lunes, 9 de julio de 2018


MI RISA



     Déjate correr
por la ladera de mi vida.
Salta a borbotones de mi boca
y llena de destellos mi mirada.
Haz que tiemble mi pulso
y hazte rumor y sueño,
caricia y puñalada de amor
que llegue a las entrañas.
Que no te pueda nunca
ni el cansancio ni el tedio.
Al desafío que hiere
mírale, no te arredres.
Que aquel tímpano sordo
que rechazaba el eco
se derrumbe a tu fuerza
y aquel corazón triste
cante por las montañas
alboradas y las pinte
de azules, verdes, rojos
y cantos de jilgueros.
Perdona, no quisiera
permitir que descanses.
Que incluso cuando duela
la soledad, la vida,
pongas siempre tu toque
de esperanza y de espera
sembrando con respeto,
en medio del dolor,
un por qué de sentido.

El día que mis ojos
ya no quieran abrirse,
no en signo de rechazo
al sol de amanecida
sino por estar llenos
de mar, de sal y ecos de caracolas,
entonces sí, entonces
podrás parar  para mutarte
en eco que descubra quien te busque
a la sombra del árbol
que intenté de mi vida.
Dejarás de ser agua en cascada
para hacerte remanso de laguna.
Entonces tú, mi risa,
seguirás siendo mía
donada a quien te quiera,
donada a quien me quiera,
donada y repartida
como hostia que doy
para ser compartida

José Luis Molina
              8 julio 2018



1 comentario:

Anónimo dijo...


José Luis:
¡Qué manera tan exquisita de vivir la vida!, ¡qué manera de entregarnos tu esencia!, ¡Qué manera de transparentar al innombrable, al tan amado dador de vida!.
Acojo con mucha humildad esa tu RISA y, pido a este Dios que me ve llorando de alegría, me conceda fidelidad y lealtad para seguir amando y compartiendo esa risa tuya.

GRACIAS POR LUCHAR, POR NO DEJARTE VENCER, POR ENFRENTAR TUS CIRCUNSTANCIAS CON DIGNIDAD Y CON SENTIDO.