domingo, 8 de septiembre de 2024

PALABRAS DURAS DE OIR PERO QUE SALVAN

 



Probablemente a muchos de ustedes la segunda lectura les haya reclamado la atención par este espacio de reflexión

·      Por dificultad en aceptar lo que se dice

·      Por la mentalidad desde donde se dice

·      Y por muchas razones más con fuertes objeciones de machismo, misoginia, etc. Que han contribuido a disminuir o precautelar las  aportaciones desde Pablo.

 

Aceptando lo anterior

·      Considero que hubiera tenido optar por ello.

·      Pero también creo que necesitara mayor espacio y más confrontación.

·      No obstante creo que al enfrentarnos con todo lo que se dice, no se puede prescindir del entorno cultural y de la época donde se explicita y lo que supondría “todo” lo que se apunta.

·      No se trata de justificar el texto y lo que en él se dice ante lo que hoy día nos chirrían los goznes, sino todo lo contrario, tratar de descubrir donde encontrar desde él la palabra de Dios. Por ello indico que en el texto me parecen importantes los subrayados fuertes que presentan y que no se pueden ignorar a la hora de las otras expresiones. Estos subrayados son:

·      “Igual el hombre…”

·      “como a él…,”

·      “una sola carne, … una sola realidad” y todo lo que al desarrollar esto iría surgiendo.

No huyo del tema y es probable que algún día se de urgencia abordarlo. Pero creo que, continuando el evangelio de Juan, hay que darle tratamiento final.  Espero contar con vuestra aprobación-

Así pues, vamos a ello.

 

¿Qué es eso tan terrible que Jesús ha dicho para producir semejante EFECTO?

             Este modo de hablar es duro, quién puede hacerle caso?

 

¿Qué dijo?

Algo importante; Jesús hablaba de un  elemento  simplemente simbólico, sino sacramental. Él es alimento que sostiene, da fuerza, da vida y revitaliza al ser humano y lo lleva al encuentro existencial con el Padre.

Pero he dicho sacramental, no sencillamente simbólico. Y esto quiere decir que no debemos entender todo esto utilizando la palabra “COMO”.

Me explico””

+ “Jesús es  “COMO” un alimento”

+ “Jesús se nos da “COMO” verdadera comida

+ “Jesús es “COMO” el pan de vida y la bebida de salvación

Suprimamos el “COMO”.

Jesús es un alimento porque alimento es lo que da energía a nuestro ser.

Jesús es verdadera comida porque no consiste en prácticas religiosas que nos dejan igual y no nos cambian

Es verdadera comida: al irlo incorporando a nosotros, y nosotros a él, nos hace crecer y dar respuesta. No es una teoría religiosa que se justifica en el más o menos.

Solo incorporándolo a nuestro ser nos alimentará. Es decir, lo que Jesús dice descalifica aquella religión que permite estén tan lejos lo que dicen los labios de lo que construyen con sus opciones.

En definitiva, este lenguaje es duro porque presenta sin peros lo que es optar por Jesús. Lo que significa eso que hacemos con frecuencia (comulgar) pero cuyos resultados no aparecen.

Comer de este pan, alimentarse de Jesús, optar por él, es no moverse en la teoría sino en la esencia del ser. Este comer de Jesús nos determina nuestras decisiones teniéndolo en cuenta.

Por eso con dolor, yo me imagino que con dolor, pero con frontalidad, Jesús pregunta: “¿Vosotros, también, queréis marcharos? Porque esto es así.

Esta propuesta de SER, de ser alimentados por Cristo es lo que hay que anunciar y proponer sin rebajas.

Como de costumbre, también es Pedro que da la respuesta; ¿Dónde vamos a ir? Después de conocerte. TÚ tienes Palabra de vid eterna”. Tu palabra es vida que nos hace participar de tu eternidad.

Que así sea.

Abrazos

José Luis Molina

25 de Agosto 2024

 

 

 

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