un centro comercial cercano por un tema puntual, normalmente no paso por ahí y lo que me encontré fue tan indigno que hago manifiesto mi repulsa. En el patio de comidas la pantalla gigante sonaba fuerte y mostraba imágenes de color rojo y blanco, al fijarme con atención, era la transmisión de una celebración eucaristica. Me puse a bromear y a ironizar, por que me dije ¡igual que cuando hay fútbol, hoy la misa de ramos! Al poco rato caigo en cuenta que las imágenes se retransmitian del interno del centro comercial. En la planta baja se había armado un inmenso escenario litùrgico donde todos los clientes del Quicentro Shopping podían disfrutar del evento. Me indigne, me dolió el estómago ¿cómo podía ser? ¿a quién se le ocurre? ¿còmo se atreven a profanar la eucaristía llevandolo a uno de los palacios - templos del consumo? ¿Dònde el sentido del Jesús montado en un burro, entrando de manera sencilla y festiva con el pueblo? ¿Dónde el Jesús de los pobres y con los pobres? Me indigné, alguién me dijo que eso era producto de la llamada del Papa Francisco a salir a las periferias, asentí que debe ser eso y en ello una mala comprensión de la PERIFERIA. Como dice una canción social "Yo no sé sí ustedes se han puesto a pensar..." que convirtieron a la liturgia en un atractivo más del centro comercial. Realmente me averguenza lo sucedido, no me cabe en la cabeza y menos en el corazón, se cargaron como se cargan siempre a Jesús, su sentido, su carga profética. Soy cristiana, soy parte de la Iglesía Católica y me duele profundamente la cosmovisión que está detrás de estás manifestaciones religiosas, no hay duda que la algarabía de recibimiento a Jesús en ese centro comercial o en cualquier otro sitio que no se viva con conciencia no es sino el camino empedrado o adoquinado para llegar al Viernes Santo y no salir de ahí.
Marcia Toca.

José Luis Molina López dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
José Luis Molina López dijo...

Sigo contándote, Marcia. Todavía peor (es una forma de hablar). Me han contado, porque yo no lo he visto, que las grandes superficies comerciales (al menos en el Sur) (Quicentro, El Recreo) se han convertido en grandes "zonas penitenciales" y en las calles de dichos centros comerciales, a las puertas de los establecimientos, curas sentados confesando, con colas en espera y acolitados por "personas piadosas" pertenecientes a "grupos piadosos" que organizan y mantienen el orden después de presionar a los que pasan con intervenciones como que aprovechen pues este es ün tiempo para reconciliarse con Dios"y "nunca se sabe lo que puede pasar y cuando más tranquilo estamos nos podemos morir y que bueno si estamos en paz con Dios".
Total, que no nos podemos quejar "proselitismo por un tubo"... y luego nos quejamos de las sectas.
Quiero estar bien identificado y por eso declaro mi condición de sacerdote de la Iglesia Católica y me estimo que algo de teología, de eclesiología y sacramentología sé. Y me duele enormemente, desde esta condición de sacerdote y mi compromiso de evangelizar como bautizado, que se prostituya el sacramento del perdón y la reconciliación con Dios y los hermanos convirtiéndolo en un producto más de consumo (en este caso religioso) donde está ausentr el sentido eclesial y comunitario. Hay un aforismo que dice: "Si Mahoma no viene a la montaña, la montaña va a Mahoma". Cuando la Iglesia como institución está perdiendo capacidad referencial y de convocatoria, hay que montar grandes tinglados folklóricos que animen a la gente, pero que no decaiga la clientela. De pena. Muchas confesiones marktenizadas pero que no desaparezca el racismo, las violencias de género, la sumisiones, también de genero, además sublimadas como virtud, las diferencias sociales y económicas, las categorías de personas por títulos y dignidades, .... De eso no hay que pedir perdón ni hay que arrepentirse, Salir a la periferia es la Iglesia que se comprometa con el barro donde se debate la vida arriesgándose por la justicia y en favor de la dignificación del ser humano. Pero obviamente esto no es vendible en tales espacios. Mientras tanto a dormir con las conciencias dopadas y por ello sordas al Jesús quitándose el manto haciéndose servicio solidario (lavatorio de los pies) y diciéndonos que nosotros hagamos lo mismo.
En los lugares de estos servicios no hay tantas colas.
Pero no te preocupes, Marcia. El Reino está, pero, ciertamente, no es estas colas y en estas parafernalias
José Luis Molina