jueves, 25 de julio de 2024

LA MISIÓN



 

El evangelio de hoy, Mc. 6, 30-34,  forma y cierra una misma unidad temática con el del domingo pasado Mc. 6, 7-13, quedando intercalado entre ambos fragmentos el relato de la prisión y muerte de Juan el Bautista que  queda consagrado como una figura icónica del mensaje.

Por todo ello se me ocurre que, en la reflexión de hoy, tengamos presentes, al menos, los textos de los dos domingos  para ir entresacando de ellos aquellos principios formulados con rotundidad

Haciéndolo así realizaremos  un nuevo intento de obtener, una vez más, el perfil más fiel de los seguidores de Cristo.

Luego, consiguiente y consecuentemente, cada uno podremos contrastar el resultado de este perfil con nuestra propia experiencia.

Vamos a ello:

·      Los discípulos, los seguidores de Jesús, fueron enviados con una tarea, se les encomienda una misión.

·      Analicemos elementos:

+ Van de dos en dos. No es una tarea individualista, ni se cultiva el        individualismo.  Es una tarea comunitaria.

+ No obstante la respuesta es personal, pero que se integra en una tarea colectiva.

+ Hay que realizarla sin buscar personalismos, importancia, relevancia, poderío desde la riqueza o aliándose con ella, sino todo lo contrario.

+ Tampoco busca el proselitismo sino la conversión, la conversión de trabajar por el cambio de la realidad que pretende seguir siendo manipulación del poderoso y, al poderoso, no le interesa que las cosas cambien . Los discípulos enseñan a tener criterios liberadores.

+ No se hacen cómplices de las realidades de dominio y muerte.

En el evangelio de hoy vuelven:

·      Vuelven cansados. La tarea de evangelizar no puede desperdiciar ni ocasión ni momento.

·      Pero vienen contentos con la tarea cumplida.

+ Vienen a informar a la comunidad sobre la tarea que en ella, y en nombre de ella, se les encomendó.

+ La comunidad envía, recibe, encomienda, alienta, corrige o rectifica y ayuda a crecer.

·      Jesús, y su comunidad, saben de su cansancio, ellos no tienen por qué ocultarlo, y se preocupan de su recuperación pero sin que eso signifique  abandonar la tarea.

·      El encuentro, el compartir, el aliento, el enmendar, el descubrir donde no se llega, es comunión, nuestra comunión (2ª lectura).

Por último, y siguiendo la primera lectura, los miembros de la comunidad no son pastores cuando determinan su perfil con otros trazos. Provocan división, dispersión, ruptura.

 

Que el Espíritu nos guíe.

Un abrazo

José Luis Molina

21 de julio del 2024

 

 

 


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