lunes, 5 de junio de 2023

COMPETENCIA O COMUNIDAD

 

 

 



 

Creo que uno de los peores posicionamientos que podemos tomar en la vida es el de la competencia.

Sin embargo se dice que la competencia hace avanzar la realidad.

Puede ser, y no me queda más remedio que admitirlo.

En la actualidad, en la humanidad, ha crecido tanto la dimensión de la competencia, junto con el poder del dinero – al fin y al cabo son aliados  que se identifican, normalmente, por su confluencia en objetivos- que vienen a ser, si no idénticos, complementarios.

Llegar a estar, lo más posible, por encima de los más posibles. Es significativo el volumen adquirido, en la actualidad, por el fenómeno de los influences.

Una consecuencia inevitable  de ello es que se  irá escalando la pirámide de subida por encima de los cadáveres que caigan en la lucha.

Repito: Puede ser que no me quede más remedio que aceptar su evidencia en la realidad, pero, rotundamente, no estoy de acuerdo con ello. Este modelo se construye, y provoca, que  avance por encima de los demás.

Mi posicionamiento pretende ser distinto. Sé que, hoy por hoy, tiene algún mucho de utópico pero mi fe en Cristo resucitado y mi meta en la vida resucitada me llevan y me sitúan en la utopía, se empapa de ella.

Al respecto, creo que es mejor, que es Buena Noticia, la complementariedad, el equipo, la comunidad de verdad, la comunidad que nace de la comunión. Se avanza más con los demás para alcanzar una mayor plenitud para todos.

Ciertamente que todo ser humano necesita un estímulo. Pero el tema radica en con cuál nos quedamos: que cada uno “procure ser más” o  que seamos  más en el encuentro, en el avanzar colectivo

Pero, hoy por hoy, creo que va ganando la postura que rechazo.

Más que los logros colectivos se impone la apetencia y el deseo de alcanzar los logros que supongan beneficios individuales . Bien reciente tenemos la experiencia.

Pero lo malo, a mi juicio, es que los cristianos hemos llevado este pecado de la competencia hasta  el mismo terreno religioso.

Lo hemos hecho con los santos.

Primero hemos especializado a cada santo en un aspecto en el que lo hemos hecho dispensador especialistas (abogados) de lo que les pidimos.

-         Santa Rita, abogada de lo imposible.

-         Santa Lucía, protectora de la vista.

-         San Blas, de la garganta.

Después, al haber confluencias de terrenos, comenzó la competencia.: San Judas Tadeo , “esta virgen” es  “más milagrosa” “ que la otra. Se discutía quienes eran   los más eficaces en las intercesiones (obtener recomendaciones o respaldos) en una escala que empieza por María (Intercesora Universal) aparentemente frente a un Dios que regatea concesiones,” se deja querer”,  seguida de San José, Santos Patrones, hasta perderse en aquellos de los que no se acuerda nadie.

Al hilo de esto una anécdota verdadera.

Un día fui a visitar a una de las muchas abuelas que he tenido en mi vida. .Lo estaba pasando mal de salud y de otras cosillas. Estábamos charlando detrás de la ventana. Mi abuela era muy devota de Fray Leopoldo. Y, en esto, que pasa por la calle una furgoneta   de reparto de los dulces que llevan esta marca. Se vuelve hacia mí y me dice: Ya no voy a rezarle ni a pedirle nada a fray Leopoldo.

-         ¿Por qué? ¿Cómo así? – le pregunté yo.

-         Porque, -me contestó-   como se ha metido a negociante solo se preocupa de las ventas y ya no me atiende ni me echa cuenta.

Pero esta dimensión competitiva yo me atrevo a decir que casi, casi, la hemos hecho o aplicado al propio Dios.

Aunque algunos de ustedes puedan disentir de mis pensamientos, al Dios trinitarios, repito, lo hemos hecho competitivo. Esto me viene con motivo del Domingo de la Santísima Trinidad. Las tres Personas divinas las hemos concebido como en compartimentos estancos. Cada uno encargado de algo y, por consiguiente, nosotros recurriendo según convenga. Al Padre la última palabra, al Hijo, la acomodación por ser hombre y, el Espíritu Santo (para muchos el gran desconocido e ignorado), para encargarse, en alguna ocasión, de los gestos extraordinarios.

La especificidad de cada persona, pienso yo, no radica en aquello que es de su “especialidad”. Creo que Dios no es competitivo entre si. Dios es comunidad en su eternidad.     

Desde mi torpe experiencia del Dios trinitario quiero terminar proclamando mi fe en un solo Dios de cuya trinidad tomaré conciencia y experiencia según el momento de mi existencia en que     me encuentre.

Un Abrazo

José Luis Molina

4 de junio del 2023                                                                                                                                                                                                                                                                                                          

sábado, 27 de mayo de 2023

GERUNDIO

 



 

 

Manos levantadas,

esperando.

Corazones rotos,

sangrando.

Vidas desoladas,

buscando.

Necesidad de amor,

soñando.

Necesidad de amar,

cantando.

Necesidad de ser amado.

anhelando.

Seres excluidos,

reclamando.

Estómagos hambrientos,

protestando.

Campos resecos,

ojos sin lágrimas

llorando en las acequias,

rebosando los pozos.

Brazos solidarios,

abrazando.

Espaldas fuertes,

pies incansables,

caminando.

 

 

Pentecostés de ayer,

de hoy, de siempre,

gerundio de la vida,

gerundio en movimiento,

bocanada de fuego

en la que me abraso.

 

José Luis Molina

28 de mayo del 2023.

PD.-  Este poema pretendo que pueda ser interactivo para orar. Por eso, antes del verso que empieza Pentecostés he dejado un espacio con objeto de que ahí puedas tú añadir más gerundios. Y, si quieres, compartirlos.

miércoles, 24 de mayo de 2023

LLAMARSE TEÓFILO

 







                                                              Sinodalidad

Querido Teófilo, es decir

Querido amigo de Dios (Teo = Dios; filo =  amigo, amado por Dios)

Así nos llama el autor del Libro de los Hechos de los Apóstoles.

Así nos llama para empezar. Porque  no hay que buscar un Teófilo misterioso y arcano.

Nosotros somos Teófilo’s, los amados por Dios.  A esos se dirige Lucas , y lo hace con cariño (querido), en un tono donde se palpa que no es convencional la palabra sino cargada de sentido, de proximidad, de comunión.

Y en esta alocución inicial nos recuerda, va teniendo presente:

·      Lo que Jesús hizo y enseñó en su hacer histórico, en medio de la historia y de la historia también como propuesta para nosotros, para nuestro hacer y ser.

·      Que los que aceptan esto son los discípulos  elegidos desde el Espíritu.

·      Que prueba de su presencia viva entre nosotros son las realidades de Reino donde nos embarcamos (nos comprometemos)

·      Que en todo esto contaríamos con la fuerza, el respaldo, del Espíritu Santo.

Y aquí se produjo la Ascensión. Que no es subir a ninguna parte. Es estar  en la etapa nueva del Resucitado

Es dejar en nuestras manos las riendas de la carreta, el ala delta de la Buena Noticia para la humanidad.

·      Y este poner las manos en el arado no se circunscribe a nosotros en una concepción intimista de Dios, ni tan siquiera para-entre los nuestros, desde un concebir a Dios como un Dios clánico. Dios no es un Dios excluyente. Por ello nos dice, al encomendárnoslo, hacerlo desde Jerusalén, Judea, Samaría, hasta los confines del mundo

·      Y se nos llama la atención cuando permanecemos de brazos cruzados  y ojos cerrados. Empieza, estamos, en el tiempo de nuestro actuar según el Espíritu, de discernir en la vida desde el Espíritu, lo que supone una fuerte dimensión eclesial.

Y se me ocurre que tenemos la siguiente semana para tomar conciencia de que asumir todo esto es lo que da contenido a Pentecostés, no la romería del Rocío, con todos los respetos al episcopado andaluz. Pentecostés es realidad de Dios para el pueblo, pero no populismo.

 

José Luis Molina

21 de mayo del 2023

¿CONOCES A JOAQUÍN SOROLLA?

 


 

 


Imagínate que estás  visitando una exposición de Sorolla. (De paso, si no lo conoces o no lo conoces mucho, te recomiendo que navegues en Wikipedia por lo menos  Será una gozada).

Pues bien, vamos recorriendo la exposición, yo también, y llegamos al cuadro “Chicos en la playa”. Yo, al menos, m quedo como clavado frente a él, boquiabierto, contemplando el brillo del agua sobre la tostada piel mojada de los chicos, o el reflejo del cuerpo de esto  sobre la arena del rompeolas todavía con lo último del agua en retirada. El sol, sin verse, está allí, sintiendo que csi te tuesta.

Continuamos, pues, en la exposición y, por decir otro, nos detenemos frente al titulado “Comendo en la barca” y me siento metido en aquel espacio iluminado de ocre tras el filtro de la vela y se percibe hasta la brisa y el olor a Mediterráneo.

O frente al titulado “Madre” donde en un enorme espacio blanco todo el cuadro, y donde la luz apropiada define los pliegues de las sábanas y los planos de los muros, llama poderosamente  la atención dos puntos de color: la diminuta cabeza del recién nacido y el rostro de la madre, de perfil, fatigada, mirando al hijo  recién nacido y dejando intuir su brazo que llega hasta el hijo.

A mi, seguro que me entrarían ganas de pintar. Intentar hacer una reproducción Pensando un poco elegiría el de “Madre” pues creo que es menos complicado.

Empezaría a tener dificultades  y buscaría soluciones. Por ejemplo: me haría de una plantilla cuadriculada para luego ir aplicando los colores.

No quiero ni imaginarme el resultado. Si miro de lejos, a primera vista, etc,  se podría parecer. Pero al acercarme y mirarlo con detalle, vería la diferencia. A las sábanas les faltaría abrigar, y manifestar hacia fuera, el calor y la vida que se intuye recorre el espacio entre la madre y el hijo.

Posiblemente el niño no llegaría a ser ni muñeco y la madre no sé si se bajaría de la cama y se saldría del cuadro negánd  ose a ser tan burdamente instrumentalizada.

Y, todo esto, y más, ¿por qué?

Algo de técnica poseo, el uso del color no me es extraño, etc. Y, sin embargo, a mi cuadro, le faltaría vida . Le faltaría el espíritu de Sorolla, la fuerza de Sorolla, el “arte” de Sorolla. No soy Sorolla evidentemente.

Y todo esto que os comento viene a cuento de la lectura.

A  veces, creemos que tenemos la plantilla, la paleta, los colores y la referencia, y ya está. Y no nos sale un cuadro con vitalidad. Pintamos sin vida. Nos falta el Espíritu de Jesús. Sí. Pero no tenemos impotencia tras la que justificarnos, o tendremos que negar, poner en duda, que se nos da el Espíritu. La clave no es que nos falte: Sino en si estamos abiertos para recibirlo. Y la palabra clave, a mi juicio, está en el evangelio: “Si me amáis ( amar es adhesión a Jesús) haremos obras como las suyas” llenas de su espíritu.

Pero en algo no hemos confundido, nos hemos equivocado cuando nos hemos llenado de “obligaciones” (por obligación) y normas que nos hacen andar entre CUMPL – Y- MIENTOS.

Y este método, además de poco cristiano, es poco atractivo.

El camino es la “opción” (otra manera de llamar al amor) Y la oferta solo será aceptada por quien haya sido “evangelizado”, es decir haya descubierto a Jesús, a su Evangelio, no como una doctrina o un código de leyes, sino como una Buena Noticia.

A quien no le interese, dejémosle, no lo martiricemos. No lo manipulemos.

Y lo que es aplicable para “otros” lo es para todos.

Seamos felices con el Espíritu.

José Luis Molina

14 de mayo del 2023.

P.D.- El ejemplo es real. Lo que narro lo verifiqué en la Academia de San Fernando de Madrid observando a un pintor que intentaba reproducir el cuadro “Comiendo en la barca” de Sorolla.

 

sábado, 20 de mayo de 2023

EXPERIENCIA DE FE EN EL SER

 



 

 

A pesar de los siglos y a pesar de las experiencias, a lo largo de ellos, de numerosos testigos de la fe, experiencia mística, que no evasiva de la realidad, y, también, a causa de la ignorancia y desconocimientos esenciales en la transmisión  de la fe, aún hoy,  cuando se habla, se predica, se reflexiona y se ora en torno al acontecimiento  de la Resurrección, se plantea más como lo que llamaríamos revivir que como tal acontecimiento pascual. Y eso que tenemos la insistencia, en los relatos, en torno a la tumba vacía y la insistencia en que no busquemos la Vida en medio de la muerte y de los muertos. Esta insistencia significativa, como tantas otras, se ha tomado más como carácter de prodigio magnífico (aunque no hubo espectadores) que mantenernos en el empeño de la proclamación del triunfo de la vida buscando sus signos.

Nos hemos quedado en prodigios entre los muertos y por los muertos (reliquias, lugares, sepulcros, etc.

Y así nos encontramos a muchos, incluso a obispos, con su responsabilidad de magisterio,  hablando de revivir, lo que lleva consigo volver a morir, pero presentándolo como vida resucitada.

Yo me pregunto: ¿Nos cuestionamos mucho, o suficiente, sobre nuestra vida resucitada, diferente, distinta? Y, esto, a nivel personal y colectivo, comunitario.

Nos pasamos, por ejemplo, un tiempito viviendo el gozo pascual, cantando aleluyas,  transfigurados por palabras nuevas acuñadas con brillo y hechas arquetipos.

Pero viene viento, temporal de arena y agua, y nada de lo anterior sobrevive. No me digan que no se dan estos casos. Y, ¡hasta con frecuencia!. ¿Dónde pusimos los cimientos pascuales?

Creo que, con frecuencia , caemos en un error repetido.

Pienso que, una de las posibles causas sea, que no hemos superado la idea de lugar( nos hemos quedado en moradas físicas (evangelio de hoy) y no acabamos de asumir que la vida resucitada no consiste en un lugar donde morar sino en una esencia de ser. Así, creo, hay que entender palabras como  “dónde esté yo estéis también vosotros”, igualmente del evangelio de hoy.

Y lograrlo, para ello, es Jesús camino, verdad y vida (Los del Camino fue el nombre de los primeros cristianos).

Pero no consiste en ser “un doble” de Jesús, calcar las cosas que él hizo, etc. Consiste en que, ante las situaciones que la vida me va presentando, no escojo las situaciones de muerte porque sean más cómodas o más fáciles,  sino las que escogería Jesús en situación semejante a la mía. Eso es morar con él. Eso es participar de él. Eso es ir al Padre por él. Eso es ser, vivir, , construir vida nueva y diferente.

El proyecto de Jesús, su palabra, el asumirlo, nos da vida resucitada, no parcheos de vida para seguir en la muerte.

Hagámonos Pascua.

José Luis Molina

7 de mayo del 202

miércoles, 3 de mayo de 2023

HIPÉRBOLE

 



 

En la comunicación verbal, escrita, y hasta gestual, hay un modo muy concreto al que quiero comenzar hoy haciendo referencia. Me refiero a la hipérbole.

La hipérbole es un recurso estilístico literario (también se da en cualquier forma de comunicación, repito) que consiste en la exageración de cantidades, cualidades y características.

Puede tener efectos diferentes, según cómo. Por ejemplo: En el ámbito poético,  literario , contribuye a comunicarnos una realidad tan inmensamente bella, una experiencia tan de calidad, que nos sentimos incapaces de plasmarla en un sentido lineal, literal. Se nos queda corta, recortada. La hipérbole ayuda grandemente.

Por ejemplo, en la Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández:

·      “No hay extensión más grande que mi herida”

·      “Tanto dolor se agrupa en mi costado que por doler me duele hasta el aliento”

También se usa mucho, la hipérbole, en la propaganda comercial y política. Y desempeña también una función concreta. En estos terrenos pretenden convencer.

En el primer aspecto se pretende simplemente servirse de un procedimiento para expresar la experiencia de un sentimiento.

En el segundo caso también pretende convencer, normalmente engañando, para lograr , el que lo intenta,  conseguir unos objetivos de acuerdo con unos intereses que se mantienen ocultos, camuflados. De ello vamos a tener sobrados ejemplos en los días del próximo mes de mayo. Son las promesas electorales que todos conocemos. Logros de promesas magníficas para las que, unas veces, no hay voluntad y otras todos sabemos no hay capacidad..

Y, ¿por qué he comenzado hoy por esto?

Muy sencillo. En las Escrituras se fecurre con mucha  frecuencia a la hipérbole.

Por ejemplo en Mateo 5, 30.:

    “Y si tu mano derecha te da ocasión de pecado, córtatela”

Obviamente el uso de las hipérboles en la Biblia lo que hace es enfatizar lo que nos está proponiendo, supradimensionándolo, para invitarnos en profundidad a ahondar en su propuesta. Pero, en ningún caso cae en una comunicación  establecida desde la literalidad, es decir, al pie de letra.

Pero pueden ocurrir varias cosas.

Una de ellas es que, reconociendo la hipérbole, la infravaloremos porque lo que dice no es así en la realidad.

Otra, obviamente interpretando al pie de la letra, no descubrir lo que el texto encierra como “Palabra de Dios”  y poder caer en la magia, la ausencia de raciocinio, o incluso la idolatría, con lo cual se sitúan frente a la hipérbole en un posicionamiento contrario al de la razón de su uso.

Hoy, llegado a este momento, lo que intento es que teniendo en cuenta lo que llevamos por delante, leamos el texto del evangelio (Jn 10, 1-10) y reflexionemos sobre nosotros desde todo ello.

Y hoy estamos frente al texto del Buen Pastor.

Y para empezar, encontrándonos en este luminoso tiempo pascual, hagamos memoria del Bautismo, de nuestro bautismo.

En él se nos ungió. Y al hacerlo se nos indicaba un destino. Éramos ungidos para ser  “sacerdotes, profetas y reyes” o, lo que es lo mismo, PASTORES.

Es verdad que hay quienes este aspecto lo pasan de puntillas. Lo dicen con la voz muy baja, no se pone énfasis ante la decisión de asumirlo o no. Y, sin embargo, es esencial e imprescindible para asumir el sentido real y total del Bautismo.

Bautizados para ser pastores. ¡Nosotros!. No solo el clero. ¡Nosotros bautizados!. No solo los obispos. ¡Nosotros que nos incorporamos a Cristo!

Ciertamente el evangelio del Buen Pastor tiene a Jesús en el centro y en la esencia. Pero, ¿sólo a él? Jesús pastor y nosotros las ovejas pero, por ovejas suyas, ¿no tendríamos que comprendernos también en esa dimensión de pastoreo?

Y, si Cristo Buen Pastor, nosotros ¿qué? ¿Ns están permitidos los mínimos o nos vale cualquier cosa?

Por eso, sigamos leyendo el evangelio. Sigamos leyéndonos en el evangelio.

¿Entrar por la puerta o por un atajo, desapercibidos.?¿ Y el rebaño, como pastor, para servirles o, como aprovechado, para servirse de él?  .

Llama a las ovejas, las conoce y ellas lo conocen, conocen su voz, porque camina con ellas, han hecho de la vida un caminar juntos hacia pastos de plenitud.

No simplemente las contempla cuando pastan . Las acompañan cuando viven y se vinculan.

Pero, como en tantas otras ocasiones, no lo entendían. Entonces Jesús amplía, acerca más el foco.

Jesús es la puerta para legar a las ovejas. Es la puerta por donde nosotros, pastores, servidores de las ovejas, llegar hasta ellas.

Es decir, solo se puede llegar a las ovejas, a servirlas, por la puerta que es Jesús, desde el caminar de Jesús, desde las opciones de Jesús. Ahí Francisco habla de oler a ovejas.

Él es puerta para que nosotros seamos a la vez ovejas y pastores. Y con una cosa clara, no lo ignoremos: El es puerta, y nos acepta a la vez como pastores, para que tengan vida y la tengan en abundancia.

Terminemos ya, resumamos: Pastor, ovejas, puerta, rebaño, vida compartida, voz de amigo, vida en abundancia.

Utilicemos estos conceptos. Si queremos, tratemos de elaborar, cada uno de nosotros nuestro propio puzle.

Que nos quede bonito

José Luis Molina

29 de abril del 2023

COMO GOTA DE ROCÍO


 

                                                        Leída por mi en un acto, en el Ayuntamiento,

                                                         el 22 de abril del 2023 con motivo del Día

                                                         del Libro y 50 aniversario de la muerte de 

                                                          Pablo Neruda                          



 

Pequeña:

una gota de rocío.

 

Brillante:

una gota de rocío

que la luz besa.

 

Transparente:

gota de rocío

posada en la hoja

de aquella enredadera.

 

Fresca:

gota de rocío

que condensó la noche,

negada a evaporarse.

 

Diáfana:

gota de rocío

donde tus ojos hondos

se reflejan inmensos.

 

Anhelante:

gota de rocío

que se derrama

de tu boca a la mía

haciéndose mar grande.

 

Tú sonrisa:

gota de rocío

fresca

pequeña,

brillante,

transparente,

diáfana,

anhelante,

donde mi alma vibra

transportada y en éxtasis

 

                   José Luis Molina                         Navidad 2007