miércoles, 1 de enero de 2020

MADRE







Madre, soy tu hijo,
aunque no veas,
soy tu hijo.
Soy tu hijo,
no me he ido,
solo estoy ausente.

Mírame en mis hijas,
ellas son tus nietas,
ahí tienes a tu nuera,
ella es mi mujer.
Mi padre y mis hermanos,
parras de tu sombra,
los abuelos,
fuentes del ayer.

Madre, aunque no me veas,
no me he ido,
solo estoy ausente,
soy tu hijo.
Mira mis abarcas vacías
repletas de tus sueños,
no me he ido,
aquí estoy.

Ayer te vi arrullando a mi hija,
acurrucándola y besándola,
y al ritmo de tu nana
bajé para encontrarte.

Soy navegante en tus lágrimas
surco tu piel,
conjuro a tu cuerpo enjuto
la sobriedad de tu risa,
no mates tu risa, madre,
deja que un destello de tus lágrimas
reverberen el mañana.

Duermo en el útero las sombras,
te estoy esperando, madre,
pero no corras,
búscame, no me he ido,
solo estoy ausente,
soy tu hijo.                                                  Miguel Á. Olmedo


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