sábado, 8 de junio de 2024

SIN OCULTAR LO QUE EL SEGUIMIENTO LLEVA IMPLÍCITO

 



Cundo me he puesto a leer el texto del evangelio se me ha evidenciado fuertemente que es de una actualidad tremenda lo cual se explica porque los textos se escriben desde la realidad existencial de Jesús, humano en la humanidad y presencia de Dios que la transciende pero desde ella misma, sin magia ni números de circo.

Se podrían elegir diversos momentos de la narración pero creo que, por hoy, con que reparemos en uno tenemos bastante.

Fijémonos. Es al principio.

Nos presenta a un Jesús que está levantando polvareda.  La gente está impactada por su palabra y por su hacer, por el Dios que presenta y de el que él se llama, se considera, imagen, hijo.

Todo esto es distinto de lo que se acostumbraba: rezos, ofrendas, sacrificios, devociones, seguir engañando a los pobres y abusar de los débiles.

La imagen que él ofrece de Dios es totalmente opuesta.

Entonces los afectados, aquellos que quedan desenmascarados, pasan a la acción.

Es la propia familia la que, pongamos que para evitarle problemas a Jesús, o para evitarse problemas para ellos, por ser parientes de Jesús,  van a por él para retirarlo de la circulación, lle3várselo, encerrarlo. Y declaran que está loco, que no está en sus cabales.

Si quieren ustedes, aquí podríamos hacer  un pequeño receso, una pequeña pausa para tomar aliento.

¿No les suena a de actualidad ese juego de la degradación, el descrédito, la salpicadura, como una práctica muy al uso en nuestros días y en nuestro país, ente la clase dominante, política, trepadora para enturbiar el río y ganar pescando? Una mentira, a fuerza de repetirla muchas veces, se convierte en verdad y elimina el valor e lo que las obras dicen por si mismas. No seamos tonto. Abramos los ojos.

¿O no es verdad que cuando alguien que ha comido contigo y ha caminado con su brazo sobre tus hombros, te traiciona, el dolor aumenta doblemente?

Pues no idealicemos más de lo necesario. También a Jesús, ser humano, debía dolerle el talante de su familia.

Pero sigamos.

Porque después de esto vienen los grandes santones, los que se inflan en los atriles y pontifican lo que es bueno, justo y necesario para …(dicen para los demás) pero los demás son su clase privilegiada que `puede afrontar las privatizaciones de los bienes públicos (enseñanza, salud, dignidad de salarios, etc) que dejan de ser derechos humanos asequibles para muchos que tienen que sufrir las consecuencias.

Y lo hacen con el cinismo de aparecer investidos de poderes de lo alto que ellos quieren arrebatar para sí mientras que el poder reside en el pueblo.

Por eso llaman a Jesús endemoniado, y ,a sus obras, obras del demonio.

La respuesta de Jesús es clara. Si estuviera endemoniado sus obras no irían en contra de los demonios que esclavizan, abusan y se aprovechan de los débiles. Si sus obras son liberadoras, vienen de Dios.

Pero no caigamos en el engaño de la pseudo religión y  la psuedo solidaridad que hacen “obras en favor de…” para conseguir aumentar beneficios, exención fiscal que restará aportación a los gastos para el bien común.

Tengamos presente: en nuestro tiempo, sabremos de donde vienen las obras, de poderes satánicos o de Reino  si tiene como meta y esfuerzo la transformación colectiva de la realidad eliminando todo aquello que margina, excluye, divide o degrada la vida. Esto es lo que autentifica opción por el Reino.

No nos asustemos pues.

Eso sí, tenemos el deber de no ser ingenuos y bailarles el baile que oculta a quienes benefician o ignoran a los que mueren ignorados.

Un abrazo

José Luis Molina

9 de junio del 2024.

 

 

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