martes, 19 de abril de 2016

SER SOLIDARIOS

EN SOLIDARIDAD CON LOS DAMNIFICADOS POR EL TERREMOTO DE  ECUADOR

La Asociación Inti-Ecuador, en su conexión con la Fundación Intiruna, ante la catástrofe producida en Ecuador por el tremendo terremoto con el que ha sido azotado y desolado, pone en marcha una iniciativa de ayuda en solidaridad. Para ello abre un fondo que se nutrirá desde los fondos que posee y, además, con las aportaciones con las  que otros miembros de la Asociación, o cualquier persona voluntaria, por ejemplo usted, quieran contribuir. Quienes deseen sumarse con su aporte a esta iniciativa de ayuda puede hacer el ingreso en la cuenta de la Caixa    2100-8552-40-2100063666    y que también aparece en el margen de este blog. Sí es importante indicar que es para el "Terremoto de Ecuador". Esta colecta será muy corta de duración porque, lógicamente, urge enviar la ayuda lo más rápidamente posible pues las necesidades a cubrir son urgentes. Se enviará a la Fundación Intiruna en Ecuador para que, desde allí, ella lo haga llegar a su destino pertinente 
Agradecidos
José Luis Molina

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se nos cayeron muros y casas completas. Muchas cosas materiales a las que les teníamos cariño desaparecieron ante nuestros ojos sin que nada pudiéramos hacer. Perdimos seres queridos y de un momento a otro nos sentimos solos y desamparados.
Tanta importancia que le damos a la tecnología y nos costó días poder llegar a comunicarnos con zonas cercanas y lejanas. Volvimos a usar el lápiz y muchos de nosotros nos recriminamos por no sabernos los números de teléfonos y por no tener batería para comunicarnos.
Todo quedó a oscuras, todo quedo en silencio, como una invitación a mirar a lo más profundo de nuestra alma. ¿Cuántos se dieron cuenta quienes eran los que amaban y descubrieron con sorpresa y tristeza que a lo mejor una relación estaba irremediablemente rota?
Claramente no todos contábamos con radios a pilas, velas y todo lo que se nos dice que debemos tener en caso de estas situaciones. Muchos edificios no tenían cargados los sistemas de luz de emergencia, como que pensábamos que nunca íbamos a tener que ocuparlos.
Tuvimos miedo, pena, rabia, nos sentimos frágiles, pequeños y vulnerables. Todo esto sólo nos lleva a concluir que en esos minutos fuimos más que nunca verdaderamente humanos. Sin muletas, sin ataduras, sin dependencias. Desde nosotros tenían y debían salir todas las soluciones. Poco de lo de afuera nos servía.
La oscuridad nos hacia mirar sombras, bosquejos, nos invitaba a escuchar latidos, ritmos respiratorios, abrazos... El glamour, las "fachas" y las ropas dejaron de importar. Perdimos pudores, nos volvimos simples, sensitivos, empáticos y cariñosos.
Volvió el día y comenzamos a ver hacia afuera, todo lo cercano aparecía ante nuestros ojos y lo lejano se nos hacia inalcanzable. Sabíamos poco, muy poco de lo que pasaba.
Evaluábamos la realidad de acuerdo a lo que nos pasó a nosotros, nos faltaba perspectiva. Había miedo, inseguridad, curiosidad. Ganas de movernos, ansiedad por hacerlo.
No saber por donde empezar inundaba nuestras cabezas. Los más ansiosos, empezaron de inmediato, los más calmados muy de a poco. Algo nos decía que lo que había pasado era grave.
La radio, hermoso medio, nunca paró. Lo poco que sabíamos era por ellos. Gente con temple y valentía que merece un premio por el coraje de dejar a los suyos por el mandato de servir a otros traspasando sus propios miedos. Mil gracias a todos ellos.
El terremoto, fue como un gran colador que mostró lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Comenzaba el desafío de recuperar la sabiduría de los que no saben nada. Apareció una crisis valórica que tendremos que revisar cuando ya estemos en pie.
Los chilenos tenemos que aprender mucho de la solidaridad, de esa que no tiene que ver con campañas, esa de todos los días. Nos falta respetarnos y tolerarnos más. Aceptar que en la empatía esta la verdadera solidaridad.
Entender que donar cosas no implica hacer un orden de la casa y sacar lo que no nos sirve. El que haya llegado a la cruz roja un solo zapato en vez del par, es francamente digno de análisis. Y hay que sumar el hecho de que en una campaña solamente no se muestra nuestra capacidad para dar, eso es de todos los días.
Aquí hubo saqueos con plata y sin plata. Ambos imperdonables y reflejo perfecto de todo lo anterior. Tal vez esto muestra nuestra falta de desarrollo espiritual y nuestro extremo apego a las cosas.
Se nos cayeron las máscaras y los muros, aparecieron nuestras lágrimas, muchas veces expresadas en cuatro paredes. Aparecieron seres de luz haciendo campañas, ollas comunes y gestos de solidaridad que sin duda generaron una sonrisa en el rostro de DIOS.

El terremoto del alma es el más lento de sanar. No nos sirve para ello, el dinero, la tecnología y tantas otras cosas de las cuales nos apoyamos. Todo nos sirve y nos ayuda pero tendremos que pararnos desde adentro para que lo que construyamos afuera sea de una solidez que el próximo remezón no sea capaz de botar.

Usemos el humor, la fe y los afectos, creo que con esto el camino se hará más fácil para todos."

PILAR SORDO - CHILE.

Anónimo dijo...

Vaya todo nuestro agradecimientos a toda esa gente solidaria del otro lado del charquito, a toda esos seres humanos que se une a nuestras lágrimas de impotencia y de dolor, una vez más ustedes nos proporcionan esa rica experiencia de solidaridad, gracias porque nuevamente vienen a nuestro encuentro a "OFRECERNOS SU CORAZÓN COMO UN DOCUMENTO INALTERABLE", A DECIRNOS QUE NO TODO ESTÁ PERDIDO", así lo declaramos en este vídeo que recorre el mundo entero.
enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=QrkPVJA-ISI


Anita.