martes, 9 de noviembre de 2021

¿VALE EL TÉRMINO MEDIO?

 


Inicio esta reflexión con una serie de preguntas o cuestiones. No son un recurso metodológico. Realmente os propongo que el inicio vayáis muy despacio os detengáis en lo que se os propone y os contestéis a vosotros mismos.

 





¿Te han llamado alguna vez radical?. Si tienes esa experiencia, ¿cómo te sentiste?.

¿Te han dicho alguna vez exagerado? ¿Cómo lo encajaste? ¿Analizaste la causa, el motivo de que te llamarán así? ¿Analizaste el posicionamiento de quien te lo decía? ¿Hiciste igual con el tuyo?. Si no lo hiciste pero aún recuerdas algunos casos en que fuiste considerado y calificado de radical y exagerado puedes hacerlo ahora.

 

¿Te sentiste avergonzado, ridiculizado, excluido, marcado? ¿Te sentiste mal? ¿Por qué?. Ahora si sería conveniente pusieras en claro tus motivos.

¿Alguna vez te llamaron, te dijeron,  te trataron , te marcaron como loco, como absurdo, como hacer el tonto, como que “alguien te tenía comido el coco”, etc.

 

Si has ido haciendo las reflexiones  que te he indicado, analiza, ahora, si en todo ello encuentras algo de conexión con la viuda pobre del evangelio.

Vamos a intentar irla calificando:

Viuda LOCA= Se queda sin nada y sin tener una solución a posteriori, no piensa en el mañana.

INGENUA = Cree que van a venir a taparle el hambre.

RADICAL = Hay que tener cierta medida (ser comedida), un según y cómo.

EXAGERADA = Sacar las cosas de su sitio, hacer el tonto porque hay que ser hermano pero no primo, primero los míos y luego lo qu pueda.

EQUIVOCADA = Mañana pedirá una caridad, que lo piense antes.

 

Honestamente, ¿qué pensamos de la viuda? No vale decir bien porque está puesta en el evangelio. Desde la vida, ¿qué cabida tiene en la nuestra?

Recuerdo la fábula de Esopo :

La cigarra, cuando llega el invierno se encuentra desprovista y va a pedirle a la hormiga que hizo buen acopio.

Transcribo la versión de La Fontaine:

-         ¿Qué hacías durante el verano? –le preguntó la hormiga a la pedigüeña

-         Día y noche, a quien me encontraba, le cantaba. No te disguste.

-         La hormiga le respondió: ¡Le cantabas!. Me alegro, Pues bien, ¡baila ahora!

 

¿Están ustedes de acuerdo con la fábula. Yo, sí y no

Sí en cuanto que, en el concepto del autor, la cigarra es presentada como holgazana, vaga, parásita.

Pero si se considera que su canto era una opción por hacer más agradable la vida de los demás, incluso las de aquellas hormigas que solo vivían para arrastrar granos de semillas, ¿era tan inútil su canto? ¿era despilfarrar la vida? ¿O era regalar a los demás lo que ella era?

Las hormigas, obviamente, eran muy trabajadoras, pero concebían la vida solo en torno a almacenar. Su respuesta, en el nivel humano, ¿qué les parece?

Creo que la viuda tiene la respuesta. La clave está en una decisión, no en el tamaño de lo que se hace.

La viuda solo entrega una pequeña moneda. Con su pequeña moneda no se podría hacer mucho pero ahí estaba todo el poder de la anciana porque era toda ella y por lo tanto la decisión es gigantesca.

Si hubiera entregado la misma moneda, extraída de una bolsa bien repleta  que reservara para ella, sería un donativo insignificante. Porque hay que resaltar otra cosa. Ciertamente la importancia de lo pequeño pero esto ha servido para justificar detrás de lo pequeño nuestra egolatriá siendo el caso que el tema está en ser, de manera radical y con honestidad, para el otro.

Así es la cosa:

SER , aunque sea pequeño, es de gigante.

TENER, aunque sea mucho, es de enanos miopes y egoistas.

La clave es fácil: Consiste en decidir el ser por el tener, el dar y compartir por el acumular.

Qué bonito: Así la harina no se acaba ni el aceite de la alcuza se termina porque decido por la vida que son los otros.

Si encontraron propios en las cuestiones iniciales, estén alegres, vuestro suelo ya es el cielo

Un abrazo

José Luis Molina

7 de noviembre del 2021

 

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