jueves, 18 de enero de 2024

LLAMAR PARA OTRO

 



 

 

 

 

Cuando me puse a leer las lecturas de este domingo II del tiempo Ordinario, de golpe se me vino la idea que les voy a comentar.

Me adelanto a lo que me imagino me diréis: Jesús y Juan eran q1uienes eran y entre ellos no hay lugar para la envidia y la competencia. Creo que ,,, bien, pero no es todo. A nadie le gusta lo dejen de lado, desplazado porque deciden por el oponente.

 Y, no se nos olvide, los dos discípulos lo eran de Juan. Iban con Juan. Escuchaban a Juan. Pero dejan a Juan . Siguen a Jesús y se quedan con Jesús.

Dirán que normal, pues Jesús era Jesús. Y les responderé: Sí, en cierta manera, pero no del todo, porque ellos no lo sabían, no sabían quien era Jesús.

Pero, sobre todo, yo me refiero, fundamentalmente, a Juan. ¿Cómo quedaría su “autoestima”?

Por otra parte, lo mismo podríamos decir de la primera lectura.

Sobre este asunto hay un cierto paralelismo en el primer texto. En este pasaje del libro de Samuel,  está la llamada del Señor a Samuel, la presencia del Señor. También es nítida tanto la ignorancia de Samuel  como su actitud de escucha. Pero hoy quiero resaltar la honestidad, la franqueza, y la fidelidad de Elí no acaparando se le rindan honores, servicios y dignidades, aprovechándose y ocupando el lugar del Señor.

En los dos casos, tanto de Juan como de Elí, por supuesto poniendo por delante su honradez esencial, la clave está en que ninguno de los dos  se buscaba a si mismo, se predicaba a si mismo,  buscaba alimentar su “ego”,  engrandecer su “autoestima”                                                                                                                                                                                                  Saben a  quien anunciar y son fieles a la misión. Lo importante es la misión de cada uno.

Pues no voy a extenderme más. A manera de síntesis, resumir:

·      En las lecturas de hoy está claro que la iniciativa es de Dios: Él es el que llama y nos llama a todos. A nosotros nos toca discernir si estamos en actitud de búsqueda, de escucha.

·      En segundo lugar , estar muy atentos y claros en nuestros discernimientos para no caer en la competencia por “ser más que…”, no soportar la segunda fila, por dar más importancia a la foto que a lo que se es. Lamentablemente es un peligro del que no esta vacunados. Con harta frecuencia el mundo religioso ha servido y sigue sirviendo para hacer carrera, como plataforma de protagonismos que no soportan “lo bien hecho” por otro si eso me resta o no produce aplausos para mí. Esto genera envidia, enfrentamientos, división. Y así, ni se está con Juan ni se sigue a Jesús.

·      Es lo contrario de la comunidad que es la superación de las competencias por el hacer en común y el vivir un mismo proyecto entre todos Lo primero genera amargura. Lo último, plenitud.

Suerte. Un abrazo

José Luis Molina

14 de enero 2024

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