Me encontré con este texto de Florentino
Ulibarri y creo puede servirnos para la reflexión de este día y para hacer
oración.
Se lo facilito a continuación:
YO TE
SALUDO, MARÍA
Yo te
saludo, María, porque el Señor está contigo, en tu casa, en tu calle, en tu
pueblo, en tu corazón, en tu seno.
Yo te
saludo, María, porque preguntaste lo que no entendías -aunque fuera un
mensajero divino- y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego, sino que tuviste
diálogo y palabra propia.
Yo te
saludo, María, porque concebiste y diste a luz un hijo, Jesús, la vida: y nos
enseñaste cuanta vida hay que gastar y cuidar si queremos hacer a Dios
presente.
Yo te
saludo, María, porque te dejaste guiar por el Espíritu y permaneciste a su
sombra, tanto en la tormenta como en la bonanza, dejando a Dios ser Dios y no
renunciando a ser tú misma.
Yo te
saludo, María, hermana peregrina. Camina con nosotros, llévanos junto a los
otros y mantén nuestra fe.
Después de la lectura del texto anterior yo he
continuado con la misma cadencia proclamando a la María que para mi es
referente. De igual manera os la ofrezco a continuación:
Yo te saludo, María, con mi espíritu lleno de
gozo porque desde ti te he descubierto a ti, te he descubierto en la humanidad
plena, mujer o varón, donde se sigue encarnando Jesús, desde quienes Jesús nos
sigue llegando en los que con su hacer, su amor y su entregarse, siguen
alimentando al Jesús que, a cada instante , sale a nuestro encuentro.
Yo te saludo, María, y me fortalezco desde ti
para mirar frontalmente la realidad, para intentar, una y otra vez, se
respuesta a pesar del miedo , para saborear, en un poso profundo, la hondura
del amor que nace del encuentro, la aceptación y el compromiso. Otros, tal vez,
lo llamarán alienación. Yo, desde él, me descubro llamado a la libertad y la
saboreo.
Yo te saludo, María, y te siento formando
parte de manera plena del caminar de
toda la humanidad que cree en una vida, en un mundo mejor por encima de tantos
prejuicios y perjuicios como los derramados y me percibo cada vez más de tu
mano cuando dejo de identificarte con el mito y siento que la humanidad vamos
recuperándote como plena integrante de ella.
Bendito el fruto de tu vientre. Ayúdanos a no
ser estériles y a que también engendremos vida buena, noticia buena, salvación
para los pobres y humildes.
Os invito a que vosotros sigáis construyendo vuestro propio saludo a
María.
Un abrazo
José Luis Molina
8 de diciembre del 2022
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