miércoles, 3 de mayo de 2023

SIGNIFICANTES Y SIGNIFICADOS

 

 


¡Aleluya! ¡Aleluya!, Este es el grito de júbilo pascual.

Estamos en tiempo pascual. Pero este tiempo no sería nada, solo unas anotaciones de agenda, si nos falta la experiencia pascual.
Y por ello las lecturas giran en torno al acontecimiento pascual para que profundicemos en él y nos facilite nuestras propias experiencias.

De estos textos son conocidos los relatos de apariciones.

Pero, vuelvo a insistir, sería simplismo por nuestra parte si la buena Noticia la redujéramos a un evento de un momento y, a continuación, nos quedáramos sin nada, con las manos vacías.

Intentando barajar todos estos prolegómenos, les comparto mi lectura de estos relatos, lo que leo, lo que me transmiten y a donde me llevan.

Fijémonos en el texto del Evangelio (Jn 20, 19-31):

Vamos a ir viendo cosas, deteniéndonos en diversos  aspectos.

Por ejemplo, lo primero: El tiempo ha sido superado. Las cosas no ocurren  según un calendario o un protocolo. El acontecimiento está ahí, Por encima del tiempo. O está o no está.

Realidad de experiencia pascual: Primer día de la semana. El domingo. Desde el inicio del tiempo, al amanecer, hasta que se cierra el arco vital: el atardecer de aquel día. Todo el día es todo tiempo pascual. El acontecimiento pascual llena todo el día. Todo el tiempo es acontecimiento pascual.

Y es un tiempo preñado de contenido, de vida rebosante. Un tiempo frontal y dinámico. Tiene que luchar contra el miedo, pero se llena de  vida en esa lucha, en esfuerzo;  se manifiesta en signos, unos que se descubren primero, otros que cuestan más, pero que se comparten y construyen colectivamente, comunitariamente. Pero llenos de signos reales, no teóricos, signos que cambian la vida, la manera de vivirla, la manera de entender su sentido, su contenido, su esencia. Son signos no para convertirlos en entorno mágico o en marketing  publicitario o proselitista, sino signos para ser vividos, interpretados y proyectados hacia la realidad común y el futuro. Signos constructores y dadores de vida resucitada.

Por eso os invito a mirar ahora  la primera lectura (Hechos de los Apóstoles 2, 42-47) y a ahondar en algunos de ellos.

Por ejemplo la puesta en valor de la Buena Noticia, de la perla y el tesoro escondido. Por eso no será de obligación, sino de coherencia, profundizar[JLM1]  en la enseñanza, en el conocimiento y experiencia del proyecto de Dios: Un aspecto a revisar desde nuestra realidad pascual. ¿Qué tal andamos en nuestra sed de profundizar en “la enseñanza de los apóstoles”. ¿No  creen no serán buena situación , ni buen sistema, mientras se recurra a la imposición y la obligatoriedad.?çOtro aspecto importante: el de la oración, pero una oración ni mística, ni espiritualista, ni evasiva, sino colectiva, eclesial, que no forzosamente consiste en repetir, miles y miles de creyentes las mismas palabras mecánicamente sino en buscar caminos y respuestas al plan de Dios desde el discernimiento y la reflexión.  Honradamente, en este terreno hubiera sido lúcido, para la medición de la dimensión  orante de nuestra Iglesia, tomarnos el tema de la sinodalidad: es un momento oportuno, y hacerlo con empeño, seriedad, responsabilidad. Bonita ocasión. Dichosos si lo hemos aprovechado. Lástima en caso contrario.

El signo de la comunión sería maravillosa epifanía pascual. No hay que entenderlo como uniformismo pero si de superación de las rivalidades, las competencias, el barrer cada uno para su puerta, actuar con doblez, ocultismos y segundas intenciones. La comunión nos lleva a la comunidad (que no forzosamente  la anulación de la privacidad) sino llenar, hasta en lo privado, de una realidad común que es el seguimiento de Jesús, el proyecto de su Reino y el trabajo por el mismo. Y en esa dirección medir la comunión en el ser, en el hacer, en el servir, en el respeto, en el caminar juntos, en ser apoyo.

Y todos estos signos, y algunos muchos más, dando cuerpo, pan y vino, forma y materia de la fracción del pan, donde celebrar la vida recibida y compartida para salvación, servicio, de muchos.

Un abrazo

José Luis Molina

16 de abril del 2023

 

 

 


 [JLM1]

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