El domingo de Ramos, desde los que lo prepararon, presentaba algo novedoso: Sustituir el tradicional ramo verde por un ramo de margaritas.
Aclamar a Jesús, aclamar al Justo Perseguido y la opción de seguirlo nos comprometía con la construcción de un mundo más bonito, mejor, que el que tenemos.
Después de las lecturas la reflexión fue provocada por una silueta tipificada de Jesús. Las gentes fueron escribiendo los valores que conforman la persona de Jesús y sobre ellos reflexionamos hasta donde nos comprometían éstos a la hora de seguirle.
El ofertorio consistió:
En ir colocando las margaritas de la aclamación en un florero que adornara la mesa del pan
compartido.
Y construir un mantel para esta mesa de comunión consistente en que cada uno escribió en una cartulina que estaba dispuesto a asumir para seguir a Jesús. Esto colocado sobre la mesa sería el mantel eucarístico.
Y todo esto con la alegría de estar celebrando con nuestros niños, sacramento de esperanza y exigencia de un futuro mejor.
1 comentario:
ME GUSTA LA FOTO FAMILIAR
Publicar un comentario