lunes, 28 de diciembre de 2020

NOVENA DE NAVIDAD.- Día sexto: LOS ÁNGELES SE MUEVEN POR LOS EUCALIPTOS



 

¿Alguien se detendría?

¿Alguien se detendría para mirar el suelo?

¿Alguien se detendría para mirar el suelo a los pes de aquellos eucaliptos?

¿Alguien recogería del suelo los fruto, las semillas, de eucaliptos.

Pues alguien lo hizo y con sus frutos elaboró este pesebre.

 


Posiblemente hubiéramos pasado junto a los eucaliptos y no hubiéramos reparados en sus frutos: frutos secos, ya vacíos de semillas, unas carcazas vacías.

 




También, posiblemente, si lo hubiéramos hecho, no hubiéramos valorado lo recogido.

De la misma manera no hubiéramos perdido el tiempo en elaborar estas figuras.

Pues os comparto una alegre noticia: DIOS LO HACE.

Se acercó al suelo y de ahí sacó IMÁGENES suyas. Es más, Él también  “se hizo” en imagen nuestra. Nos acompañó en la historia e hizo HISTORIA  con nosotros. Y este hacer de Dios dignifica a todas sus imágenes fundamentándose su grandeza en este canto de correspondencia.



Se mecen los ángeles

por los eucaliptos,

a sus altas ramas

cimbrean con ritmo,

¡qué el niño se duerma

feliz por nacido!

Que Dios quiere al hombre

decirle al oído,

¡y la flauta suena!:

No me quedéis niño,

vosotros tampoco

anclaros en niños.



Hay que crecer alto

y alcanzarle, os digo,

cuando vuestras manos

toquen las estrellas,

cuando vuestros pechos,

altos eucaliptos,

alfombren la senda

de esos frutos vuestros

donde me verán,

descubriendo en ellos

lo que es NAVIDAD

 


José Luis Molina

domingo, 27 de diciembre de 2020

DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA




 

Hoy los cristianos católicos celebramos el Domingo de la Sagrada Familia.

Y lo hacemos en un momento extremadamente complejo donde es ineludible detenernos a analizar, pero hacerlo con mucho tacto.

En primer lugar podemos situarnos en una posición bucólica y devocional, fiándonos en la Familia de Nazaret para admirarla allí, desde la distancia, pensando qué bonito pero imposible. (Lo mismo no nos atrevemos a explicitarlo, pero lo pensamos). Esto no nos ayudaría en nuestra experiencia familiar para vivirla con realismo desde la fe. Despierta nuestra admiración y nuestra plegaria por nuestra realidad, resignado a que carezcamos de ella.

Tampoc sirven aquellos que desde movimientos religiosos subliman la realidad familiar construyéndola desde posicionamientos pietistas y castrantes en la plena profundidad del ser humano y sus relaciones

Por otro lado, a nuestro alrededor contemplamos un panorama de familias desestructuradas. Y aparecen polémicas de trasfondo religioso: Que si las situaciones de rompimiento, divorcio, etc, van contra Dios que los unió para toda la vida, y toda esa vaina. Por supuesto que Dios no puede querer ninguna realidad humana en la que un ser humano destruya o agreda  a otro, o en la que haya unos terceros, (los hijos) que sufran esas consecuencias destructivas. Eso es lo que Dios no quiere. Lo que hay que salvar serán las circunstancias que generan estas situaciones, pero no mantener en apariencias de situaciones de normalidad que, detrás de los decorados mata.

También nos encontramos con padres que ya, cuando sus hijos tienen no más unos 12 años o menos, dicen que no pueden con ellos. Terminan teniéndoles miedo y, para retenerlos, los prostituyen comprándolos con concesiones aptas o intolerables que les permiten alzar el vuelo antes de ser pilotos. Lamentablemente esta pandemia nos está hablando mucho de esto. A mí me impresionó profundamente el anuncio en el que una madre llama a su hijo para anunciarle que el abuelo está en fase terminal por covid. Se supone que el hijo había ido a visitarlo y le dice a su madre se había asegurado no era transmisor. También le dice está estudiando en casa de un amigo, todo esto con el estrépito de fondo de una fiesta sin ninguna precaución que la madre, engañándose no quiso oir.

Por otra parte está la gresca, levantada y mantenida desde postura de desbocada ortodoxia irracional, condenando de antemano y sin miramiento, a existencia de familias homoparentales por provocar escándalo en los hijos y ser un caldo de cultivo deformador sin importarles tantos hijos cultivados e caldos mucho más destructivos, degradantes y escandalizadores,

Podría seguir haciendo referencia a multitud de aspectos de este panorama complejo. Me temo que hay  bastante para que opinen sobre mi negatividad. Pero no es así. Sigo creyendo que hay posibilidades. Que son posibles otras alternativas. Lo que no comparto es que la solución sea cerrar los ojos, negar que ocurre algo, y esperar a ver si solos se solucionan los problemas.

Por el contrario, frente  a esta compleja situación, mi postura es de comprometerse en buscar y aportar soluciones. Es lo que propongo. No nos cansemos de analizar, lo más objetivamente posible,  y comprometernos en lo que vayamos encontrando.

Mi opinión es que la pareja humana se une, ciertamente ahí va incluida la dimensión de la sexualidad y la procreación, pero esto puede  resultar extremadamente frágil si les falta algo fundamental: la elaboración, aceptación y compromiso con un proyecto de vida que es donde el amor irá adquiriendo cuerpo y solidez.

Dice el Evangelio: Sus padres estaban admirados, María guardaba esto en su corazón y el Niño crecía y se fortalecía. Es decir, María y José tienen que ir madurando con responsabilidad en la concreción del proyecto que les da esencia y el hijo irse logrando como concreción de ese proyecto

Siempre se puede modificar en los errores, pero lo que no vale es permanecer en ellos.

Un abrazo  

José Luis                          .                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               

sábado, 26 de diciembre de 2020

NOVENA DE NAVIDAD.- Día Quinto. LA POESÍA DE DIOS

 

 

NOVENA DE NAVIDAD

Día Quinto

LA POESÍA DE DIOS

 

 


Mi pesebre me habla de Dios. Mi pesebre me habla de un Dios de esencia azulada que se hace transparencia vital con diversas tonalidades. Esta transparencia se proyecta en la vida y le proporciona reflejos magníficos. Sin romper la vida, sin manchar la vida, llegó y llega hasta la vida para que ésta irrumpa en el mundo.

 


 

A este pesebre le hice este poema:

 


Ese rayo de vela

que alegre reverbera

en tus cuernos izados

al viento de la noche

como pechos altivos,

te convierte en bandera

de buena humanidad..

 

 


Igual que la señal

de tus orejas grandes

y tus ojos de noche

son asombro del hombre

frente a la eternidad.

 

 


El aleteo de plumas

levanta la hojarasca

de quien quiere sembrar

de muerte los caminos.

 

 


Tu rostro hacia el Niño

en gesto cabizbajo

es apertura histórica

al Dios, que en transparencia

sobrepasa la historia.

 

 


Y tu curva, María,

la curva de tu cuerpo

vaciado de él y de él tan llena,

hecha cobijo y pasión,

aceptación y ensueño,

se hace aureola que cubre

lo infinito pequeño.

 

 


 

Y ahí, junto a vosotros,

la historia, no el recuerdo,

del grito que una noche

rompiendo los silencios

se elevó por las cumbres

y sigue apareciendo

grabado en las estrellas.

 

José Luis Molina

 

 

 

 

 

 

 

NOVENA DE NAVIDAD.- Día Cuarto

  

NOVENA DE NAVIDAD

Día Cuarto

Ayer era el DIA DE LOS MIGRANTES. Pero vamos a continuar hoy con el mismo tema porque debemos asumir con responsabilidad y coherencia que el mundo es una realidad migratoria que no debe destruir sino construir humanidad si ponemos navidad en la realidad.

 

 


 

Por eso ahí está mi belén afro-ecuatoriano. Jesús sufrió la exclusión (posada) y el exilio (huida a Egipto). Europa, y España muy significativamente, fueron máquinas de emigrantes (trágicamente como esclavos) y de ello es una prueba irrefutable la población negra (afro) que habita en América.



Dios se hace presente en la humanidad sin exclusiones y, si nosotros las hacemos, nos quedamos sin Jesús. Bonita ocasión, la Navidad, como llamada a nuestra conciencia de universal acogida y solidaridad.

 


domingo, 20 de diciembre de 2020

¿DÓNDE HABITAS, SEÑOR?

 


Fijémonos en los dos personajes que hoy aparecen en la primera lectura y en el evangelio.

En el 2º. Libro de Samuel, el personaje es David.

En el evangelio de Lucas el personaje es María.

Este personaje, David, es un personaje importante, es rey.

El del evangelio de Lucas  es insignificante: Una mujer más del pueblo, desposada pero no casada, sin identidad pública   propia : aún pertenece al padre camino de pertenecer al marido

El rey, importante y victorioso, se ha construido un palacio pero como “oficialmente es bueno” quiere construir un templo a Dios.

María, en sus tareas cotidianas, cree en el Dios de Abraham y, por la respuesta  posterior, debía hacerlo en actitud de apertura desde su oración .

Dios rechaza la iniciativa del rey podría decirse, por varias razones:

-         Se nos manifiesta como un Dios al que, como morada, no es un templo lo que quiere.

-         No necesita esplendor y suntuosidades.

-         Rechaza se le utilice y manipule: En el escaparate un templo para Dios  mientras el político y poderoso justifica un palacio para él (nacional-catolicismo)

La mujer no pone por delante la lista de sus méritos. Por el contrario manifiesta que el asunto no está en sus manos. En sus manos solo está su vientre : la morad que puede ofrecer. Lo demás es tarea de Dios. Y termina en la plena aceptación: Fiat. Hágase. Amén. Así sea.



Las diferencias son obvias. Las descubrimos de inmediato. En el segundo caso es donde se logra parir a Dios para el mundo, para que more en él

 Pues bien: Creo que solo os queda una cosa: Buscarnos por los dos relatos para descubrirnos  por donde andamos.

Pero es fácil engañar y engañarnos como David: ¿Cuántas veces nuestras “buenas acciones” nos tienen como centro a nosotros:  Para “ganarnos” el cielo, para que Dios nos premie, para que los demás nos admiren,  para tranquilizar la conciencia.?

En a otra parte está l proyecto de Dios y la tesitura de aceptarlo: No tengo que preocuparme por colocarme en el centro porque “he encontrado gracia ante Dios”. El centro hay que ponerlo en su voluntad y esa es la vida, el ser humano porque también opta. Si decimos SI, hágase, ya tenemos direccionada nuestra vida: Desde la alegría , ¡Aleluya!, en la plenitud, para escudriñar su voluntad y parir su presencia en el mundo a través de mi vida.

Una cosa es clara: No valen los dos supuestos.

José Luis Molina

20 de diciembre 2020