lunes, 21 de enero de 2013

COYUNTURAS

Obama, pletórico y ufano de su triunfo, vive estos momentos con solemnidad repleta de autoestima.
En estos días la película Lincoln, aspirando a coleccionar óscares, también pone de actualidad a ese otro presidente de EEUU que fue Abrahan Lincoln. La diferencia entre ambos personajes, a mi jucio es notoria. Y es lo que pretendo, invitar a una mirada comparativa.
No oculto mi opinión a favor de Lincoln. Por ello transcribo  el siguiente documento que da una idea de la talla de este hombre.
Como Intiruna, entre las cosas que tiene claro, es su vocación por el ser humano y su humanización, y el compromiso creyente con lo que llamamos educar, brindo este texto a todos los docentes, los padres y cuantos tenga responsabilidad en el crecimiento de otros como personas.
Con el deseo de que sirva
José Luis Molina

Carta de Abrahan Lincoln al maestro de su hijo.

Querido profesor:
Mi hijo tiene que aprender que no todos los hombres son justos ni toos son veraces, enséñele que por cada villano hay un héroe, y que por cada egoista hay un generoso.
También enséñele que por cada enemigo  hay un amigo y que más vale moneda ganada que moneda encontrada.
Quiero que aprenda a perder y también a gozar correctamente de las victorias.
Aléjelo de la envidia y que conozca la alegría profunda del contentamiento.
Haga que aprecie la lectura de buenos libros, sin que deje de entretenerse con los pájaros, las flores del campo y las maravillosas vistas de lagos y montañas.
Que aprenda a jugar sin violencia con sus amigos.
Explíquele que vale mas una derrota honrosa que una victoria vergonzosa.
Que crea en si mismo y sus capacidades aunque quede solito y tenga que luchar contra todos.
Enséñele a ser bueno y gentil con los buenos y duro con los perversos.
Instrúyalo a que no haga las cosas porque simplemente otros lo hacen, que sea amante de los valores.
Que aprenda a oir a todos pero que, a la hora de la verdad, decida por si mismo.
Enséñele a sonreir y mantener el humor cuando esté triste y explíquele que, a veces, los hombres también lloran.
Enséñele a ignorar los gritos de las multitudes que solo reclaman derechos sin pagar el costo de sus obligaciones.
Trátelo bien pero no lo mime ni lo adule, déjelo que se haga fuerte solito. Incúlquele valor y coraje, pero también paciencia, constancia y sobriedad.
Trasm;itale una fe  firme y sólida en el Creador. Teniendo fe en Dios  también la tendrá en los hombres.
Entiendo que le estoy pidiendo mucho pero haga todo aquello que pueda


Abrahan Lincoln 1830     

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribe Daniel Jiménez
Estudiante de la Universidad Central del Ecuador - Filosofía

El adagio popular dice: “DIME COMO HABLAS Y TE DIRE QUIEN ERES”

“Cuando los americanos saben que tienen el poder para cambiar las cosas, es muy dificil detenerles.
No me opongo a todas las guerras, me opongo a una guerra estúpida” (Barack Obama)


“Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual.
La demagogia es la capacidad de vestir las ideas menores con la palabras mayores”. (Abraham Lincoln)


Anónimo dijo...

Bien por Abrahan Lincoln y su concepción de la educación, pero como siempre, y en ésto los norteamericanos compiten con los judíos por el primer puesto, adulan al héroe y matan su espíritu. ¡Cuánto tenemos que aprender para vivir de estos grandes hombres! Pero quiero decir algo que creo que falta en el pedido de Lincoln, sería algo así como que eduquemos a nuestros niños recordándoles siempre que la riqueza no sólo hay que crearla con el esfuerzo personal sino que además su concentración tiene un límite y es el que impone la solidaridad real y concreta con los que nacieron en el dinamismo diabólico de la pobreza y la miseria; es decir, el límite de la riqueza es el BIEN COMÚN que debe estar por encima del BIEN PERSONAL. Miguel Á. Olmedo