Si ahora,
tan siquiera,
pudiera detener
el miedo y la nostalgia,
mi risa brotaría
como manntial fresco.
Pero, si ahora,
a pesar del miedo,
y hundido en la nostalgia
y, además, con cansancio
que intenta
paralizar el verbo
desde donde me vivo,
también brota mi risa
sin querer
ni pretender forzarla,
será porque tus dedos
pasaron por mis labios
y quedaron en ellos
tu eternidad impresa,
y tus ojos,
clavados en los míos,
me redimieron
de la noche y el llanto
sin anular mis lágrimas,
sin destruir la búsqueda
que rompe oscuridades.
José Luis Molina
2 comentarios:
Peregrino de Cabeza Nevada:
Cuando cogí la hoja litúrgica y me puse a leerla me encontré con tu poema, lo leí, lo releí una y otra vez y no porque no comprendiera, al contrario, lo olfateé, lo sentí y me metí en él.
Es un poema tierno y al mismo tiempo duro y contundente, qué bueno vivirte así tan humano: queriendo detener el miedo y la nostalgía, qué alegría que este deseo no te destruya, que no te haya hecho perder la capacidad de llorar y de búsqueda rompiendo oscuridades.
De verdad, no sabes cuanto me ayuda tus versos en este momento y trayectoria actual con nuestra gente del Inti, ojalá que a cada uno de nosotros, por lo menos, se nos cruzara en nuestras cabezas el deseo de detener y de dar un pare a nuestras justificaciones, a nuestros infantilismos y personalismos; ojalá que cada uno de nosotros nos permitamos tener una experiencia gozosa de ternidad.
¡GRACIAS POR TU RISA!
Y por tus abrazos, siempre intentas llegar al corazón, Gracias.
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