¿Alguien se detendría?
¿Alguien se detendría para mirar el
suelo?
¿Alguien se detendría para mirar el
suelo a los pes de aquellos eucaliptos?
¿Alguien recogería del suelo los
fruto, las semillas, de eucaliptos.
Pues alguien lo hizo y con sus frutos
elaboró este pesebre.
Posiblemente hubiéramos pasado junto
a los eucaliptos y no hubiéramos reparados en sus frutos: frutos secos, ya
vacíos de semillas, unas carcazas vacías.
También, posiblemente, si lo
hubiéramos hecho, no hubiéramos valorado lo recogido.
De la misma manera no hubiéramos
perdido el tiempo en elaborar estas figuras.
Pues os comparto una alegre noticia:
DIOS LO HACE.
Se acercó al suelo y de ahí sacó
IMÁGENES suyas. Es más, Él también “se
hizo” en imagen nuestra. Nos acompañó en la historia e hizo HISTORIA con nosotros. Y este hacer de Dios dignifica
a todas sus imágenes fundamentándose su grandeza en este canto de
correspondencia.
Se mecen los ángeles
por los eucaliptos,
a sus altas ramas
cimbrean con ritmo,
¡qué el niño se duerma
feliz por nacido!
Que Dios quiere al hombre
decirle al oído,
¡y la flauta suena!:
No me quedéis niño,
vosotros tampoco
anclaros en niños.
Hay que crecer alto
y alcanzarle, os digo,
cuando vuestras manos
toquen las estrellas,
cuando vuestros pechos,
altos eucaliptos,
alfombren la senda
de esos frutos vuestros
donde me verán,
descubriendo en ellos
lo que es NAVIDAD
José Luis Molina
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