domingo, 8 de septiembre de 2024

EL CAPÍTULO 6 DE SAN JUAN

 



 

Premeditadamente en estos domingos precedentes, y en el de hoy, en los que se ha estado proclamando fragmentos del Capítulo 6 de San Juan, he estado soslayando la reflexión directa sobre ellos. Como ya os he comentado, creía que se necesitaba material previo y suficiente de reflexión.

Jesús se auto declara verdadera comida y verdadera bebida. En Israel, en la comida los elementos fundamentales eran el pan y el vino,

Él es verdadera comida, es verdadera bebida.

Fisiológicamente no podemos vivir sin comida y sin bebida.

Él es la comida y la bebida que nos da el Padre. Jesús es comida y bebida.

Esto escandaliza a los judíos. lo consideran una blasfemia y se apartan de Jesús:  Muchos lo abandonan .

Muchos  cristianos tendríamos que profundizar en esto.

Se ha hablado de transustanciación y esto presenta algunas dificultades.

Si la transustanciación es que el pan y el vino, al consagrarse se convierten en células del cuerpo y la sangre de Jesús, sería muy difícil de explicar que el pan y el vino consagrado, analizado al microscopio, químicamente. seguirían siendo pan y vino.

Por otra parte, esto es palabra de Jesús, quien come de ese pan y bebe de ese vino tienen vida de eternidad.

Creo que esto también es difícil de compaginar en la realidad.

Todos, ustedes y yo, tenemos experiencia de muchas comuniones que, luego, no van seguidas de vida eterna, sino de grosería, violencia, malos tratos, indiferencias, egoísmos. Parece un poco complicado entender la comida del pan y del vino con las reacciones de muerte que salen de los comensales.

Yo les invito a que interprete la consagración del pan y del vino como transignificación

Cristo es el que nos alimenta, el que nos da fuerzas, vitalidd, etc. Cuando nos alimentamos de él en verdad, de nosotros tiene que salir vida de eternidad, de servicio, de solidaridad.

Cuando nos alimenta Cristo, lo celebramos y lo expresamos en esos signos sacramentales del pan y de vino compartido. repartido y ofrecido y se hace transparente la realidad dejando descubrir la presencia y la acción de Jesús.

Por ello la eucaristía no es devoción, es sacramento (signo y realidad) de que Jesús está entre nosotros para los demás.

Honestamente creo que lo que se reparte a gogo está muy lejos del cap. 6. Personalicemos nuestra reflexión.

Un abrazo

José Luis Molina López

17 de agosto 2024

 

 

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