miércoles, 3 de mayo de 2023

DOS LEGUAS DAN PARA MUCHO

 



 

 

Estamos frente al texto de Emaús.

Me he puesto a leerlo y, la verdad, no me ha costado nada entrar en situación.

Desde el principio hay unos detalles que son muy interesantes. Este pasaje comienza ubicando el momento en que nos encontramos. Comienza así: “Aquel mismo día (el mismo día de María Magdalena en el huerto, de Pedro y Juan y las mujeres en el sepulcro), el primero de la semana, el domingo. Y más adelante (v. 22)  dice: Ya estamos en el tercer día…. Es decir, el pasaje es un pasaje situado en  tiempo de resurrección. Ahora se diría estamos en modo resurrección.

Pues bien, esto me llevó a situarme: Yo, en modo resurrección, en tiempo de resurrección. No es una historia, un relato, lo que importa. Lo importante  no es Emaús ni la geografía en la que te encuentres: Andalucía, América, Extremadura, Alemania, Madrid, … Lo importante es saberte, aceptarte, comprenderte, que estás en modo avión.

Y, desde ahí, no me costó mucho imaginarme a mi mismo, situándome frente al acontecimiento de Cristo resucitado con mis dudas, mis trabas, mis miedos, mis cobardías, mis cegueras.

Y entendí ese caminar con Jesús. En una experiencia de amanecida, y, desde mi experiencia con él, ir encontrando sentido y comprendiendo el sentido liberador y de fe de las escrituras.

Así, cuando surgía el tema de la guerra aparecía que la vida resucitada ofrecida no lo era desde el dominio, que engendra la sumisión que impide el crecimiento y desarrollo personal. Y eso no sería un mero discurso si construía la historia desde la justicia que engendra la paz (Bienaventuranzas  Mt . 5, 6.9). Eso sería tarea en la que me involucrara si no me conformaba con ser justo sino que, además, no admitía, ni pactaba, participaba de la injusticia y sus consecuencias, aunque estuviera en los demás.

Si la mirada al mundo se centraba en un momento electoral, de promesas, de bonitas palabras, etc, en mi caminar con ese Cristo resucitado escuchaba que mi apoyo, mi actuar, no debía dejarse engañar  por promesas para mañana, por elaboraciones muy bien montadas o por ideologías pseudorreligiosas o afanes de protagonismo o manipulación , sino, por el contrario, abandonando la ambigüedad, tomar posiciones en el lado donde se hiciera, de facto y de mentalidad, opciones de universalizar la VIDA y combatir la exclusión y la marginación.

 Esto me sonaba a tierra nueva y cielo nuevo, a luz indestructible, a triunfo de la vida sobre la muerte  porque así me fueron apareciendo ,unos tras otros, aspectos de la vida y descubriéndolos con luz nueva.

Todo estaba perfilado en la experiencia pascuar del Resurrección y aclarado por los profetas que en la vida ha habido: Francisco, poniendo las colgaduras pascuales de una vida diferente posible, Romero, llenando de su aroma el camino, muriendo y resucitando en su pueblo para ser dique contenedor de los que mataban . La persona sencilla, reconciliada con ella misma, que prefiere ser ella a los honores y dignidades que ocultan y modifican la realidad colocando a los demás por debajo para encumbrarse.. Aquellos que hicieron opción por querer, por amar, por servir, no por ser idolatrados. Aquellos que trasladaron su residencia desde la Calle del Primer pronombre personal en singular a la del “Nosotros”

Y cosa curiosa. En ese mi caminar junto al Resucitado, aparecieron refranes populares, seguramente de algún profeta anónimo, pero que eran profundas iluminaciones del Reino, tales como

          “Desea mejor ser hierba que nació en el silencio de la noche que globo que revienta en los aplausos”

 

            “En el camino las paradas no son importantes, son necesarias. Lo importante es llegar”

 

             “”Cuando te halaguen, recuerda las veces que oíste halagar a otros conociendo la falsedad. No crezcas con el halago sino con hacer lo que era menester”

 

 

Y al ir comprendiendo todo esto, y mucho más,   descubrí como era el pan que yo tenía que  ofrecer, partir y compartir  en la mesa compartida de Emaús. El camino me hacía, si de verdad lo hacía, pan de resurrección-

Felicidades

José Luis Molina

23 de abril del 2023.

             

No hay comentarios: