sábado, 14 de octubre de 2023

LA VIÑA DEL SEÑOR

 



 

 

Las lecturas de hoy, nada más leerlas, me han puesto por delante unos  cuantos cuestionamientos. Y yo he decidido transcribírselos de la misma manera.

Ciertamente que, es muy probable, sea interesante una reflexión más pausada. Eso lo dejo para ustedes. Seguro que aparecerán muchas más conclusiones.

Pero creo que , el que me hayan surgido de forma tan espontánea las que os voy a compartir, también tiene  su importancia y hay que ponerlas en valor.

Vamos allá:

Primero me fijo en quienes son los protagonistas de la primera lectura de Isaías y del Evangelio de Mateo, y su ubicación. Nos lo indica directamente el texto de Isaías: La ubicación es la viña del Señor y la viña del Señor es la casa de Israel. Saltando al Nuevo Testamento, la ubicación es el Reino.

Su plantel la casa de Judá que, en lenguaje del Nuevo Testamento serán los que han aceptado el llamado al Reino, el envío a trabajar por el Reino.

Por tanto, la ubicación de estos textos hay que colocarla hacia dentro. No echemos balones fuera. Los malos obreros no son el mundo  perverso que no es religioso, etc. Éstos, los malos obreros, están entre los que aceptaron ir a la viña, trabajar la viña, esforzarse por conseguir los objetivos para los que, el dueño, tenía la viña.

Este es el tema de los textos. Y las palabras del dueño de la viña no puede ser más dura pero tampoco más frontales y directas.

Y aquí aparece uno de los casos que estos textos me han provocado.

Primero Isaías y después el propio Jesús en el evangelio de Mateo, no tienen pelos en la lengua ni titubean para tirar de la manta. Y yo me pregunto: ¿No son un poco pesimistas? ¿No había que quitar hierro y decirlo de una manerita que no eche para atrás, que no levante ampollas, que no desanime?.  Tal vez sería mejor cerrar los ojos y conformarse con menos o con mínimos, bajar el listón, pero no con tanto rigorismo. ¿Ese sería el modo?.

Por lo menos ese último estoy muy acostumbrado a oírlo como solución adecuada frente al comportamiento al que hay que hacer frente.

En mi opinión no acepto estas salidas porque no enfrentan la causa.

La causa es que ni valoran la viña, ni la viven como propia, formando parta de ella. Por eso hacen trampa y malos manejos para conseguir los resultados que en verdad les interesa: Someterla a sus intereses no colocarse a su servicio y empeñarse en el objetivo de ser.

Otra cuestión que provoca la lectura del Evangelio es la postura de los que son corregidos y amonestados. Según el aporte anterior, si estuvieran involucrados  en la viña, al ser corregidos, compondrían yerros para acertar con el camino. Sin embargo, en la parábola, no reconocen su comportamiento sino, por el contrario, se dan por ofendidos, por agredidos, por interpelados, y pasan al ataque.

Pero, vuelvo a repetir, el sentido del texto es hacia dentro: ¿Sigue pasando? ¿Pasa hoy? ¿Nos pasa?.

Termino, y lo hago, desde el último párrafo del evangelio:

         “se os quitará a vosotros el Reino y se dará a un pueblo que produzca sus frutos”

O lo que es lo mismo: no se pertenece al Reino por ir a la viña, sino por trabajarla, según la razón de su existencia, comprometido con sus frutos. Creo que son unos textos muy adecuados, como os decía al principio, para vuestra propia reflexión.

Suerte.

Un abrazo

José Luis Molina

8 de octubre del 2023

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