Creo que somos como una maravillosa
taracea.
Por todas las piececitas que llevo
incrustadas
Ser feliz.
Feliz he sido
y aún lo sigo siendo.
Hubo lúgubres noches,
cataclismos,
la sinrazon llenando mis sentidos
y mis sentidos llenos
de dolor, de lágrimas,
de agonía, de miedo.
Pero, a pesar de ello,
sin negarlo,
sin dictar ostracismo sobre ello,
recuperé para mis ojos luz,
mis lenguas y mis versos
se llenaron de cantos, no de gritos,
de susurros, no de lamentos.
Descubrí que los niños me miraban
y, en sus ojos, seguía habiendo
ritmo de espera y brillo de
esperanza,
que seguía habiendo brazos
para fundirse en brazos abrazados
y extendidos mientras gritan: espero.
No me hizo fuerte
pasar por la hecatombe.
Más bien todo lo opuesto.
Me fui haciendo frágil, pues sabía
con que facilidad se rompe el cielo
y experimente, más de lo deseado,
como crujían los huesos de mi alma,
como cristales que llevara dentro
y ,hendidos, hacían brotar la sangre
y las lágrimas que mojaban
mi noche, mi suelo y mi cielo.
Y me hice vulnerable.
Pero, si no fuerte,
lo que sí me hicieron
fue ser capaz de resurgir después,
de seguir creyendo,
de seguir creciendo,
de seguir queriendo.
Por eso digo, aún sabiendo
que la memoria nos hace permanentes,
que desde ello conseguí,
sin permitir que nada
borrara mis recuerdos,
poder decir hoy: feliz he sido
y feliz soy.
Con lo que tuve me sentí completo
y, compartiéndolo,
me sentí inmenso.
Y porque siento
que hay muchos que me quieren,
jamás me siento solo,
solo lo justo,
con la justa soledad
para no perderme de mi mismo
y seguir siendo lo que llevo dentro,
lo que hasta hoy, intento.
José Luis Molina
16 de noviembre del 2023
1 comentario:
Hermoso Poema José Luis con una esquisites y una sensibilidad tan especial, ésto es posible cuando se lo hace desde el alma desde la experiencia vivida.
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